Sakura metió la llave en la ranura y se quedó quieta. Las voces que se oían se detuvieron de golpe al oír al mecanismo de la puerta sonar. Estaba segura de que el grupo de Sasuke estaba adentro. Suspiró hondo, de seguro se trataba de una banda de cretinos igual que él, que creían que porque acertaban un par de cosas en base al vestuario y gestos de la gente sabía de sus vidas. Cómo le hartaba todo lo relacionado a Sasuke. El disgusto hacia él crecía conforme pasaba más tiempo con Sasori. ¿Con qué así se sentía superar a alguien?
Fingió una mueca de sonrisa y entró en la casa poniéndose la careta de chica amable. Se encontró con cuatro personas sentadas revisando algunos papeles. Cajas repletas de archivos en el piso y una pizarra con fotografías y recortes de periódicos pegados, además de chinches y notas pegadas. Había dos varones, además de Sasuke y una mujer. Ellos detuvieron lo que hacían para verla, y probablemente analizarla.
Sasuke la observó y alzó una ceja, se encontraba más atrás de todos por lo que los demás no podían observarlo. Le hizo un gesto de advertencia, como indicándole que empiece con el teatro que habían planeado. De inmediato, el momento se vio roto por Smuk, que entró corriendo y ladrando listo para recibir a su ama.
– Hola, buenas noches– dijo Sakura dedicándoles una mirada y luego inclinándose a rascar la cabeza de Smuk que se le trepaba y casi le lamía el rostro. Trató de parecer distante con el ovejero aunque no lo estaba logrando. – ¿Qué tal? Soy Sakura, la roommate de Sasuke, espero no interrumpirlos...
Se le acercaron los dos varones. Uno de ellos de cabello blanco que se presentó como Hozuki, le dedicó una sonrisa que Sakura conocía muy bien, la típica sonrisa que le dedicaban cuando le iban a coquetear o a invitar a salir. El otro, Nara, le pareció mucho más profesional. Al tenderle la mano le dedicó una mirada respetuosa y sincera. Sakura no sabía que había gente de bien en el trabajo de Sasuke. Hasta que sus ojos fueron hasta los de la mujer.
– Buenas noches– dijo y le tendió la mano. Ella le dio un suave apretón.
– Hola– dijo la mujer pelirroja. La miró con agudeza, como si desconfiara de la mentira que se habían inventado.
– ¿Cuál era tu nombre? – preguntó el que era Hozuki. Los otros tres blanquearon los ojos. Sasuke le dedicó una mirada de ojos entornados.
– Sakura– dijo otra vez, mirándolo fijamente y sonriendo, provocándole un ligero tono rosado en las mejillas. Smuk se agitó al escuchar el nombre de su ama.
– Sakura– repitió el tal Hozuki y le sonrió abiertamente.
Al cabo de unos minutos, en donde Sasuke le hizo un gesto de que se fuera a su habitación, Sakura los dejó. Le daba igual lo que hicieran. Smuk la siguió con alegría meneando la cola. Entró en la ducha y se olvidó del resto. Aunque le provocó una risita la reacción que provocó en ese chico, Hozuki, pues pareció interesarse en ella. La mirada agria de Sasuke no se le fue de la mente durante todo el baño.
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Sasuke escuchó la llave de la ducha correr y suspiró. Sakura había entrado en la sala de estar con una chaqueta azul marino que él no le conocía, debía ser nueva o quizá era de alguien más porque le quedaba grande. Evidentemente iba a llamar la atención de Suigetsu, no le sorprendía en lo absoluto. Pero pudo notar la mirada atenta de Karin, quizá ella no se estaba tragando el cuento de que eran roommates.
Sabía lo que se aproximaba. Una avalancha de preguntas.
– ¿En serio me vas a decir que solo es tu roommate? – preguntó Suigetsu, alzando una ceja, tenía una sonrisa torcida. – No lo creo.
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Solo faltas tu (Sasusaku)
FanfictionLa doctora Sakura Haruno, que trabaja en el Hospital Central, y el agente investigador Sasuke Uchiha, miembro de la Central de Investigación Nacional, comparten un secreto: viven una mentira que han ido alimentado por años para guardar las aparienci...