1. La invitación

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Sakura vaciló unos momentos. Él, sin embargo, la miraba expectante.

Era muy lindo, tenía unos ojos grandes y sus párpados caídos le daban una apariencia despreocupada y seductora. Su cabello rojo alborotado desprendía un aroma masculino que hace tiempo ella no sentía. Sasori parpadeó y alzó las cejas, sonriendo como si le hubiera dado una gran oferta. Estaban en su consultorio, él había ingresado unos minutos, teniendo cuidado de dejar la puerta abierta. Sakura terminaba su turno en una hora y sabía que él también.

– Sí, ¿por qué no? – respondió finalmente. – ¿Este sábado?

– Sí... como a las 7– respondió Sasori con suavidad, vio la hora en el reloj de pared viendo cuántos minutos le quedaban antes de volver a su consultorio.

Se despidieron. Sasori se dio la vuelta, ondeando su bata blanca, dejando un aroma que a Sakura se le quedó en la mente. Como ya casi había terminado, se puso a ordenar algunas historias clínicas que tenía en su escritorio en orden alfabético. Llevaba tan solo tres meses trabajando en ese hospital, era relativamente nueva, pero al ver su experiencia la aceptaron de inmediato. Y desde el día uno, el doctor Sasori, del área de ginecología, la seguía con la mirada.

Se rió al recordar cuando la presentaron a los miembros del hospital. Un par de enfermeros la observaron sonrojados y un doctor de geriatría, del que ya no recordaba su nombre, la había adulado. Sasori era guapo y estaba el hecho de que al menos le llevaba unos diez años, eso lo volvía mucho más interesante porque Sakura nunca había salido con alguien mayor que ella. De hecho, hace tiempo que no salía con nadie. No porque no quisiera, sino porque aún quería olvidar y sanar de ese otro tema antes de involucrarse con alguien.

Para su buena suerte, el hospital donde trabajaba hace tres meses quedaba a veinte minutos de su apartamento y se iba caminando, contenta porque no gastaba en combustible, aunque su auto estuviera en la cochera esperándola todo el tiempo. Antes habían sido inseparables. Terminó de acomodar las historias clínicas en el archivo de su consultorio y salió.

A la salida, Sasori se despidió de ella alzando la mano, en respuesta Sakura le dedicó una sonrisa antes de irse caminando. Cuando dio la vuelta a la calle y el hospital quedó oculto tras otros edificios, vio el auto de él, una camioneta negra, pasando lento a su lado hasta que se detuvo y bajó la luna de la ventana. Le sonrió.

– Si quieres te llevo...– dijo como en un ronroneo y sonrió.

– No te preocupes, vivo cerca– respondió Sakura, sonriendo quedamente, no quería que los vieran afuera del hospital.

– Entiendo, nos vemos, hasta mañana– respondió y alzando una ceja, arrancó.

Sakura miró a ambos lados, asegurándose de que nadie los había visto y siguió andando. Nadie debía verla en alguna actitud sospechosa con otro hombre y mucho menos cerca de donde ella vivía. Caminó lentamente mirando a varios pacientes yendo y viniendo.

¿Por qué había aceptado salir con Sasori? Se sentía sola, hace tiempo no salía con nadie y se aburría. Eso sí, se aseguraría de que sea en un lugar lejos de donde trabajaba y vivía. Al cine quizá, donde no muchos pudieran verla o a algún restaurante exclusivo donde no vaya mucha gente. Si alguien descubría que salía con otro hombre, su mentira se caería completamente.

Subió al elevador de su edificio y presionó el botón 15. Y mientras iba subiendo se cruzó con algunas personas que no conocía, algunos entraban y otros salían. Se preguntó si Sasuke ya estaba en la casa. Al entrar, Smuk saltó del sillón donde solía dormirse en la sala, esperándola. Era un bobtail enorme de un año que, al verla, comenzó a dar vueltas y ladrar. Sakura se tambaleó cuando Smuk se puso a dos patas para abrazarla. Le rascó la cabeza, con cariño. Se quitó los zapatos y reparó en Sasuke, sentado en la sala viendo la televisión, con algunos papeles a su alrededor. Probablemente se estaba dando un descanso, lo había visto tan preocupado y estresado últimamente. Se vieron a los ojos unos momentos, hasta que Sakura bajó la mirada concentrándose en Smuk.

Solo faltas tu (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora