1
Habían pasado quince años desde aquel suceso. Con el tiempo la vida de Percy volvió a su normalidad. Sus pensamientos de preocupación por Louis ya no eran tan frecuentes. Ya no iba a buscarlo. Ya se había dado por vencido de encontrarlo de nuevo.
Se mudó a una nueva ciudad, lejos de su familia y de las horribles personas que tuvo que soportar por años. Se convirtió en médico como había soñado de pequeño. Tenía prácticamente su vida resuelta antes de los treinta. A veces volvía a su ciudad natal por festividades, cumpleaños o simplemente porque estaba libre, aunque raramente eso ocurría.
Aquel día fue de esos días raros en los que estaba libre. A pesar de que odiaba a la mayoría de su familia, amaba a unos pocos con toda su alma.
—Daisy, Daisy —cantaba Percy junto a la pequeña niña que tenía sobre sus hombros—. Planted one day by a glancing dart.
—¿Por qué mamá no puede llevarme a la escuela? —preguntó la niña.
—Porque está un poco ocupada. ¿Acaso no te gusta ir conmigo? —Percy fingió estar dolido—. Y yo que había venido solo para llevarte a la escuela.
—¡Sí me gusta ir contigo! ¡Eres el mejor! Deberías venir más seguido. Siempre es más divertido cuando estás tú.
—Ya lo sé, pero tengo que atender a mis pacientes.
—Aquí también puedes atender muchos pacientes.
Sí, tenía razón. Allí también hacían falta médicos, pero aquella ciudad no le traía tan buenos recuerdos. En la que vivía actualmente la mayoría lo conocía por ser de los mejores médicos de la ciudad y por ser tan amable con todos.
—Supongo que me gusta más mi nueva ciudad —dijo Percy con una sonrisa—. Llegamos.
La escuela era distinta a lo que recordaba. A pesar de solo haber ido unos días a aquella escuela, tenía sus memorias tan frescas como si fuera aún ese niño inocente.
Apenas la niña entró a la escuela se asombró al ver lo amables que eran los otros niños. Habían niños de todo tipo de clases sociales, pero ellos no se fijaban en ello. Ellos solo querían amigos.
Percy soltó una pequeña lágrima de nostalgia. Había cambiado tanto en su ausencia.
La pequeña campana marcando el inicio de la clase empezó a escucharse y Percy volteó hacia aquel sonido viendo a un hombre muy joven en vez de su antiguo profesor agitando la campana y dejando pasar a los niños a la clase.
—¡Adiós, hermanito! —le dijo la niña antes de entrar.
Percy la sigue. Podría reconocerlo perfectamente. Sigue manteniendo esa linda sonrisa y esos ojos inocentes. Ahora es mucho más alto, no tanto como él. Su cabello no es tan largo. Sigue siendo tan amable y mucho más con los niños.
Se para frente a él y los ojos de ambos se cruzan. Puede ver como este trata de adivinar quién es, como si de alguna forma le pareciera familiar, pero no podría averiguar quien.
La niña se queda viéndolos con curiosidad. ¿Acaso su hermano conocía a su profesor?
—¿Lo conoces? —le preguntó la niña a Percy y este asiente con la cabeza.
—¿Percy? —Louis sonríe al recordarlo.
Percy no duda en abrazarlo y Louis le devuelve el abrazo. Ambos están llorando. No pensaban volver a encontrarse. No tenían ni idea si el otro estaba vivo. Pero ahí estaban frente al otro. Ya estaban tan grandes, lo suficiente para ser dueños de su propia vida.
—¿En qué momento creciste tanto? —le dijo Percy riéndose, tratando de secar sus lágrimas.
—Me gustaría preguntarte lo mismo. ¿Cuántos años han pasado? ¿Diez, once?
—Quince, Louis. Lo lamento tanto por todo. Te busqué por meses. Hasta creí que estabas muerto.
—Al comienzo fue horrible, pero supongo que después me acostumbré y acá estoy —Louis sonreía a pesar de todas las cosas malas que le habían pasado, era de las cosas que más odiaba y más amaba Percy de él—. ¿Es tu hija? —dijo refiriéndose a la niña.
—Es mi hermanita.
—No sabía que tenías una.
—Pues creo que la conoces más que yo. Cuida de ella. Volveré más tarde a recogerla. Me encantaría hablar contigo si no estás ocupado, Louis.
—Lo mismo para ti. Hay tantas cosas que quiero contarte.
—¡Hasta luego!
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if our love is wrong
Romance¿Qué pasaría si te enteraras que en tu casa viven personas que nunca has visto en tu vida? Aquello le pasó a Percy. Eran los años 1870. En ese entonces Percy tan solo tenía diez años, era hijo de una familia de un alto estatus y por lo tanto, para...