Esclava de tus besos

CAPITULO 16

Ya casi son dos semanas exactamente, desde que aquella noche, Normani me pidió ser su novia y yo felizmente acepte, en dos días iríamos a casa de mi mamá con mis cuñados a que mi morena pidiera falsamente mi mano. Es algo ilógico tomando en cuenta que ahora somos novias, pero aún no estábamos listas para una boda. En estas dos semanas que mencione al principio, han sido de lo más aburridas.

¿Por qué? Fácil... Normani ha estado trabajando las veinticuatro horas del día durante esas semanas, hace dos días llegó de Virginia me dio unos cuantos besos, cenó mientras me contaba como le había ido, donde iría, que me extrañaba mucho y en un corto tiempo ella suspiraba y me sonreía con una sonrisa cansada, tomándome la mano para acompañarla a dormir y al día siguiente irse a las seis de la mañana en punto, sobre todo era horrible tener que oír su voz solamente ya que me marcaba antes de dormir, haciendo que quisiera más que nada a ella a mi lado, abrazándome posesivamente como ella solía hacerlo.

Buaf, estoy aburrida Dinah -dijo Camila buscando comida en el refrigerador de la mansión de mani- ¡Y no tienen nada de comida! -gruño ella cerrando la puerta.

Lo siento, pero Olga no ha traído la despensa, pues Mani le dio la semana libre y bueno, creo que aun no se a enterado de que yo soy una tragona, aparte también vienes para acá y se acaba doblemente la comida, ¿Qué le hacemos? -me encogí de hombros y decidí en preparar té, me he vuelto tan buena para la cocina que mi madre estaría muy orgullosa de mi, por que yo estoy muy orgullosa de mi.

Yo quiero uno también -menciono mi mejor amiga tomando dos tazas del pequeño mueble lleno de cosas de cristal que esta casa tenía. Todo aquí era tan fino, ordenado, todo estaba lleno hasta las botellas de alcohol que tanto tomaba mi hermosa novia... Bueno, todo estaba lleno menos la despensa (mi culpa) pero en fin, se podía sentir la ausencia de la dueña de esta casa, pues dímelo a mi, yo era la que mas la extrañaba. Estuvimos un buen rato haciendo nada; viendo televisión por cable, paseando por los jardines, nadamos un poco e intentamos practicar un poco para una audición musical que Normani nos había conseguido de un dueño de alguna disquera que estuvo en la fiesta en donde casi me violan... En fin, toque a mi amada batería y ella la guitarra mientras que al mismo tiempo cantábamos, la noche cayó rápidamente cuando la diversión había comenzado, justo ya cuando estábamos al fin divertidas.
Lauren se llevó a Camila literalmente a las ocho y media, ni un minuto mas ni un minuto menos, ellas se complementaban tan bien, y todos nos habíamos dado cuenta de eso, Camila estaba fascinada con sus ojos verdes, pues ya que cuando tomábamos el té, me dijo todo eso e incluso de las cosas que recuerdo es que ella tiene una enorme habitación la cual ella acomoda dos veces al mes todos los libros que leía, aburrido para mi pero para ellas no, ya que ambas era un unas amantes de los libros y ambas tenían muchísimas más cosas en común, cosa que se me hizo increíble, pues yo también tenía varias cosas en común con mi hermosa Normani.
Cuando me fui al sofá para esperar la llamada de Normani, la cual jamás llego, suspire profundamente llevando mis manos a mi cara- Me voy a volver loca sola aquí -suspire entrando a mi habitación, para ponerme una pijama corta por el calor y me eche a mi cama, tenía tantas ganas de estar con mi morena que no aguante mas, y mejor me fui a su habitación, tirándome ahora a la cama de ella mientras estaba abrazando su cobijita de Hello Kitty y su almohada quería llevarlas a mi habitación conmigo pues olía a ella, ese aroma tan significativo de ella que al menos hacia sentirme un poco bien, era como tener un cachito de maní entre mis brazos, cerré los ojos dando un gran suspiro y recibiendo en la punta de mi nariz su perfume así quedando dormida profundamente en su cama, ni bien pude levantarme para ir a mi cama.

Dinah, ¿qué haces en mi cama? -susurro Normani mientras soñaba que tenía un perro grande y peludo que se robaba mi comida, pues cada que dejaba una rebanada de pizza en la mesa, o me la robaba el perro o me la robaba Mila.