Veinteavo Capítulo.

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- No, no tengo una misión para ti, querida. - replicó en negativa el demonio que al hacerla aparecer con su ropa oscura lista para salir en su oficina solo le preguntó cual era el trabajo que le tenia creyendo que no había otra razón la que ella tendria que estar ahi. - Te he presentado aquí para hablar sobre el doctor, - mencionó estando sentado en su sillón similar a un trono gótico pero, adaptado al ambiente de negocios que tenia él, con sus manos entrelazadas descansando en su escritorio tal estuvieran cansadas aterrorizar a todo ser viviente que se le aparezca. - no es necesario mencionar que soy gran admirador de que viva con los nervios hasta los huesos y aterrorizado hasta de respirar cerca mío pero, si eso afecta su desempeño laboral ya no es de mi agrado. - aclaró y seguido hizo su  sillón hacia atrás para ponerse de pie. -

- ¿Que se le ofrece entonces, jefe? - preguntó con desgano, podia imaginar con tanto detalle lo que estaba por suceder. -

El ente se puso de pie a unos metros de ella, los suficientes para que ella se viera obligada a alzar su rostro para verlo directo a sus oscurecidos ojos.

Ella estaba a punto de salir de la mansión para terminar por fin con su trabajo comunitario de arreglar los condominios, apartamentos y habitaciones a villanos retirados o prófugos que habia dañado con sus emociones de volcán activo; llevaba el pelo en media cola alta, la pereza le ganó hoy y su pelo no colaboraba mucho para hacerse una cola alta como suele acostumbrar ella con su inmensa cabellera, llevando una blusa negra transparente ajustada que dejaba notar su brassiere del mismo color y un jogger del mismo color con sus zapatos disparejos siendo lo único de color en su persona como su cabello que ahora es completamente verde.

No se habia tomado el tiempo de teñirse su flequillo, a penas y quiso recortarlo pero, ni de broma quería hacer desde cero todo el proceso de pintarselo, no tenia ánimos de hacerlo.

- Tu y yo sabemos por que él esta así,- habló sin quitarle la vista de encima. - me importa un bledo que lo hagas miserable por ser un idiota, pero si me importa que su eficiencia sea nítida, - explicó. - necesito que por lo menos le digas que es un imbécil, - pidió de mala gana, realmente le daba igual si ellos se llevaban bien o no pero, siendo que el de la bolsa salio tan sentimental y no soporta el silencio que le han impuesto tiene que intervenir antes de que se suicide o comience a regarla en todos los trabajos que esta haciendo. - te ordeno que le quites la ley del hielo. - rectificó, ya no era una petición era una orden. -

Ella arrugó el ceño, obviamente estaba obligada a obedecerlo sin importar que le dijera, si él le ordenaba que se tirará de las cataratas del Niagara y que mientras caía peleará con el pescado más grande de esa zona tenia que hacerlo sí o sí.

- No voy a tratarme bien con él. - refunfuño, si iba a hacer lo que le pedía pero, lo haría de muy mala gana. -

- No es como si alguna vez lo hubieras hecho. - afirmó él. - Aún cuando intentaste ser buena con él fallaste inmensamente. - opinó. - Eso de sentimientos y esas ridiculeces no se les da a ni uno de ustedes dos, descerebrados. - soltó burlesco por qué era más claro que el agua de las playas de las Bermudas que él sabía que sentimientos estaban compartiendo esos dos. -

Ella soltó un suspiro cruzándose de brazos, su lenguaje corporal estaba casi gritándole al del sombrero lo inconforme que estaba por su orden.

Pero, lo único de ella que no habia cambiado después del caos que quemo a casi toda Hatville fue lo sumisa que era ante su jefe, no por que ella siguiera teniendo atracción o amor por él, más bien por que sabia muy bien lo que le convenía.

Nunca iba a poner en juego su relación de trabajo con el demonio, aún si no seguía enamorada de él, ella se mantendría igual de obediente.

- Esta bien, jefe. - contestó evitando entrar en detalles justo con lo que acababa de decirle sobre como ella siempre ha sido tosca con el de la bolsa. - Le hablaré para que la niña salga de su cuadro depresivo.

Sin Tiempo | Demenflug x PaperheedDonde viven las historias. Descúbrelo ahora