Quedaban cinco minutos para verse con Luzu, y como siempre, con sus cualidades de chico puntual, estaba a menos de dos calles para estar en casa de su amigo. Vegetta caminaba con dos bolsas, una en cada mano, en suma calma, la cual se vio interrumpida al oír su teléfono. Tuvo que detener su caminata y dejar las bolsas en el suelo, viendo un tanto extrañado el nombre del castaño alumbrando la pantalla.
Estaba en la hora, ¿por qué Luzu le estaría llamando? Iba a molestarse un poco si el chico le pedía algo a última hora o le sugería el que tarde más en llegar porque seguía en cama o su casa era un desastre.
—¿Hola? —Respondió. Sin embargo, no hubo respuesta alguna. Se quedó con el teléfono pegado a la oreja, algo impaciente al no oír nada desde el otro lado.— Luzu ¿Estás ahí?
Pudo escuchar unos ruidos y quejidos de fondo. Eso fue suficiente para que, en un estado aturdido como expectante de lo peor, tomara las bolsas que reposaban en el suelo y siguiera con sus pasos, esta vez, acelerados, pues comenzó a correr con desespero por las desoladas calles.
Agradecía haber tenido una platica con Luzu la última vez que se vieron. Agradecía haber recibido una copia de las llaves. Agradecía haberse colocado en el peor de los casos por si debía acudir a su amigo rápidamente, o por si este no daba respuesta alguna.
Es por esto que, una vez frente a la puerta, con las manos temblorosas, buscó las llaves en sus bolsillos delanteros, lanzando las bolsas al suelo, incluso si las verduras que había comprado saltaron a cualquier lado.
La adrenalina subió por su sangre cuando dio vuelta la manilla y se encontró con Luzu en el suelo, literalmente ahogándose. El chico tenía su diestra en el pecho golpeando este, mientras que su zurda sostenía de su cuello con desespero. Sintió escalofríos al ver los ojos carmín del castaño que estaban llenos de lágrimas por no poder respirar.
Rodeó el cuerpo ajeno una vez se encontró en el suelo junto al chico. En aquellos momentos agradeció su musculatura prominente, pues apretó contra su cuerpo el tórax ajeno, incluso si sentía sus piernas flaquear y estaba aterrado.
Apretujó una y otra vez contra sí el tembloroso cuerpo ajeno, hasta que aquellas flores estancadas en su garganta salieron de su cuerpo, las cuales tiñeron el suelo con la tibia sangre del chico, quien, se dejó caer entre lágrimas y con una respiración agitada.
Sintió alivio, pero cuando se encontró con la figura del chico quien acariciaba su cuello y respiraba con la boca desesperadamente, no pudo evitar sentir que el futuro propiciaba malos augurios. No había visto y tampoco esperaba encontrarse con esta escena, no otra vez.
—Vegetta, estuve tan cerca...— Le dolió el pecho ver esa mirada aterrada llena de lágrimas. Aquellas grandes peonías blancas eran poco descifrables gracias a la danza sobre la sangre carmín, del mismo color de aquellos ojos tristes y llorosos.
Se acercó a abrazar el cuerpo ajeno, quien seguía temblando, tratando de estabilizarse. Tenía tanto miedo de perder a Luzu, y el castaño estaba tan aterrado de morir.
—¿Sabes qué? — Miró a su amigo, acariciando su cabello con cariño.— Voy a ir por mis cosas. Preparame un lugar para dormir. No pienso dejarte solo en este estado, Luzu.
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not him﹆ luckity
Fanfictionㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ✦ ㅤㅤㅤNo hay dolor más desgarrante que el ㅤㅤㅤver a tu 𝗮𝗺𝗮𝗱𝗼 en brazos ajenos, o ㅤㅤㅤmejor dicho, en labios ajenos. ㅤㅤ ㅤSobre todo cuando ese dolor que te ㅤ ㅤㅤquema vivo se convierte en dulces ㅤ...