Noveno Capítulo

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- ¿Realmente crees que estaremos seguros aquí? - dudo ella al ver que entraban a un pequeño poblado. -

Ambos se vieron en la obligación de salir de Hatville dejando a más de algún herido o atropellado en el proceso.

Pobres de esas personas pero, más pobres ellos si se dejaban atrapar por la chica de ojos disparejos que tenia ganas de darles una golpiza digna de al menos siete huesos rotos.

Y los siete huesos rotos es un mínimo, el máximo son todas con una siesta segura en un panteón.

Entraron a uno de los pequeños pueblos que quedaban a las afueras de Hatville que es la ciudad más grande en el sector antes de llegar a Atreno.

Eran exactamente cinco poblados los que habían, dependiendo de la salida que tomabas de la ciudad pasarás por uno de ellos.

Salida principal, el poblado de Fearville, el más grande de todos, también el más cercano quedando a dieciocho kilómetros de distancia.

Salida norte, Butler Village, ubicado en una zona montañosa.

Salida Sur, Ties Town, el más pequeño de los cinco debido a que al igual que Coachella queda en un desierto.

Salida Oeste, Hex Village, nada por lo que resalte a parte de que es famoso por ser un lugar misteriosamente siniestro.

Y por último el de la salida este, el que quedaba a treinta y nueve kilómetros exactos, Hatetread Ville, que es en donde efectivamente los dos desesperados estaban.

A pesar de que su nombre sea literalmente "movimiento de odio" era bastante calmo cuando no estaban de fiesta, el lugar estaba lo suficientemente alejado como para que Demencia fuera capaz de seguirlos sin utilizar un automóvil.

Hasta para la inmensa fuerza y resistencia que tenia la chica esa distancia era muy larga.

- Este es el lugar más lejano y a la vez medianamente cerca en el que podemos mantenernos por cierto tiempo, - contestó. - Demencia puede ser muy energética pero, muchas energías las gasto destruyendo parte de Hatville, no seria capaz de venir corriendo hasta aquí. - le explico y parqueo el auto que robo a un lado de la carretera frente a una farmacia. -

- Podia tomar un auto y seguirnos. - sugirió la chica paranoica. -

- Lo hubiéramos notado hace mucho. - le dijo y ambos se vieron con una mirada de afirmación a lo que acababa de decir. -

El chico salió primero del auto y luego lo hizo Cecilia esperando a tener seguridad.

Ambos en ese momento pasaron por alto que la rosada estaba bajo el efecto de los medicamentos que la tenían bastante controlada en el sanatorio.

Una vez el efecto de todas esas pastillas se discipiran y que probablemente Black Hat pueda terminar viniendo por ellos para quitarles la piel vivos (en especial a Flug por ser su empleado) todo iría cuesta abajo y aumentando de tamaño como una bola de nieve.

- ¡Black Hat! - Grito furiosa la chica entrando a la mansión. - ¡Black Hat! - volvió a gritar pero, con más fuerza mientras caminaba por el pasillo que dirigia a la oficina del ente. -

Desgraciadamente Demencia no logro arruinar el plan de Flug de verse con Heed aunque hubiera destruido todo lo que había a su paso y también intentado hasta el agotamiento seguirlos.

Hatville tiene un tamaño considerable y a pesar de que ella era muy hiperactiva no logró hacer más que un caos por donde pasaba.

Eran las cinco de la tarde, ella volvió a la mansión sucia y a punto de llorar de rabia, no podia aceptar que su compañero decidió proteger a la chica.

Sin haberle pasado por la mente que la rosada aprovecho el momento para escapar y que ella estuviera libre en estos momentos era su culpa.

Pero, obviamente ella no le diría eso a su jefe.

Iba a soltar otro grito para llamar la atención del demonio cuando un agujero a pareció a sus pies haciéndola caer.

Seguido de su grito de sorpresa por lo pasado cayó dentro de la oficina de su jefe quedando frente a él.

- Casi me rompes el culo y no a como quisiera. - se quejo ella sobando su espalda baja con su mano derecha. -

Habia caído sentada y por eso había dicho tal cosa.

- ¿A que se debe tu incesante berrinche, esquincla? - le preguntó él sentado en su sillón con sus manos entrelazadas encima del escritorio. - Te di el día libre junto con el otro papanata y todavía te osas a portarte como una niña malcriada. - refunfuño  con debida razón ya que él esperaba tener un dia tranquilo. -

- Flug sacó a la perfumes del sanatorio. - soltó molesta y poniéndose en pie. - Ambos salieron de la ciudad como si fueran una copia barata de Bonnie y Clyde. - añadió y en ese punto su jefe estaba más que claro por que sus empleados estaban actuando tan especial. -

El ente arrugo el ceño con desagrado.

Demencia estaba muriendo de celos.

Por ahorita tenia lo que el doctor había avanzado para tener su día libre, esa dichosa poción que vuelve a la gente más idiota de lo que posiblemente ya es.

Pero, ¿Era eso suficiente?

Honestamente, lo que hiciera o no su empleado le daba igual, lo único que verdaderamente importaba era si esta podía hacer que él ganará dinero.

Cuando de repente recordó.

En dos días iba a ser el catálogo.

Ese bastardo tenia que estar en la mansión, lo quisiera o no.

Suspiro con resignación mientras la chica con desespero esperaba su respuesta.

- El doctor no puede estar lejos, - le informó a su empleada. - deja de comer ansias, mocosa, - le pidió sin disminuir la seriedad en su ronca voz. - y también deberías saber que él no puede salir de aquí sin que yo sepa en donde está. - le recordó. -

- ¿En dónde esta, entonces? - preguntó  provocando que el demonio sacará sus tentáculos y le apretujaran el cuerpo. -

Que insoportable estaba siendo la chica en este momento, los deseos de tomarla del cuello y dejarla inconsciente eran cada vez más fuertes.

- Esta en Hatetread maldita mocosa entrometida, - respondió con repugnancia. - yo no estoy para componer cada una de las metidas de patas tuyas y de Flug, - la regaño. - ya que estas tan indómita y preocupada por ese debilucho piernas de fideo, ve tú y traelo de vuelta antes de que den las doce del día mañana. - le ordenó con su voz distorsionada. - Atrapa a Heed y ya verás tú que haces con ella. - finalizó. -

Los tentáculos de su jefe la soltaron y al caer toda la oficina y su jefe se hicieron humo que al desvanecerse dejo ver la entrada del poblado que acababa de mencionar.

Sonrio con malicia.

Si podía matar a esa perra lo haría sin pensarlo dos veces.

Se puso de pie y que la destrucción inicie.

Volviiiiiiiii

Sin Tiempo | Demenflug x PaperheedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora