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𝐇𝐚𝐧𝐧𝐚𝐡

Volví al lugar ese al que nos había llevado Moon.

Volvería a meterme en la cápsula, pero esta vez quería enfrentarme a lo que me apaeciese, no quería huir.

Cerré la cápsula y me tumbé, respiré hondo antes de cerrar los ojos.

Otra vez estaba ahí, en esa sala negra.

Caminé un poco, pero no veía nada.
Comencé a escuchar una música, como de las típicas cajitas en las que dentro había una bailarina. Caminé un poco más cuando vi una luz.
Cuando llegué a ella pude ver que estaba en una habitación.

Era un recuerdo.

—¿Qué hacías ahí arriba con mi padre?—cuestionó una de las hijas de Hoffman.

Solo me daba clases extras—respondí sin más.

Ya... no se escuchaba lo mismo—dijo con algo de rencor en su mirada—. Como mis padres se separen por tu culpa te vas a enterar.

No sé de qué me hablas—contesté.

—Sí lo sabes, no te hagas la tonta—respondió—. No sé cómo no te da vergüenza.

De repente el recuerdo se apagó y desapareció.

Miré a mi alrededor confusa.

Todo estaba negro, no había nada.

—Has decidido volver, pequeña—se escuchó la voz del odioso y repugnante Hoffman.

Miré a todos lados, pero no estaba.

—¡Sal de dónde estés!—grité—. No te tengo miedo.

—¿Por qué deberías tenerme miedo?—cuestionó detrás de mí haciendo que me gire—. Nunca te haría nada.

Esa frase me dio tanta rabia que lo único que pude hacer fue lanzarle un puñetazo golpeando su rostro.

—Auch—se quejó—. No está mal.

Le di una patada golpeando su pecho haciendo que ponga su mano en la zona golpeada, después le hice una barrida tirándolo al suelo.
Iba a golpear su rostro de nuevo, pero cuando mi puño tocó su rostro se desvaneció haciendo que yo quedara de rodillas en el suelo.

—Eres tan inocente para lo que quieres, pequeña—dijo detrás de mí.

Me giré pata mirarlo, pero lo único que supe es que su puño se acercaba a mí hasta golpearme haciendo que me golpeé contra el suelo en la cabeza.

Me levanté agitada en la cápsula mientras la abría.

Estaba tan confusa y perdida con todo.

[...]

Fui al dojo con Miguel, Eli y Robby.
Estaba muy contenta de verlos juntos a los tres.

—¿Habéis visto el video que os mandé del último Sakai Taikai?—cuestionó Eli.

—¿Cómo dan patadas tan altas?—cuestionó Miguel.

—Y tan fuertes—continuó Robby.

—Es increíble—dije sonriendo.

—Es el campeonato más importante del mundo—dijo Sam.

—Los ganadores del año pasado hicieron un anuncio en Taiwán—dijo Eli.

—Imaginaos salir en un anuncio—dijo Mitch—. ¿Qué haríais con tanto dinero?

𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲 𝐊𝐞𝐞𝐧𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora