Eyes | Catradora Adaptación

Extra #02

Bow Pov's

Todo fue tan rápido...

En un momento Adora estaba a nuestro lado, y al
otro.... El auto.... Ella.... Joder.

Tomé a Glimmer entre mis brazos mientras ella
hablaba con uno de los paramedicos entre hipidos
y sollozos. Él le explicaba que ambos no podíamos
ir con Adora porque solo permitían ir a una
persona en el vehículo, y cuando ella se había
ofrecido a ir, él le dijo que estaba demasiado
alterada y llevarla allí no arreglaría nada.

–P-por favor, se lo ruego -Glimmer entrelazó
ambas manos, observando suplicante al
paramedico-. Es mi mejor amiga, t-tengo que ir
con ella.

–Lo siento mucho, señorita. Pero está demasiado
alterada y no sería bueno llevarla.

–¡Por favor! Tengo... Tengo que ver que ella esté
bien, por favor.

Nuevamente, él negó.

Glimmer se aferró a mi camiseta y empezó a
llorar en mi pecho, yo solo envolví mis brazos
intentando consolarla.

–¿Puedo ir yo?

Ambos nos separamos y volteamos hacia la dueña
de esa voz.

Era aquella chica que Adora tanto deseaba ver.

La misma que "le había roto el corazón"

Catra...

Y no se veía en un mejor estado que Glimmer, sin
embargo, aparentaba estar normal para que le
permitieran viajar en la ambulancia con Adora.
Quizá porque ya vio lo que le dijeron a mi pequeña
brillitos.

–Bueno...

Pero antes de que el paramedico pudiera hablar,
Glimmer lo interrumpió. Caminó entre pasos
largos con sus muletas hasta llegar a la chica y le
apuntó con su dedo índice, tratando de mantener el
equilibrio.

–iTú!, iTodo esto es tu maldita culpa! -gritó-
iAdora está en esa ambulancia luchando contra la
muerte por tu culpa!

–¿Mi culpa? -aquella chica había reaccionado
ante las palabras de mi novia, frunciendo el ceño.
Sus ojos enrojecidos ligeramente y llenos de
lágrimas parecieron arder en furia-. i¿Mi culpa?!
¡Si tú no la hubieses inducido a alejarse de mí,
seguramente nada de esto habría pasado!

–¡Ella se alejó de ti por lo que le hiciste!, ¡Eres una
hipócrita!

–¡Yo no le hice nada!

–i¿Nada?!, i¿Nada?!, ¡¿Te parece poco hablar mal
de ella a sus espaldas?!, ¡Eres una maldita
hipócrita!, ¡Una doble cara!, Inmoral!, iUna... Una... ¡Una perra!

Abrí mi boca en grande ante aquel apodo.
Glimmer podía enojarse muchas veces, y tal vez
maldecir o decir "mierda", pero nunca había dicho
una palabra de semejante magnitud.

Entonces supe que debía intervenir.

–Glimmer.-me acerqué, colocándome frente a
ella para evitar que siguiera viendo el rostro de esa
chica o se enojaría aún más.

–Miren, señoritas, si no se deciden pronto, yo -empezó el hombre, hasta que la voz de otro de los
paramedicos nos detuvo.

–¡La estamos perdiendo!

-¡Joder! -el hombre rápidamente se volteó-. Ya
tenemos que irnos. Es el hospital central. Vayan
con cuidado -y se subió rápidamente a la
ambulancia.

Nos tomó unos segundos procesar todo, cuando
sentí las frías manos de Glimmer agarrar mis brazos con algo de fuerza, lastimándome un poco en el proceso.

–Glimmer...

Cuando me volteé a observarla, me di cuenta de
que había empezado a respirar de forma agitada, sus ojos se llenaron de lágrimas otra vez y su pecho
subía y bajaba rápidamente.

Estaba entrando en un ataque de pánico.

–¡No! -grité y la envolví entre mis brazos,
acariciando su cabello y susurrando algunas
palabras en su oído, buscando tranquilizarla de
alguna forma-. Estoy aquí, estoy aquí... Tranquila.

Ella pareció escucharme en medio de su trance,
porque su agarre en mí se aflojó de forma
significativa, y su respiración empezó a calmarse.
No obstante, las lágrimas seguían fluyendo de sus
preciosos ojitos como el agua de una cascada.

–Estoy aquí, amor. Todo está bien.

Era extraño, pero realmente funcionaba. La
primera vez que lo hice fue incluso antes de ser
novios. Cuando unas chicas la habían molestado
hablándole sobre su padre, yo había llegado tarde a almorzar porque tenía algunos asuntos pendientes con el profesor de química, pero no la encontré en la cafetería. Fui a buscarla y finalmente la había encontrado en un baño, sentada en su silla de ruedas en un rincón, sollozando y jugando
nerviosamente con sus manos, su respiración era
errática. Parecía sacada de una película de terror.
Intenté hablarle pero parecía no escucharme, así
que hice lo único que se me ocurría. Lo que solía
hacer mi padre cuando era pequeño durante las
noches de tormenta.... Abrazarla.

De inmediato supimos que era como un calmante
para ella. Al parecer, sentir mis brazos a su
alrededor y mi voz susurrándole cosas lindas le aliviaba, y yo estaba encantada de hacerlo cuando
lo necesitara y quisiera.

Como ahora.

Pude notar a alguien observarnos, así que levanté
un poco la cabeza dirigiéndola hacia la chica de
cabello negro, quien nos observaba un poco
curiosa.

¡Oh, cierto! Ella creía que Adora tenía algo con
alguna de nosotras...

Pero antes de que pudiera hablar, notó que la
miraba así que simplemente dio media vuelta y
corrió hacia algún lugar. Tomando el bastón de
Adora y llevándolo consigo.

Suspiré y volteé, caminando sin soltar a Glimmer. Pedí un taxi y nos dirigí hacia el hospital central.

A pesar de que había logrado tranquilizarla un
poco, sus manos nunca dejaron de agarrar mi
camiseta, y ella nunca dejó de abrazarme. Quizá no
con tanta fuerza, pero lo seguía haciendo. Así que
supe que aún estaba alterada.

Planté mis labios en su cabello y acaricié su
espalda, tal y como solía hacer todas las noches al
dormir.

–Todo está bien, amor, ¿Sí? Respira. Adora está
bien. Ella... Ella es fuerte, ¿verdad? Va a salir de
esta... L-lo va a hacer.

Aunque las palabras parecían dirigidas a Glimmer para calmarla, yo sabía muy bien que
eran para mí. Intentaba convencerme a mí mismo
de que mi amiga iba a estar bien.

Todo había sido mi culpa. Se suponía que yo iba a
cuidarla. Ambos. ¿Y qué logré? Una está en el
hospital y la otra sufriendo de un ataque de pánico
nuevamente.

Eso demuestra lo irresponsable e inútil que soy.

No deberían dejarme a cargo nunca y...

Esperen..

Oh mierda.

¿Y ahora cómo se lo explico a la mamá de Adora?

Me van a matar...