Los dos jóvenes tomaron un taxi para dirigirse a la gran ciudad de Gocedonia. Zimbel, aunque no conocía nada del muchacho, sentía la gran necesidad de mantenerlo a salvo, ya que una corazonada muy insistente dentro suyo le decía que él tenía algo que ver con Khada y su futuro. Su plan era llevar al rubio con sus hermanos para que ellos cuidaran de él.
El viaje fue silencioso, nadie dijo nada. Sashi estaba muy nervioso como para hablar, se sentía asustado y solo, su única compañía real en ese momento era el pequeño cuervo que descansaba sobre sus piernas.
Por otro lado, Zimbel pegó su cabeza al vidrio del auto y apreció los edificios de la ciudad que pronto se hicieron notar.
- Pronto llegaremos con mis hermanos. -habló el azabache dirigiéndose al rubio. - Ellos cuidarán de ti.
Sashi giró su cabeza un poco para verlo, luego asintió dejando salir una sonrisa forzada.
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Bajaron del taxi y Zimbel pagó. Estaban a pocas cuadras del departamento que había rentado su familia para alejarse del pueblo, por lo que caminaron. Sashi protegió al cuervo entre sus brazos y avanzó a la par que el encantador.
Algunas personas veían a los dos muchachos con curiosidad, pues a pesar de pertenecer a la misma zona, la vestimenta era muy diferente a la de la ciudad. Sobre todo el rubio, quien vestía una yukata blanca algo sucia por la tierra. Hasta cierto grado se veía desagradable y víctima de burlas. Entonces Zimbel se quitó su gabardina tinta y se la rodeó a Sashi sobre los hombros para que cubriera su cuerpo.
- Ponte esto. -le dijo.
El menor asintió y relajó sus músculos. Ahora se sentía en más comodidad junto al azabache.
Zimbel se quedó con su camisa interior negra, así permaneció hasta que por fin llegaron al departamento.
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- ¿Zimbel? -Zuri abrió la puerta del hogar y se sorprendió al ver a su hermano. Pensaba que se había quedado en Erén.
La castaña traía puesto un vestido rosa con flores, muy hermoso y típico de su personalidad. Su cabello era recogido por un broche formando un moño. El azabache sonrió y la abrazó cuando tuvo la oportunidad. Ella correspondió, pero en cuanto miró a Sashi, se alejó curiosa y los invitó a ambos a pasar.
- ¿Todo está bien en Erén? -preguntó.
- No estoy seguro, Zuri. -cerró la puerta cuando se aseguró de que Sashi haya entrado. - No estoy seguro de nada.
- ¿Y Russell?
Ante la pregunta, Zimbel desvió la mirada y frunció el ceño triste.
- Russell... ya no está. -se hundió de hombros.
- ¿Qué? -la chica se asustó.
- Lo envié a su tierra. No quiero que Khada le haga daño por mi culpa.
Zuri se quedó callada con la respuesta que le dio su hermano, después volvió a abrazarlo.
- Zimbel... -susurró afligida.
- Ya no quiero hablar sobre esto. -interrumpió frotándose la cara. - Hay otras cosas. Vine porque necesito que el chico esté a salvo.
Ambos miraron a Sashi, quien estaba distraído con las decoraciones del lugar. Él parecía no importarle la plática que estaban teniendo, y con su cuervo en brazos se perdió en los cuadros de la sala.
- ¿Y él quién es? -preguntó la castaña bajando la voz.
- No me ha dicho su nombre. -respondió frunciendo el ceño preocupado. - Dice que lo único que recuerda es un cuervo... Estoy casi seguro que él está relacionado con Khada y todo esto.

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Vehemente [BORRADOR]
FantasíaDesde hace siglos, los encantadores han adquirido conocimiento y poder, al grado de convertirse en individuos importantes dentro de la sociedad religiosa. Zimbel, un joven encantador, está atado a su pasado, dedicando cada segundo de su vida en reme...