Esclava de tus besos

CAPITULO III

Sentí las frías esposas que me había puesto, cerré los ojos y ya la tenía nuevamente encima de mi

-No hagas ruido alguno- susurro besando mi cuello, como no quiere que haga ruido si mis gemidos eran...

-¡Madre Mia!- grité abriéndo los ojos al sentir, de golpe, un consolador con alguna forma que obviamente no cuadraba, la chica de color me miró enojada y metió más profundo el consolador haciéndome gritar de nuevo

-¡Te dije que te callaras!- Esta chica esta loca si cree que no voy a gritar del dolor con eso -Te tendré que castigar...- susurro levantándose de aquella cama, volví a cerrar los ojos y escuché el ruido de un látigo anunciar su entrada sonando en el suelo, creo que esto es peor que ser sumisa del Sr.Grey...-No hagas ruido- susurro pegándome en una de mis piernas, haciendo que me arqueara de dolor -¿Entendido?- habló un poco más fuerte y yo asentí con la cabeza -No te escuche- volvió a pegarme con su látigo, ahogué otro grito mordiendo mi labio y haciendo un inaudible ruido

-Si.. ya no.. ya no haré ruido- musité en un susurro con un poco de miedo, escuche la risita de mi ama y soltó el látigo al suelo volviéndose a subir a la cama, sacó el consolador de un golpe provocando que me arqueara de nuevo y mordiera mi labio

-deja de hacer eso- susurro besando arriba de mi ombligo haciendo un camino con su lengua hasta uno de mis pechos, solté mi labio y tome aire

-¿Hacer que cosa?- susurré y mi ama dejo de lamer mis pezones, subiendo a mi oído acariciando mis muslos

-Morder tu labio, es demasiada tentación- ¿Tentación? -Yo no, yo no puedo, yo no puedo besarte- mordío mi cuello pasando una de sus manos a mi entrepierna

-Por... ¿Porqué?- se que no debía preguntar, pero de igual manera lo hice. Abrí los ojos para volverme a encontrar con su extraña mirada sombría

-Empiezo a creer que besarte puede hacerte callar- arqueo una ceja mirándome y se acerco a mi cara, podía sentir sus labios muy cerca de los míos, provocando que cerrara los ojos inconscientemente, y me besó, me beso para que no gimiera alto, pues me penetró de nuevo con aquel consolador con púas (Pues asi se sentía). Pero por alguna rara razón, no soltó mis labios un buen rato, ni siquiera movío aquel pedazo de plástico que tenía entre las piernas, y yo, sin darme cuenta, le correspondí el beso.
Creo que se acordó de mover aquel tortura de consolador, pero no dejaba de besarme, jalaba mis labios o lamia mis labios en búsqueda de mi lengua, respirábamos muy poco y ya me había acostumbrado aquel consolador.
-Mordí su labio por error haciéndola gemir, me corrí haciendo que sonriera y separo su cara de la mía con un corto beso en los labios, me sentí más segura con su boca sobre la mía, abrí los ojos y vi que mi ama tenía las mejillas rojas, ¿estaba sonrojada acaso?

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Parpadee varias veces, fruncí el ceño al no saber donde estaba, pero recorde todo... trate de levantarme, pero vaya que me dolía pararme, y como reacción decidí sentarme, pero que mala decisión tome, me dolió como la ch*...

-Hmm- escuche un quejido detrás de mi, volteé y pude ver a mi ama dormir tranquilamente en aquella cama, no sabía si debería levantarme o quedarme ahí... Pero mi trasero y yo pensamos en la opción de quedarnos acostados un poco más, y esperar a que mi ama desperara, para ver si ya me dejaba ir.
Volví a acostarme y cerré los ojos, como una media hora después sentí su mano acariciando mi espalda, la paso por mi cintura y me jalo a ella, tomo uno de mis pechos apretándolo y bajo su mano por mi abdomen, me moví un poco, tratando de decirle que ya desperté, pero escuche un "shhh" de parte suya... -¿amaneciste adolorida?- susurro en mi oído pegándose a mi, pude sentir que aun llevaba puesto el arnés que uso antes de que nos quedáramos dormidas, trague saliva y asentí con la cabeza -Toma una ducha y has de desayunar, la cocina esta abajo- me volvió a susurrar en el oído apretando mi trasero, además de esclava sexual, ¿seria cocinera personal? Espero le guste el cereal... -Anda, párate- beso mi nuca y asentí tratando de levantarme, me temblaban las piernas y sosteniéndome de varios muebles, camine al baño.

Me bañe y mas o menos me recuperé, cuando salí de aquella ducha note que ella no estaba en la cama pero había dejado una bata transparente y... y un brassier y bragas igual de transparentes, -jamás creí que usaría estas cosas- susurre al tomar las cosas y vi una nota que decía "Usa esto y haz de comer".
Me cambie a aquel conjunto casi invisible, y baje a la cocina, me sentía vestida y a la vez no y estaba un poco insegura de andar así por toda esta gran casa, creo que tenía miedo que varias personas me vieran.
Busque la cocina, muchas habitaciones, mas de la mitad vacías... ya me comenzaba a marear de tanta puerta, pero vi una puerta grande, entre y ahí estaba, ¡la bendita cocina!
-Okay... ¿Donde esta el cereal?- susurre buscando comida en cada cajón, revise el refrigerador y lo único que había era huevos, jamón y tocino... ¿Como carajo se hace esto? -mierda...- susurre sacando algunos sartenes y el aceite, trate de buscar en mi memoria la manera de como mi mamá cocinaba los huevos... ¡agh!
Cocine como pude y como me acorde, se veían bonitos los huevos con jamón que había hecho, di un salto de alegría y saque los dos platos en la mesa...
-¿que hiciste de comer?- di un brinco del susto que me había dado mi ama, voltee a verla que aun seguía con su ropa interior negra de encaje pero recién bañada
-prepare unos huevos con jamón, te iba a hacer cereal... pero casi no hay nada en la cocina- me encogí de hombros
-¿Cereal?- empezó a reír y negar con la cabeza -¿Tan mal cocinas?- arqueo una ceja
-Yo no cocino... realmente lo único que hago es cantar, bailar, tocar la batería, comer y dormir- susurre volviendo a encogerme de hombros
-Con razón quieres ser famosa- volvió a reír y se sentó en la mesa tomando su plato y un tenedor -haber que tan mal te salió- comento entre risas tomando un poco de lo que había preparado y se lo llevo a la boca, yo me senté enfrente suyo, tome también un tenedor y cuando iba a empezar a comer, ella volvió a reír -No se por que dices que no cocinas, si cocinas delicioso- susurro volteando a verme
-Gracias- sonreí tratando de no verla
-Después de desayunar... puedes irte Dinah- sentenció sin dejar de verme
-Esta bien, ama- susurre empezando a comer
-Pero antes, quiero algo de ti...- volvió a hablar y yo la mire confundida -Antes de que te vayas, dame un beso- dejó de verme cuando lo dijo.