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Louis estaba ahí nuevamente. Después de casi un año mandando cartas el uno al otro como única forma de comunicación, por fin volvieron a verse y estaba vez ya no tendrían que despedirse.

   Percy corrió a abrazarlo como nunca antes. Su vida no podía ser más perfecta en esos momentos. Era el mejor momento de sus vidas para amar al otro. Eran tan libres de escoger el camino de su vida y no había otro camino que no fuera con el otro.

   —¡Te amo, te amo, te amo! —no dejaba de repetir Percy.

   Se sentían tan jóvenes, como si estuvieran en ese amor adolescente que nunca lograron experimentar. Ese amor que es tan puro y maravilloso, donde no te importa los defectos del otro y crees que va a durar para siempre, solo que este era de verdad. Iban a durar toda la vida.

   —Bienvenido a casa, Louis. Se acabaron las despedidas. Se acabó esperar a que lleguen nuestras cartas. Ya se acabó.

   —Al fin —Louis sonrió—. Es el comienzo de un nuevo capítulo de nuestras vidas y estoy agradecido que sea contigo.

   Ambos se separaron del abrazo y miraron fijamente al otro, apartaron la mirada tímidamente y se besaron sin pensarlo más.

   ¿Quién iba a quitarles su felicidad ahora?

∘◦❁◦∘

Los primeros días se volvieron despertar antes que amanezca para juntos preparar el desayuno. Tomar una taza de café mientras hablaban de las cosas que deseaban hacer. Luego Percy iba a trabajar y Louis a buscar trabajo. Por las tardes, Louis le llevaba el almuerzo al hospital y si Percy estaba libre, almorzaban juntos. Por las noches, Percy volvía a casa y Louis ya lo estaba esperando en su habitación. Por más repetitivo que se volvían los días, ninguno dejaba de ser mágico.

   Aquel día, Louis estaba solo en casa tratando de ordenar un poco. Era ya un poco tarde y Percy aún no llegaba, algo que no era tan fuera de lo común.

Encontró las cartas que le había mandado a Percy y las junto con las que Percy le había enviado a él. Las empezó a ordenar por fecha, de modo que estaban intercaladas.  Al terminar las guardo en un maletín vacío que guardaban en su armario en el caso de que en algún momento lo necesitaran.

   —¿Qué haces? —le preguntó Percy entrando a la habitación para sentarse a su lado.

   —Estaba ordenando algunas cosas y encontré nuestras cartas.

   Percy sonrió al recordar esos tiempos y lo besó en la mejilla antes de levantarse para ponerse la pijama.

   —¿No crees que sería increíble si todas nuestras cartas fueran publicadas en un futuro? —le dijo Percy mientras se vestía—. Así todos podrían ver lo mucho que nos amamos.

   —Sería increíble, muy poco realista, pero increíble.

   —O imagínate un artículo sobre mí por ser uno de los mejores doctores de la época donde saliera una entrevista conmigo donde cuento que soy quien soy gracias a ti. Seríamos la pareja homosexual más fantástica del siglo.

   Louis ríe por las fantasías de Percy. Sabe que eso nunca pasará, pero no quiere quitarle sus ilusiones.

  —Y seguro ellos dirían... "Percy y su mejor amigo", o quizá ni se darían la molestia de mencionarme.

   —Eres pesimista.

   —Soy razonable. Ellos nunca admitirían tu homosexualidad si resultas ser alguien importante en la historia.

   —Pues las cartas son muy obvias, no representan nada más que no sea amor.

∘◦❁◦∘

Los años pasaron y fueron envejeciendo poco a poco, pero juntos. Sin darse cuenta había desaparecido de su aspecto cualquier rastro de juventud, pero en su interior aún estaban en sus veinte.

   Con sus sesenta y dos años, Percy ya había dejado su trabajo unos años atrás. Sus cabellos se habían tornado grises, su piel había perdido firmeza y sus articulaciones se habían vuelto más frágiles. Sin embargo, ambos conservaban esa brillante sonrisa cuando sus ojos se encontraban con los del otro.

   —Creo que ya he conseguido todo lo que quería en mi vida —soltó Louis moviendo con la cucharilla su taza de té.

   —Yo lo conseguí el día que te conocí. Ahí supe que nada me iba a faltar.

   Las mejillas de Louis se tornaron de un color carmesí.

   —Sigues siendo un tonto.

   —Solo por ti.

   Ellos no lo sabían, pero aquella conversación fue la última que tuvieron.

   Sus corazones dieron su último latido y la vida de ambos se desvaneció al mismo tiempo como si de alguna manera estuvieran conectados.

   Encontraron sus cuerpos en su cama, ambos tomando la mano del otro y con la otra mano tocando su pecho justo en el corazón.

    —Y ese es el final de la historia de estos dos hombres que se amaron desde el día que se conocieron hasta la eternidad —dijo la anciana pasando a la última página—. Esta es la historia de mi hermano, Percy y el amor de su vida, Louis. Dos hombres que arriesgaron su vida por un amor que para la sociedad era y sigue siendo incorrecto, pero para ellos era perfecto.

   Victoria cerró el libro y miró a sus nietos muy felices de haber escuchado la historia.

   —¡Otra vez! —gritó uno de sus nietos.

   —Está bien. Otra vez. La vida de Dream a simple vista parecía sencilla...

¿Fin?

∘◦❁◦∘

if our love is wrongDonde viven las historias. Descúbrelo ahora