—...Y así fue como terminé sola a media noche por la calle, mi amiga me abandono después de que un tipo horrible le ofreciera sexo y termine deambulando por...—
—¡Ya cierra la boca! —la albina cerró los labios de inmediato y sonrió de oreja a oreja. De alguna manera le divertía y complacía como el demonio se desesperaba por escucharla halar y hablar sin detenerse en ningún momento, aunque eso no ayudaba a nada a su plan, se trataba de que empezará a tener sentimientos positivos, no sentimientos negativos. Suspiro un poco acercándose más al monstruo en el que un ángel de había convertido y lo miró fijamente. Sonriendo, en silencio, prestando atención a cada jadeo suyo y cad a mirada de muerte que le lanzaban.
Si las miradas mataran, ella ya había muerto mínimo unas 100 veces más.
—Creí que te gustaba que hablara—
—Tú voz molesta mucho—gruño en bajo. Si elizabeth quería que ese ser tuviera al menos un poco de pensamientos positivos, tenía que hacerle caso.
—De acuerdo, dejaré de hablar—no le molestaba había llegado un punto en el que el silencio y la cercanía de meliodas ya no le molestaban tanto. Simplemente la habían pensar en lo insignificantes que eran los humanos y en cuanto extrañaba a su querida familia.
Se quedaron callados durante mucho tiempo. ¿Días? ¿Horas? ¿Semanas?.
¿Qué importaba? Estando muerto el tiempo dejaba de tener relevancia, ahora eras parte del todo, ya no tenías que preocuparte por llegar tarde, llegar temprano, decepcionar o de alegrar. Ahora solo eras tú, el calor del infierno, el dolor de tus pecados y el existir de tu alma. Antes de poder seguir meditando y pensando en miles de cosas de las que se daba cuenta estando muerta, escucho un suspiro, miro al diablo que estaba con la cabeza agachada y hacia crujir sus cadenas más de lo normal.—Y...Y...—maldijo en bajo—¿Cómo volviste a tu casa si estabas...sola?—elizabeth sonrió tan fuerte como si fuera una niña ante un bonito juguete de porcelana. Se sentía feliz de saber que ya había podido hacer una grieta en la impenetrable pared del demonio. Al instante se puso tan derecha como pudo y soltó una risita.
—Pues fue más sencillo de lo que pensé, lo que hice fue...—y siguió hablando, porque aunque el demonio no le había dicho nada más que eso, sabía la razón por la que le había pedido continuar. Aunque no lo quisiera aceitar, aunque le costará mirarla, aunque aveces podía notar como su piel oscura fruncia el ceño...muy en el fondo, el ángel caído sentía llenar ese vacío en su pecho.
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Caído (PAUSADA)
FanfictionCaído y desdichado, con la maldad retorciendose en su corazón y la ira destructiva nublando su mente... Toda esperanza se había esfumado, su vanidad lo había destrozado, su orgullo roto lo torturaba cada día y el deseo de venganza incrementaba tan r...