𝚇𝚅𝙸𝙸𝙸: 𝙻𝚊 𝚅𝚎𝚛𝚍𝚊𝚍

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Finalmente los monoplazas volvieron a la pista tras un rato de sacar el coche de Russell.

Salí rápido del box de Charles para intentar llegar al hospital del circuito, donde tenían al británico temporalmente.

Todo estaba lleno de periodistas en busca de una exclusiva y gente yendo por todos lados mientras que yo me hacía paso entre toda la multitud hasta llegar a mi destino.

Al verme, me dejaron pasar al instante.

–Señorita Cruise, si busca a George o Checo debe esperar aún. Están terminando unas pruebas para ver que él esté bien físicamente. Puede quedarse mientras en la sala de espera– señaló una de las enfermeras.

–Muchas gracias, cualquier noticia me cuentan– dije aún preocupada.

¿Cómo después de todo lo que George me había hecho estaba aquí sentada, esperando a saber de él? Ni yo tengo idea de responder a esa pregunta.

Supongo que tras tantos años juntos, es difícil olvidarse de una persona en tan poco tiempo. Él me seguía importando muchísimo y jamás me perdonaría que le pasase algo.

Las horas seguían pasando y no había noticias de ninguno de los dos pilotos, hasta que el mexicano pasó a la sala.

–Vaya Camille, que sorpresa verte por aquí– se acercó Pérez– Supongo que esperas a Russell.

–De hecho venía por los dos– le miré.

–Hmm, okey– asintió– Gracias por venir. ¿Ya estáis mejor él y tú?

–No hemos hablado nada desde Miami. Parece que lo digo como si nada pero de verdad lo estoy pasando mal con esto de no cruzar palabras.

–Y todo porque es un tonto.

–¿Cómo?

–Tal vez deberías escuchar su versión. Créeme, es totalmente distinta a la que interpretaste en aquella fiesta de Baréin.

–No comprendo. Sé lo que vi. Él besaba a Charlotte.

–Tal vez no deba ser yo quién te lo cuente, porque recién me enteré ayer, pero no fue su culpa. Cam, Carmen está involucrada.

–Con razón me gritó antes de la carrera.

En ese momento, ambos giramos la cabeza y vimos al británico cruzar las puertas. Me miró fijamente y Checo se dio cuenta.

–Yo mejor me voy– se levantó– George, hermano, espero que estés bien. Luego hablamos, creo que lo urgente es explicarla todo.

–Gracias Checo, luego nos vemos por ahí.– el piloto de Red Bull se despidió con la mano y salió de aquí.

Él se quedó ahí quieto, sin decir nada. Al final tuve que ser yo la que rompió el silencio.

–Menudo golpe, espero que estés bien.

–Lo estoy. No te esperaba aquí.

–Ni yo misma sé que hago aquí, pero supongo que aún me importas demasiado.

–Sé que lo que hice está mal, pero no fue mi culpa. Yo solo intentaba explicarte las cosas.

–Pues hazlo, tenemos toda la tarde.

–Carmen pagó a Charlotte para besarme.

–Joder– me sorprendí– ¿Y eso con qué fin?

–Si Carmen hacía como que estaba dolida, tú irías tras ella y te alejarías de mí. Eso era lo que ella quería. Separarnos porque estaba celosa de que yo estuviera enamorado de tí.

–George yo...

–Cállate, no es tu culpa. Hiciste lo que creíste correcto. Ella ganó tu confianza y la de Luisa. El plan la salió perfecto, tal y como ella quería. Siento lo que pasó en Miami y el agarrón que te pegué. No estaba pensando.

–Casi haces que te expulsen por intentar explicarme las cosas.

–No me importaba que me echaran con tal de no perderte a ti.

Esa última frase hizo añicos mi corazón. He sido una idiota todo este tiempo ignorándole.

–Mierda Camille, te quería. Te quería muchísimo. Y lo sigo haciendo. Hasta lo hablé con Gasly y me dijo algo que nunca olvidaré– continuó– Si de verdad quieres a alguien, no te importa con quién esté mientras que sea feliz con esa persona. Por eso, vuelve al box de Ferrari y dale un abrazo a Charles, que ha ganado la carrera hace apenas unos minutos.

–Asumes que me gusta Charles.

–No se te ocurra negarlo, se te nota demasiado desde Australia. Tira.

–Pero– me interrumpió de nuevo.

–No hay peros, ya nos veremos otra vez.

Abracé al inglés y le dediqué una sonrisa. Al separarme, corrí de vuelta al box del monegasco lo más rápido que pude.

No había nadie. Caí en cuenta de que debían estar a punto de salir al podio y fui para allá.

Me hice hueco entre todos los ingenieros de Ferrari que celebraban el doblete de la escudería. Ahí fue cuando lo vi.

Sus ojos verdes se posaron en los míos y esbozó una sonrisa mientras el Príncipe de Mónaco le entregaba el trofeo. El himno nacional sonó y él se veía tan orgulloso de sí mismo, que no pudo evitar soltar unas lágrimas.

Me di cuenta que las cámaras me apuntaban a mi también, así que miré a ellas y guiñé un ojo como él habitualmente hacía.

Binotto tocó mi hombro orgulloso y me habló.

–No sé qué hechizo le has tirado a Charles, pero nunca dejes de hacerlo. Se le ve mucho más confiado desde que está contigo.

–Señor, no somos pareja.

–Como si lo fuérais– rió– Gracias por tu ayuda, ahora entiendo por qué todos te aman.

Todos aplaudimos a Charles, Carlos y Verstappen mientras bajaban del podio. Los miembros de Ferrari corrieron a celebrar la victoria de los suyos, pero Leclerc fue hacia mí.

–Te juro que eres mi inspiración– me besó delante de todas las cámaras y todos aplaudían y reían ante el gesto del piloto.

–Gracias supongo– sonreí tímida.

–Tal vez esto es muy precipitado, pero estoy eufórico. Camille Marie Cruise, ¿quieres ser mi novia?

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Si, si...llevo como 10 días sin actualizar;-;

Apenas he tenido tiempo la verdad, he empezado de nuevo la Uni y tengo turno de tarde. Quiero llorar.

Bueno, como futura periodista que soy, voy a dar mi humilde opinión sobre Nyck De Vries.

AlphaTauri, o le fichan o les matamos. Que si tiene 27 años, que si no se sabe si va a rendir...excusas baratas :)

Un campeón de la Fórmula E, F3 y F2 no falla ;)

Me marcho a dormir porque se me cierran los ojos.

Os quiero muchísimo chicos!!!

Lea Hernández

//𝔹𝔸𝕊ℍ𝔼ℝ𝕋𝔼// F1 DriversDonde viven las historias. Descúbrelo ahora