13. El cumpleaños

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Cuando se despertó y bajó a la cocina, Sakura ya se había ido. No esperaba un saludo de ella, pero no podía dejar de pensar en sus cumpleaños pasados cuando aún estaban bien. En como ella planificaba con una semana de anticipación con tal de que él la pasara bien. 

Sin ella, en realidad, no tenía nada más que hacer ni a donde ir en este día. 

Sé que se ha terminado
Pero aún así me aferro
No sé a dónde más puedo ir

Sasuke alzó el volumen para oír bien la canción que bien se sabía de memoria, mientras se iba a su trabajo. La canción lo persiguió durante todo el día, como una maldición, de una banda a la que había ido a ver con Sakura en algún momento.  

Se sintió vacío cuando tuvo que fingir una sonrisa pues varios colegas lo saludaron animadamente y Karin y Naruto habían planeado llevarle un pastel a su casa. 

Sasuke no pudo negarse pues tal cual no tenía nada más que hacer ni a donde ir. Como su cumpleaños cayó un día de semana, sus padres todavía vendrían el sábado para ir a cenar juntos. De modo que, a regañadientes, tuvo que traerlos a todos a casa. No obstante, algo lo fastidió terriblemente al punto de generarle un dolor de cabeza.

Cuando llegaron al edificio y bajaron del auto en dirección al ascensor, en la recepción estaba Yukata, con un pequeño regalo en las manos. La única explicación, Sasuke pensaba, era que ella lo había seguido en algún momento sin que se dé cuenta para saber donde vivía.

– ¡Feliz cumpleaños, amor! ¡Sorpresa! – chilló alegremente, colgándose de su cuello.

A Karin casi le dio un infarto y a Suigetsu se le escapó una risa malvada.

Aguantándose la rabia de verla, fingió sonreír y todos subieron al apartamento de Sasuke. Podía sentir la mirada de Naruto todo el tiempo y la de su novia, Hinata, observándolos a ambos, pero sin decir nada, estudiándolos pacientemente. En esas miradas, estaba seguro, había crítica pura y dura.

Sin embargo, la rabia contra Yukata menguó conforme las horas iban pasando y Sakura no aparecía. Él sabía a qué hora debía llegar y si no estaba en casa debía ser porque se había largado con su nuevo marido. La sola idea lo llenaba de amargura y tuvo que contenerse dos veces de reventarle el teléfono. 

Le salía mejor enojarse que entristecerse.

Todos a su alrededor conversaban, bebiendo y hablando de él. Increíblemente, a Sasuke le pareció que a otras personas más les parecía interesante. 

Y si eres tan entretenido
¿Entonces por qué estás solo esta noche? 

Pero Sasuke sentía que alguien le faltaba. No era muy difícil saber la respuesta. Naruto y Hinata parecían preguntarse también en donde se encontraba ella.

– ¿Y Sakura? – le murmuró Naruto cuando fueron a la cocina a sacar unas botellas de vino. 

A modo de respuesta, Sasuke le lanzó una mirada envenenada.

– ¿Se fue con... ese con el que anda? – preguntó Naruto en voz baja.

– Es lo más seguro– contestó Sasuke evitando su mirada.

– Pero hoy es tu cumpleaños– murmuró Naruto recibiendo algunas copas.

– Estamos separados, Naruto– replicó Sasuke. – Ya te dijimos. Seguimos juntos para fingir frente a sus padres... 

Aunque ella te necesite más de lo que te ame. 

Pero al parecer a Naruto le costaba entenderlo. A Sasuke también le costaba entender. 

Solo faltas tu (Sasusaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora