Epílogo

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La entrevista de Sasori había causado revuelo en todo el mundo. La controversia que causó por sus declaraciones enfureció a los deudos de las víctimas. La opinión pública no podía creer que alguien que parecía tan carismático sea un monstruo despiadado y que se atreviera a tanta desfachatez, narrando sus crímenes como si fueran meras anécdotas, bromeando y coqueteando a la periodista como si estuviera en una cita.

Sin embargo, otro sector pareció caer en su embrujo. Increíblemente, un grupo creía que Sasori era inocente y que la policía lo había obligado a aceptar la veintena de asesinatos. A las mujeres enamoradas y dementes que le escribían cartas se les unió un grupo de idiotas que ahora usaba camisetas con su rostro o sus frases más memorables de la entrevista.

Fugaku Uchiha, desde el poder que le confería su puesto en la Policía Nacional, había puesto una demanda por la entrevista, logrando que Sasori no volviera a dar réplicas y permitiendo, de alguna manera, que los padres de las demás víctimas tuvieran algo de descanso.

Sakura se puso el gorro de lana en la cabeza y los lentes oscuros. Esperaba fervientemente que nadie los reconozca en el aeropuerto ni que ningún periodista impertinente apareciera. Se aseguró de vestir el suéter más grande que tenía, mientras Sasuke revisaba que todos los documentos y papeles estuvieran en orden, repasándolos una y otra vez.

Ya tenían sus pasaportes, documentos de identidad, pasajes de avión y los permisos de viaje de Smuk el ovejero, además de su cartilla de vacunas al día.

Sasuke se puso los lentes oscuros y la bufanda hasta cubrir su nariz. Ambos se miraron durante unos segundos y Sakura fue la primera a la que se le salió una risotada. Sasuke, contagiado por ella, la tomó del brazo hasta su cuerpo y se fundieron en un abrazo.

– Ojalá no nos encontremos a nadie en el aeropuerto– dijo Sasuke con la voz ahogada por la bufanda.

– No creo, con la cabeza así nadie te reconoce– replicó Sakura riéndose y subiendo las manos hasta la cabeza de Sasuke, sobándola como a una bola de cristal.

El cabello de Sasuke estaba más corto que nunca, casi al rape, pero el crecimiento le daba una apariencia rebelde y juvenil.

– Aunque parezcas un... Un maleante, no sé...– siguió Sakura sonriéndole burlonamente. – Para mi estás igual de lindo – agregó con una risita tonta.

– Dices eso porque me quieres– replicó Sasuke pellizcándole con suavidad la cintura.

– Porque te amo– corrigió Sakura bajándole la bufanda de la boca y poniéndose de puntillas para darle un beso.

Se unieron en un beso suave. Sakura cerró los ojos, pero notó que Sasuke, antes de cerrarlos también, la miró de reojo, embelesado por sus palabras.

– También te amo– susurró en medio del beso, haciéndola sonreír y provocando que ambos chocaran las narices. – ¿No le vamos a decir a nadie?

– No, no– respondió Sakura moviendo la cabeza a los lados.

– ¿No se enojarán?

– ¿Y? – preguntó Sakura alzando una ceja. – Cuando estemos allá les contamos a todos. Además... Es nuestro, no de ellos.

Sasuke asintió y le dio un beso cortito en la nariz. Ambos, aún unidos por los brazos, se separaron unos centímetros y miraron el abdomen de Sakura, aunque estuviera cubierta por el suéter dos tallas más grandes que ella.

Tenía dos días con la noticia y celosamente, quería guardarlo solo para ella y Sasuke porque últimamente parecía que todo el mundo sabía sobre sus vidas. Desde la entrevista de Sasori, la prensa había recabado en todo lo que concernía a la vida personal de Sakura, la única mujer capaz de escapar del monstruo. 

En este punto, la opinión pública sabía lo buena alumna que había sido en la universidad, el préstamo para pagar el apartamento que ahora abandonarían y venderían y además, la demanda de divorcio que finalmente dejaron en el olvido. Nada de eso la avergonzaba, pero sí la llenaba de repulsión que el rumor de la relación con Sasori esté perenne en la mente de todos. 

Por otro lado, algunos veían a Sasuke como el esposo héroe y otros lo odiaban por sus pecados. Sea cual sea el motivo, no querían vivir más en esa ciudad en donde tantas cosas terribles les sucedieron. En donde tantas cosas se hicieron el uno al otro. 

Abrazados, se chocaron con una mesa cuando Sasuke la levantó en peso ligeramente, dándole una vuelta. Smuk ladró impaciente al ver que su correa de paseo cayó al suelo, indicándoles que el tiempo corría y que ya debían irse al aeropuerto, a buscar un nuevo lugar en donde comenzar desde cero.


Fin. 

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Se terminó, se acabó esta telenovela u.u

Mi fic más angsty y con más smut hasta el momento 😳 gracias a ustedes por seguir las actualizaciones y siempre darme sus comentarios, han sido muy valiosos para mi. Espero nos sigamos leyendo muy pronto en alguna historia igual de dramática. 

Por el momento, estoy escribiendo Siempre son malas decisiones, segunda temporada. Así que por ahí nos vemos. 

Si por el contrario no quieres aventarte todo ese fic tan largo 🤭 espero pronto seguir con otra historia que tengo en mente. Aún estoy viendo si queda Sasusaku o se transforma en un Sasusakunaru, ya saben, por las risas jiji.

Un gran abrazo para ti si llegaste hasta aquí 💖

Solo faltas tu (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora