𝐇𝐚𝐧𝐧𝐚𝐡
Me vestí rápidamente al darme cuenta se la hora que era.
Me puse un top negro que tenía encaje en los bordes y unos pantalones mezclilla anchos con unos rotos más o menos a la altura de las rodillas.
Me peiné rápidamente y bajé.—¿Saldrás?—me preguntó mi padre.
—Sí, voy a intentar recuperar una amistad—suspiré—. Te veo a la hora de comer.
Besé su mejilla.
—Adiós—dijo.
—Por cierto, me llevo el coche—informé antes de cerrar la puerta.
Subí al coche y conduje hasta Miyagi-Do.
Debía de quedar poco para que empezara el entrenamiento.Estacioné el coche al lado de la puerta.
Había llegado tarde, así que no me quedaba otra que esperar a que salieran.
Para mi sorpresa vi como algunos Miyagis salían del dojo, entre ellos Eli. Bajé del coche y Di unos pasos para acercarme a ellos.Mordí el interior de mi mejilla antes de hablar.
—Eli—lo llamé.
Él me miró y puso una mueca después volvió a mirar a sus amigos.
—Ahora voy yo—les dijo a los demás.
Yo me acerqué más hasta llegar a él.
—¿Qué quieres?—cuestionó con cierta molestia en su tono de voz.
—Pedirte perdón—respondí—. Fui una idiota y lo sé. Tú no me abandonaste yo te abandoné a ti, y lo que le hice a tu pelo estuvo mal. Fatal de hecho. Pero estaba perdida: mi abuela murió, mis padres se divorciaban, todos mis amigos se iban a otro dojo y yo veía como mi vida se estaba cayendo frente a mí.
》Sé que eso no lo justifica, y tampoco pido que me perdones si no quieres, pero quiero que me entiendas, porque sé que sabes lo que es, porque tú estuviste en Cobra Kai y sabes lo mucho que eso te nubla.
》Sabes que cuando estás ahí no eres tú el que actúa sino Kreese, o Silver en mi caso—suspiré—. Lo siento mucho.
Él me miró un momento en silencio sin verse muy afectado.
—Pues vale—dijo sin darle importancia antes de irse.
Vi como se iba hasta desaparecer de mi vista.
Apreté los labios antes volver al coche.
Subí al asiento del conductor cuando mi teléfono empezó a sonar, era una llamada de Robby.—Hola, amor—saludó él.
—Hola, ¿qué tal por México? ¿Habéis llegado ya?—cuestioné.
—Todavía no hemos llegado, hemos tenido un pequeño problema con él coche—respondió.
—¿Pero, estáis bien?—cuestioné preocupada.
—Sí, no te preocupes—respondió en un tono tranquilizador—. ¿Qué tal por ahí?
—He intentado hacer las paces con Eli, pero no quiere—dije—. Lo entiendo, lo que hice estuvo fatal.
—No sólo fuiste tú—dijo—. Todo Cobra Kai fue.
—Ya, pero la diferencia es que yo era su mejor amiga—respondí.
—No te preocupes. Te acabará perdonando—dijo él—. Bueno amor, tengo que colgar este teléfono no tiene muchos minutos para llamar.
—Vale, te amo—respondí—. Tened cuidado.
—No te preocupes—dijo—. Yo también te amo mucho. Hablamos mañana, guapa.
—Hasta mañana, chico guapo—dije sonriendo aunque no me viera.
Comencé a conducir de nuevo hacia mi casa.
Paré en un semáforo y aproveché para poner algo de música en Spotify cuando de repente escuché un golpe.Mierda, le habían dado al coche.
Por suerte, no había sido tan fuerte como para hacerme daño.
Bajé del coche y miré la parte de atrás del de mi padre notando un bollo en él.
—Lo siento, estaba distraído—dijo un señor bajando del coche.
Me quedé paralizada al escuchar esa voz.
¿Qué cosa tan mala había hecho yo para que el universo me hiciera esto?
—Me suenas de algo—dijo—. Oh, ya sé. Qué casualidad, ¿verdad, pequeña?
Sentí náuseas al escucharle y más por ese apodo de mierda.
No dije nada solo fui a la guantera del coche de mi padre y saqué los papeles para hacer el parte del seguro.
—Rellénalo—dije.
Quería acabar cuanto antes.
—No te recordaba tan mandona—dijo Hoffman—. Se te daba bien obedecer.
Lo miré mal mientras que él rellenaba el parte.
—No tienes porque tenerme miedo, no te haré nada. Por ahora—murmuró esto último, pero lo escuché.
—Más te vale que no te acerques a mí—dije.
—¿O qué?—cuestionó—. Tan solo eres una niñita.
—Y tú tan solo un viejo verde que no sabe que es ser querido—respondí—. ¿Cómo reaccionaron tus hijas al saber lo que hacías? ¿O tu mujer? Siento pena por ellas, no se lo merecen.
—Qué contestona te has vuelto—dijo—. Me gusta.
—No me importa una mierda lo que te guste—dije—. Y como no cierres la puta boca vas a volver a la cárcel porque te recuerdo que tienes una orden de alejamiento.
Tomé el parte al ver que ya estaba rellenado y volví al coche.
Se asomó por la ventana.—Estás muy guapa, por cierto—dijo.
Arranqué el coche para esta vez conducir a mi casa.
Estaba temblando, porque aunque quisiera aparentar lo contrario le tenía miedo.
Estaba asustada, pensaba que le habían dado más tiempo de cárcel.
De hecho necesitaba que él estuviera en la cárcel porque igual a mí no me vuelve hacer, pero hay más niñas ahí fuera a las que le puede hacer algo, y no se lo deseaba a nadie, ni siquiera a Sam y eso que a ella la odio, pero es algo que nadie debería sufrir.Abrí la puerta del coche para después entrar en mi casa y darle el parte a mi padre.
—Por suerte nos pagarán el arreglo—dije—. Lo siento.
—No es tu culpa—dijo.
Yo asentí.
—¿Has hecho las paces con tu amigo?—yo negué con una mueca—. Oye. ¿Estás bien? Te veo algo pálida.
Yo asentí.
—Ha sido el susto del golpe, nada más—mentí mientras sonreía.
—¿Te has hecho daño?
—No, por suerte no ha sido un golpe fuerte—respondí.
Ew, Hoffman. Pégate un tiro.
Publicado el 18•09•2022
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𝐒𝐭𝐞𝐫𝐞𝐨 𝐋𝐨𝐯𝐞 || 𝐑𝐨𝐛𝐛𝐲 𝐊𝐞𝐞𝐧𝐞
FanficNo me puedo enamorar de mi mejor amigo, ¿o sí? 𝐈 𝐜𝐚𝐧 𝐟𝐢𝐱 𝐚𝐥𝐥 𝐭𝐡𝐨𝐬𝐞 𝐥𝐢𝐞𝐬. 𝐁𝐮𝐭 𝐛𝐚𝐛𝐲, 𝐰𝐡𝐞𝐧 𝐈 𝐫𝐮𝐧, 𝐢'𝐦 𝐫𝐮𝐧𝐧𝐢𝐧𝐠 𝐭𝐨 𝐲𝐨𝐮. 𝐌𝐲 𝐡𝐞𝐚𝐫𝐭 𝐢𝐬 𝐢𝐧 𝐩𝐚𝐢𝐧 𝐛𝐮𝐭 𝐢'𝐦 𝐬𝐦𝐢𝐥𝐢𝐧𝐠 𝐟𝐨𝐫 𝐲𝐨𝐮. 𝙎𝙤𝙣𝙜...