El joven Allen es una persona que a pesar de sus múltiples esfuerzos por sobresalir sigue chocando con un muro invisible de mala suerte sobre todo en los momentos claves siendo superado por su mejor amigo en cualquier actividad de la cual se interes...
Un gran barco mercante llega con Kunai a la cabeza, reuniéndose con la flota de Edwar.
—Edwar-dono, ¿cuál es la situación? ¿Por qué se encuentra tan lejos de la costa?
—Son órdenes de Lord Allen. No puedo hacer nada si es un pedido expreso suyo.
—Lo comprendo. Aun así, debería brindar fuego de cobertura.
—Tenemos órdenes de quedarnos aquí con todas las provisiones y en las mejores condiciones.
—Aun así, no lo comprendo. ¿Por qué mandar a toda su flota tan lejos?
—Para mí también es un misterio. Debido al asedio, no tenemos más noticias ni informes. Tal vez usted sea consciente de algo que nosotros no.
—... Espere... ¿Su fuerza está en su totalidad, verdad?
—Eh... sí. ¿Por qué lo pregunta?
—Según mi información, el Imperio Qin ha enviado una gran cantidad de flotas y soldados.
—¡¿El Imperio Qin?! ¿Qué hacen aquí?
—Tal parece que están planeando expandir su influencia en toda la región.
—Ya veo... Así que esa es su estrategia.
—Eso parece, pero actualmente están en una guerra civil. Sería incomprensible que mandaran sus mejores navíos y tropas.
—Tiene razón. Aunque quisieran demostrar fuerza, no hay motivo para movilizar tantos hombres. Pero aun así, estamos en la peor situación... Con tantas tropas, la barrera no aguantará mucho.
—No, es todo lo contrario. Estamos resistiendo bien, incluso podríamos lanzar una contraofensiva. Si Allen-dono se une al combate, tal vez... ¡Allen-dono sabía que esto sucedería! Pero aun así... ¿por qué enviar su flota tan lejos?
—¿Qué ocurre? ¿Se acordó de algo?
—En serio... Allen-dono es aterrador.
—¿Por qué lo dice?
—Su plan es apoderarse de toda la región.
—Pero si quisiera hacerlo, pudo haberlo hecho desde el inicio atacando con todo.
—Podría haberlo hecho, pero sabía que sus provisiones, especialmente en invierno, no serían suficientes. Además, tenemos menos población. Aunque poseamos mejor armamento, no podríamos compensar esa diferencia tan abismal. Pero ahora sí es posible... Esperó el momento oportuno. En serio... es un genio.
—¿Entonces estamos aquí para comandar la contraofensiva?
—Sí, pero aunque el Imperio Qin esté debilitado, será una batalla casi imposible. ¿De verdad crees que podrás lograrlo?
—Antes hubiera dudado, pero ahora tengo muchas cosas que proteger y demasiado peso sobre mis hombros como para hacerlo. Confía en mí... lo lograré.
—Ahora estoy mucho más tranquila. Entonces, nos vemos, Edwar-dono. Iré al palacio para evaluar la situación. Espere la señal y prepárese para el combate.
—Por supuesto.
Una vez Kunai se marcha, Edwar retoma una actitud seria.
—Señor, esperamos órdenes.
—Por el momento, debemos aguardar... pero no podemos dudar. Así que... ¡preparen la pólvora, carguen los cañones, icen velas... conquistaremos Qin!
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