El joven Allen es una persona que a pesar de sus múltiples esfuerzos por sobresalir sigue chocando con un muro invisible de mala suerte sobre todo en los momentos claves siendo superado por su mejor amigo en cualquier actividad de la cual se interes...
En un tren cerca de la frontera entre la Galia y la península Ibérica, Anastasia viajaba en compañía de Iosef. Ya llevaban cuatro días de viaje.
—Es una porquería que me hayan obligado a participar en esta farsa —refunfuñó Iosef.
—Señor Iosef, le sugiero que se calme. Ahora no estoy de humor para escuchar sus alaridos —respondió Anastasia con frialdad.
—...No me digas que estás preocupada por Allen.
—¿Y cuál sería el problema si lo estuviera? —replicó ella, mirándolo con dureza.
—Absolutamente ninguno, pero deberías entender que, en una guerra, cualquier cosa puede pasar, y más cuando estás del lado que está siendo abrumado.
—Diga lo que quiera. No tengo motivos para tener una buena relación con usted.
—¡JAJAJAJAJA! Eso sería lo último que esperaría —rió Iosef con sorna.
—Aun así, no tengo claro el motivo por el que aceptó venir. Ustedes, los rebeldes anarquistas, no tienen un lugar en el Imperio.
—¿Quién sabe por qué acepté venir, señorita Anastasia? Tal vez porque usted necesita discutir con el Zar personalmente.
—En serio odio a los impertinentes como usted. Pero no hace falta que yo haga algo, siempre y cuando se mantenga tranquilo. De lo contrario, me temo que tendré que hacerme cargo.
—Me encantaría ver cómo lo intentas.
Mientras tanto, en el frente de batalla se libraba un cruento combate entre las fuerzas de los feudos. La multitud de hombres intentaba escalar los muros, pero en cada intento eran abatidos por el fuego enemigo. Al oeste, la fuerza principal de Musashi bloqueaba cualquier avance de los invasores. Sin embargo, poco a poco, el número de enemigos comenzaba a disminuir, gracias a la llegada del tren blindado y los carros de guerra.
En el frente de los feudos
Soldado 1: —¡¿Pero qué mierda es esa cosa?!
Soldado 2: —¡CÁLLATE! ¡Solo preocúpate por disparar! A este paso, esos vehículos llegarán hasta nosotros.
Soldado 3: —¡Necesitamos magos defensivos! ¡Cualquiera que pueda utilizar magia, que vaya al frente!
Soldado 4: —¿Pero qué dices? Ya no queda ninguno. ¡Mandaron a todos a cargar contra la fortaleza!
Soldado 5: —¡¿Qué?! ¿Qué idiota dio esa orden?
Soldado 6: —Lord Issei mandó a los magos al frente.
Soldado 7: —¿Y Lord Noah?
Soldado 8: —No lo sé... No hay noticias de él desde hace tiempo. Estamos sin suministros.
Soldado 1: —Ya cálmense. El ruido ha cesado... Es la oportunidad del frente para cargar otra vez.
Soldado 2: —Sí... Al menos nos tocó estar en la última fila. Odiaría tener que estar al frente de esos salva-.
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