El joven Allen es una persona que a pesar de sus múltiples esfuerzos por sobresalir sigue chocando con un muro invisible de mala suerte sobre todo en los momentos claves siendo superado por su mejor amigo en cualquier actividad de la cual se interes...
En el reino Nórdico se puede ver a Wallace , Mari y Karina además de la princesa Celestina con un gran grupo de soldados enfrente de un enorme gigante de hielo
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- Señor Wallace, según lo que sabemos, esta criatura es el guardián de la espada legendaria del héroe. Como princesa del Reino Nórdico, es mi misión ayudarlo a derrotarlo para conseguir la espada.
—¡Demonios! ¡Nadie me dijo que iba a ser tan malditamente grande!
—Tranquilo, Lord Wallace. Según mis visiones como santa, la espada está en el centro de su pecho. Solo necesitamos abrirnos paso hacia ella. (¡En el juego no se veía así de grande! Si Wallace no logra vencerlo, estamos muertos...)
Caballero principal: —Si me lo permite, podríamos diseñar un plan de acción.
—No será necesario, yo soy el héroe. ¡Oye, Karina, mueve rápido tu trasero e incapacita sus pies con tu magia!
—...Sí. Magia Trampa: Pozo Terrenal.
Una gran cantidad de tierra, como arena movediza, se abre paso provocando que el gigante de hielo caiga.
—¡Ahora tú, Celestina!
—¡Sí! Ventisca Infernal.
Un fuerte viento empieza a hacerlo retroceder, provocando que el gigante quede aún más enterrado en el pozo de arena.
—Ahora, monstruo, prepárate para morir. Armadura del Héroe: Fuego Sagrado.
—¡E-espere, Señor Wallace! ¡Tenemos que debilitarlo más, sino podrá usar su habilidad!
Wallace no escucha. Emprende la carrera en dirección a la criatura mientras derrite el hielo a su alrededor y salta envuelto en fuego para destrozar el centro del monstruo. Sin embargo, este desaparece y se fusiona con la montaña de atrás, creando una enorme avalancha que los consume a todos.
Tras un par de minutos, una mano sale de la nieve.
—...Maldición, pensé que no lo iba a lograr. ¿Alguien más sigue vivo?
—¡Lord Wallace, aquí estoy! ¡Ayúdeme, por favor!
—Tch, siempre eres una molestia, mujer. ¿Sabes si alguien más sobrevivió?
—No lo sé, Lord Wallace. Logré sobrevivir porque utilicé una barrera sagrada. ¡Espere! ¿Esa de ahí no es Karina?
—Sí, tal parece que también lo logró. Ahora hay que buscar el cadáver de esa princesa.
—No, lo mejor sería tomar la espada e irnos lo más rápido posible. Si no, podrían acusarnos de la muerte de la princesa.
—Demonios, tienes razón. Bueno, párate de una vez, Karina. Nos largam...
De repente, una espada se aproxima peligrosamente a Wallace, quien logra bloquearla a tiempo.