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—No se si eres muy estúpida o muy buena como para pedirme eso—era una respuesta que el alma de elizabeth estaba esperando. Por mínimos segundos, los ojos rojos del diablo parecieron titubear, pero después de una lucha interna entre la maldad y la crueldad dentro de él, su respuesta negativa a su propuesta fue predecible—La paz no es algo mío, podrá ser una cualidad de tu Dios, pero yo no hago la paz, yo hago la guerra—

—Nunca decepcionas—suspiro la albina y pudo su cara recargada en sus manos—Sabía que dirías eso—el ángel caído alzó una ceja

—Si sabias que diría eso, ¿por qué...?—

—Bueno, tenía que hacer el intento, ¿no crees? —sonrió levemente sin verlo fijamente—Te lo dije, me resigne a que no tiene sentido huir de ti, así que tenía que intentar convencerte de quedar en paz—cada vez ella le intrigada más. El color azul de sus ojos tan brillantes como nunca habían estado desde que llegó a ese lugar, su mini sonrisa burlona con la que demostraba que ya esperaba esa respuesta y su cuerpo desnudo tan relajado...

Una parte de él se lleno de rabia, la otra lloro en silencio.

Cada día no sabía si la odiaba más o tal vez...

Caído (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora