𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲 𝐊𝐞𝐞𝐧𝐞

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𝐇𝐚𝐧𝐧𝐚𝐡

Después del entrenamiento fui con Robby a la tienda de al lado del dojo para comprar algo de comer.

—¿Qué hay?—le preguntó el dependiente a Robby mientras chocaban sus manos.

—Iré a la nevera a por un Gatorade—le dije a Robby.

Él asintió y fue hacia donde estaban las barritas energéticas.

Caminé hasta las neveras y miré todos los sabores para ver cuál me apetecía hoy, finalmente tomé la azul.
Cerré la nevera y cuando miré hacia donde Robby estaba pude ver al señor LaRusso con él.

¿Qué hacía ahí?

Me acerqué a ellos.

—... necesita un campeón masculino—Robby me miró antes de volver a hablar—. Ahora nos dirá lo de "he venido a rescataros" "No sois así" "Os quiero ayudar" bla, bla, bla...

—Todo eso ya os lo he dicho—dijo el señor LaRusso—, hay que romper el círculo. Sé lo que le hicisteis a Eli, era tu mejor amigo—dijo mirándome.

—Lo era, hasta que decidió cambiarme—respondí.

—Se lo merecía—siguió Robby.

—No he venido a juzgaros, he venido a deciros lo que os va a pasar—lo miré con una ceja encarada—. Terry Silver ha aparecido de repente, conmigo hizo lo mismo, parecerá que es un buen hombre, os enseñará movimientos, os irá ganando y os acabara corrompiendo—se acercó un poco más—. Os hará superar vuestros límites. Seréis más fuertes de lo que pensabais, pero Silver no parará.

Vi como el sensei Silver aparecía por detrás así que dejé de mirar al señor LaRusso para negar con la cabeza.

》Ese hombre es um retorcido y un enfermo, y cuando acabe con vosotros ya no seréis vosotros. Un día veréis la sangre de alguien en vuestra camiseta y rezaréis para que no sea tarde para cambiar de rumbo...

—No les interesa, señor LaRusso—le interrumpió Silver—. Ha llegado el equipamiento nuevo, id a echarle un vistazo—nos dijo.

Ambos comenzamos a caminar hacia la salida, yo le dejé el Gatorade al dependiente.

—Luego vengo a por él—dije.

Mientras que yo hacía eso, noté como Robby miraba al señor LaRusso una vez más antes de que ambos saliéramos de allí.

—No sé si se piensa que me importa—dijo.

Yo alcé los hombros.

—Él sabrá porque quiere perder su tiempo—dije.

Entramos al dojo encontrándonos con Tory.

—Hannah, ¿podemos hablar un momento a solas?—me preguntó.

—Claro—respondí mientras la seguía.

Fuimos hacia una parte del dojo donde no había mucha gente.

—He conseguido que nos readmitan a las dos en el instituto—dijo.

—¿Qué? ¿Cómo?—cuestioné.

Ella me había hablado de que el director se estaba planteando readmitirla, pero solo a ella.

—Bueno, le lloré un poco al director diciendo que sin ti me sentiría excluida y los LaRusso han firmado a favor, así que podemos volver—dijo.

—¡Dios, eres increíble!—dije sonriendo mientras la abrazaba—. Gracias, gracias, gracias.

Nunca creí que me fuera a alegrar por volver al instituto, pero es que en ese momento sí que veía mi futuro en la basura.