—Cerca. Me hice amigo de uno de los hijos de los sirvientes.
Cedric trató de ocultar su expresión de disgusto. Dream se veía tan feliz por hacer un nuevo amigo, que no quería matar sus ilusiones.
—¿Tus padres saben esto? No creo que les guste mucho saber que hablas con gente... así.
—No se los he dicho. ¿Pero qué hay de malo? Louis es un niño más como nosotros. No entiendo porque no podemos hablarle.
—Él no es igual a nosotros.
—¿Por qué? ¿Porque no tiene tanto dinero como nosotros? ¿Porque no sabe algunas cosas que nosotros sí? No entiendo porque hacen tanto problema con eso —Percy se cruzó de brazos y le dio la espalda a su primo.
Cedric tampoco tenía idea sobre la diferencia que había entre las personas que tenían un buen estatus económico y los que no. Él solo había escuchado a sus padres hablar con disgusto de la gente pobre sin nunca recibir una razón.
—Papá dice que esas personas roban y matan. ¿Y si trata de matarte?
—Louis no es esa clase de persona.
—¿Cómo estás seguro?
Percy se encogió de hombros. Solo estaba seguro que Louis no sería capaz de hacer eso. Él no era como la gente que hablaban sus padres. Aquella gente que entraba a las casas y las dejaba vacías, aquella gente que robaba las joyas más valiosas o aquella gente que mataba gente importante. Louis era tan solo un niño inocente.
—Los adultos también mienten, Cedric. Tal vez nuestros padres solo están mintiendo sobre esa gente. No puedes decir que todas las personas pobres son así, solo porque algunas lo son. Te prometo que Louis no es de esas personas malas.
—Aún no me parece muy seguro que hables con él. Podrían descubrirte.
—No lo harán. Soy muy cauteloso.
Alguien abrió la puerta y se dieron cuenta que era una de las sirvientas.
—Jovencitos, la cena ya está lista. No se tarden porque se enfría.
∘◦❁◦∘
Sus padres los esperaban en el comedor. Se miraban muy entretenidos hablando entre ellos que ni siquiera se habían dado cuenta de la llegada de sus hijos.
—Cedric tiene un talento musical increíble. Su tutor no deja de alabarlo. Estamos pensando unirlo al coro de la iglesia.
—Creo que deberías pensar bien esa idea —intervino el padre de Percy—. He visto a muchos jovencitos de bajos recursos allí. No creo que quieras que Cedric comparta tiempo con ellos.
—No tenía ni la menor idea. Su tutor fue el que me lo recomendó. Tal vez podría hablar con el obispo para hacer unos cambios. Esos niños no merecen ni acercarse a la iglesia.
Percy quiso decir algo, pero apenas abrió la boca, Cedric lo tomó del brazo llamando su atención para que no dijera nada que empezara una disputa. Ellos no debían meterse en tema de adultos, ya se lo habían dicho varias veces.
Pero Percy era muy firme a sus ideas y no se iba a conformar con lo que le decían. Necesitaba fundamentos, razones por las cuales odiar a la gente pobre.
—¿Por qué esos niños no deberían acercase a la iglesia? —preguntó Percy y los ojos de su padre por poco salen de sus cuencas al oír tal barbaridad—. El obispo ha dicho que Dios ama a todos por igual, y si ama a todos, entonces todos deberían poder escuchar su palabra.
—Percy, están hablando los adultos. Cuando los adultos hablan, los niños se callan.
—¡Pero quiero que respondan mi pregunta!
—¡No me levantes la voz, jovencito!
—Lo siento —Percy agachó la cabeza—. Ya no tengo hambre.
Percy se paró de su asiento y se fue corriendo. Su padre estaba por levantarse para llevarlo de vuelta a sentarse, pero su esposa le dijo que después hablarían. Por otra parte, Cedric solo se quedó callado terminando su cena, temiendo por lo que le iba a pasar a su primo.
∘◦❁◦∘
Louis se había quedado solo nuevamente, después de que todos los sirvientes salieran de la habitación. Sacó el libro que estaba debajo de la cama de su madre e intentó leer con la poca luz que entraba del pasillo por los agujeros que había al borde de la puerta.
Aún no sabía leer muy bien. Había aprendido palabras cortas que no iban a más de dos sílabas. Pasaba página en página tratando de encontrar todas las palabras que ya sabía leer. Aquello se había vuelto su entretenimiento y era mucho mejor a solo dar vueltas dentro de la pequeña habitación esperando a que su madre vuelva.
El tiempo había pasado tan rápido que no se dio cuenta cuando su madre regresó hasta que vio mucha luz entrar por la habitación.
—¿Qué es eso? —le preguntó su madre.
Louis intentó ocultar el libro detrás suyo.
—Nada.
—¿Por qué tienes un libro? ¿Has salido de la habitación?
Louis negó con la cabeza.
—No mientas, Louis. Es peligroso que salgas. Ya te lo he dicho.
—No estoy mintiendo.
—¿Y cómo conseguiste ese libro?
—Lo encontré aquí.
Su madre respiró hondo y extendió su mano para que le diera el libro.
—Voy a devolverlo mañana —dijo antes de dejarlo bajo su almohada—. Te he traído algo de comida. Come rápido, porque ya deben estar viniendo los demás.
Louis sabía lo difícil que era llevar la comida a escondidas inclusive de los otros sirvientes. Aunque todos los sirvientes le tenían mucho cariño, también eran muy precavidos de no ser descubiertos porque eran cómplices de esconder a Louis ahí.
∘◦❁◦∘
Pero y entró a la biblioteca para buscar un nuevo libro para enseñarle a Louis cuando vio a una de las sirvientes guardando el libro que le había llevado la vez pasada a Louis.
Se quedó helado viéndola. ¿Y si se había enterado de lo que había hecho? Ella no sería capaz de delatarlo con sus padres ¿o sí? No, no podía. Eso también la perjudicaría a ella.
La mujer hizo una reverencia y salió de la biblioteca como si nada hubiera pasado. Tal vez no se había enterado.
Tomó un nuevo libro y salió allí de nuevo para ir con Louis.
Esta vez demoró un poco más en abrir la puerta.
—Percy, creo que algo malo ha pasado.
—Creo lo mismo.
ESTÁS LEYENDO
if our love is wrong
Romance¿Qué pasaría si te enteraras que en tu casa viven personas que nunca has visto en tu vida? Aquello le pasó a Percy. Eran los años 1870. En ese entonces Percy tan solo tenía diez años, era hijo de una familia de un alto estatus y por lo tanto, para...