Dance with the devil

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TW. SENSITIVE CONTENT.

6 años antes.

El viaje de vuelta a Gales siempre la dejaba exhausta, así que Taylor se tomaba el primer día para dormir en su habitación hasta la hora de la cena y después pasaba en el columpio del jardín de 4 a 7 de la tarde, los martes y jueves Simon solía acompañarla y a veces cabalgaban por los terrenos de la mansión, pero ahora su primo estudiaba en Oxford así que Taylor había cambiado los días de cabalgar para tocar el piano junto a su hermana, por lo que en estos días sólo se encontraba en el jardín lunes, miércoles y viernes, los sábados iba a la casa un profesor de italiano y otro de portugués para darles sus lecciones y los domingos iba a la iglesia con su abuela y pasaba todo el día a su lado.

Lucien sabía todo eso, lo había aprendido con facilidad pues no le resultaba difícil observar a Taylor desde que cumplió la mayoría de edad, porque ella siempre había sido hermosa, carismática y compasiva, todo lo que Lucien podía pedir en una mujer y ahora Taylor ya era una mujer, no le resultaba complicado imaginarla como su mujer... lo realmente complicado era encontrar un momento donde se encontrara sola, pues sus padres la involucraban cada vez más en el manejo de la mansión y llevaba ya dos semanas que no iba al jardín desde que había vuelto a Gales.

Por supuesto que aquello no había sido impedimento para Lucien quien había logrado burlar la seguridad de Robbie que nunca lo dejaba subir a las habitaciones, él era el jardinero, no tenía necesidad de subir a molestar a la familia del duque a sus habitaciones, de hecho no tenía permitido entrar en la casa a menos que el duque Harry o la duquesa Emma lo llamaran y eso ocurría muy pocas veces. Pero aquella tarde Robbie tenía más obligaciones de lo normal, había descuidado la escalera de las habitaciones y Lucien tuvo el camino libre para subir, de cualquier forma sería una visita rápida, no podía demorarse mucho si no quería asustar a Taylor y encontrar su habitación era una tarea sencilla pues su balcón era el tercero de izquierda a derecha que daba directo al jardín trasero y Lucien lo tenía muy bien aprendido.

Entró en la habitación con el sigilo de un gato, miró todo a su alrededor, la habitación era enorme, tenía sillones y una cama en la que posiblemente cabía toda la familia de Lucien, había una fina alfombra junto a la cama que tenía finas telas color hueso, había una mesa y una silla con libros y hojas para enviar cartas, tenía tinteros vacíos y un bote de basura lleno de plumas desgastadas, junto al balcón se encontraba un violín y partituras sobre un caballete y al fondo del cuarto, su tocador, ahí fue donde la atención de Lucien se fijó, caminó hasta él y lo tocó con sus dedos, tocó su cepillo y los broches para su cabello, tomó uno de sus perfumes y lo acercó a su nariz para olerlo, a eso debía oler Taylor, a rosas.

La puerta del baño se abrió y Taylor salió de él, Lucien dejó el perfume en su lugar y la miró ligeramente asombrado, usaba un vestido amarillo que tenía manchas de tinta y tenía un delicado brazalete en la muñeca derecha, se lo había regalado Simon antes de irse, Lucien lo sabía porque se lo obsequió en el jardín. Cruzaron miradas y Taylor abrió la boca para hablar pero nada salió de ella, se quedó parada a unos cuantos metros de él y fue cuando Lucien decidió acercarse.

—Lamento entrar de esta manera, señorita Taylor.

—¿Qué hace aquí, Lucien?

—Vine a traerle esto.

Le extendió el ramo de violetas que llevaba en la mano derecha esperando que ella las tomara, Taylor lo miró confundida, pero se acercó unos pasos.

—¿Las envía alguien?

—Son de mi parte. — Taylor abrió la boca sorprendida, pero Lucien volvió a hablar. — No ha visitado el jardín desde hace dos semanas y bueno, me tomé el atrevimiento de venir a su habitación para traerle un poco del jardín, así no lo echará tanto de menos.

Enchanted | Benedict Bridgerton |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora