𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲 𝐊𝐞𝐞𝐧𝐞

•15•

𝐇𝐚𝐧𝐧𝐚𝐡

Los LaRusso nos habían invitado a mí y a Robby al club de playa, algo que agradecía porque creo que mis padres no habían pagado la cuota de ese mes.

El señor LaRusso paró el coche frente al recinto del club.

Sam bajó del coche. Yo iba a hacerlo también, pero Robby me detuvo.

—Aquí es donde tuve esos problemas el año pasado—me susurró Robby—.  ¿Crees que me dirán algo?

—No creo. Vienes con los LaRusso así que eres como un invitado o algo así y no te pueden echar por algo del año pasado—respondí.

—Espero que no se acuerden—dijo mientras miraba el lugar frente a nosotros.

—Tú tranquilo—dije besando su mejilla —. Actúa normal y ya está, ¿vale?

Él asintió.

Seguimos a los LaRusso hasta llegar al interior del lugar.
Dejamos nuestras cosas con Amanda y Daniel antes de ir hacia unas tumbonas que había frente a la piscina.

—¿Queréis algo de beber?—cuestioné.

Sam y Robby negaron por lo que fui yo sola a por una bebida.

Subí al piso de arriba donde estaba el bar, pero una chica llamó mi atención.

—Hey, ¿qué haces?—cuestioné.

—Em... nada—respondió algo nerviosa.

—No diré nada. No eres la única que ha cogido botellas sin pagar—dije.

—Menos mal, creí que avisarías a alguien y me echarían—confesó la chica.

—No, tranquila—respondí con una amable sonrisa—. ¿Compartes?

La chica asintió para luego comenzar a caminar a mi lado.

—Soy Tory—se presentó.

—Hannah—respondí—. Nunca te había visto por aquí.

—En realidad, yo no estoy en esto. Me ha invitado una amiga—respondió—. Es esa de allí.

Señaló con la cabeza hacia donde estaba Aisha.

—¿Aisha?—cuestioné.

—Sí, ¿la conoces?—preguntó Tory.

—Somos amigas desde hace tiempo—respondí.

—Bien. Vamos a preguntarle si quiere—dijo Tory.

Fuimos a donde estaba Aisha hablando con Sam.

—Ey, mira lo que tenemos—habló Tory sacando la botella de vodka de su bolso.

—¿Cómo la habéis conseguido?—cuestionó Aisha.

—La hemos tomado prestada—respondí chocando el puño con Tory.

—Os podéis meter en un lío—dijo Sam.

—¿Y tú quién eres?—cuestionó Tory.

—Ella es Sam. Sam, Tory—presentó Aisha.

—Oh, vamos. Tienen cincuenta botellas más como esta, no lo notarán—dije.

—Podría llevarme media cubertería y no se darían cuenta—siguió Tory.

—No deberíais robar nada—dijo Sam.

—¿Eres una monja?—le preguntó Tory.

—¿Venís?—les pregunté.

—No sé...

—Los adultos ya están borrachos, no se darán cuenta—añadí.

—Bueno, un trago—accedió Aisha.