#08

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Glimmer y Bow me guiaron hasta casa luego de
terminar los helados en completo silencio, donde al
parecer -y gracias al cielo- ni mi madre ni la de
Glimmah se encontraban, así que pudimos hablar con total tranquilidad. Subimos a mi habitación y allí nos dedicamos a hablar.

–Así que... -Glimmer fue la primera en
hablarme- ¿Ella era la razón por la que no ibas al
parque, eh?

–Sí -solo me quedó asentir y decir la verdad. No
tenía sentido negarlo todo si ellos habían
presenciado... Lo que sea que sucedió en el parque.

–¿Qué fue lo que sucedió entre ustedes? -inquirió
mi amiga.

–Yo...

–¿Tú..?

–Yo... Yo no... No lo sé -finalicé en un susurro,
agachando la cabeza.

–¿No lo sabes? ¿Cómo que no lo sabes? -levantó
un poco su tono de voz, por lo que intuí que estaba
molesta.

–Tampoco sé eso...

–Por todos los cielos. ¡Esa chica fue al parque a
gritarte e insultarte! ¡¿Y no sabes lo que pasó entre
ustedes?!

–Glimm...

–¡Ella te insultó, Adora! ¡Literalmente te mandó
a la mierda!

–Glimmer...

–¡Te trató como basura y tú no hiciste nada para
detenerla! -prácticamente gritó, haciendo que me
pusiera aún más nerviosa- i¿Qué demonios pasó
entre ustedes dos?! ¡Exijo saberlo!

Cerré los parpados con fuerza y apreté el bastón de
igual forma. Los recuerdos de ese día volvieron
rápido hacia mí y sumando el hecho de que
Glimmer me estaba gritando, mis ganas de llorar
se incrementaron.

Por suerte para mí, Bow estaba junto a nosotras y
pudo detener a Glimmer antes de que siguiera
gritando y escandalizándose.

–¡Glimmer ya basta! -y los gritos cesaron-
¿Qué no ves que está alterada? Lo único que haces
es alterarla aún más.

–Yo... Yo no...

-Mejor ve a tomar un poco de agua.

Escuché un suspiro y luego el abrir y cerrar de la
puerta de la habitación. Empecé a jugar con el
bastón y a inhalar y exhalar justo como me había
enseñado mi terapeuta para estos casos.

–Lo siento. Debes disculparla, es... Todo esto la
altera mucho aún -escuché a Bow hablarme.

–Es... Nunca me había gritado cuando éramos
pequeñas.

–No suele hacerlo. Es solo que esta situación aún
es difícil para ella -murmuró- Supongo que ya
sabes que sufrió bullying mientras estuvo en
Canadá, antes de conocernos -yo asentí,
dispuesta a escuchar su relato- Todo lo que tenga
que ver con eso la afecta, aún no se recupera del
todo... Y supongo que el que esa chica te haya
tratado así la alteró.

–Entiendo...

–Ella no es así, enserio -insistió, sacándome una
diminuta sonrisa. Me alegraba que el intentaba
que no estuviera molesta con Glimmer y trataba de
arreglar todo para no verla mal- De verdad solo
está afectada. Ya volverá a la normalidad.

–Te creo, no te preocupes -murmuré, limpiando
las lágrimas que se me habían escapado con el
dorso de la mano- Sé que Glimmer nunca sería
capaz de hablarle así a alguien.

Escuché como suspiraba y salía de la habitación, y
luego de eso solo hubo silencio.

Una vez sola, me dispuse a pensar en todo lo que
me atormentaba, ¿Por qué Catra había montado todo ese drama en el parque? ¿Sería por qué quería atención? ¿O era por qué de verdad le importaba y le dolía mi supuesta indiferencia? No, no. Eso no podía ser.
¿Verdad?

Vamos Adora, recuerda quién le hizo daño a
quién...

¡Demonios! Era tan difícil pensar cuando sus
sollozos aún se repetían en mi mente sin parar una
y otra vez. O cuando la había escuchado tan...
Vulnerable.... Tan frágil... ¡¿Por qué todo era tan
difícil?!

Maldita Catra, Malditos sentimientos, Malditos
pensamientos.. iMalditos todos!

Creía que ya empezaba a asimilar todo, creía que
ella de verdad me había traicionado y yo no le
importaba Pero luego llega haciendo lo que sea
que hizo en el parque y... Y me hacía dudar. Me
hacía dudar de mi decisión de superarla.

Me hacía dudar de mí misma y por eso me
molestaba y me frustraba al mismo tiempo.

Llevé ambas manos a mi cabeza con desesperación, como si eso fuese a ayudarme a encontrar la respuesta a todo, cuando sentí como la puerta se abría y se cerraba nuevamente. Acto seguido, una mano tomó la mía, dando un ligero apretón.

–Adora... yo... -era la voz de Glimmer, y de verdad se escuchaba arrepentida- lo siento... Lo siento
mucho... No quería gritarte ni asustarte... Yo solo...
Solo.... Me molestó que ella te haya tratado así.

–Te entiendo, Glimmah. Descuida -murmuré- Yo
hubiese reaccionado de la misma manera si el caso
fuese al revés.

–Aún así, eso no justifica mi comportamiento. De
verdad lo siento.

–Ya, no importa. Estás perdonada -suspiré y me
tiré de espaldas en la cama. Extendiendo mis
brazos y cerrando los parpados- Todo esto es una
mierda...

–Adora -susurró Glimmer- ¿Crees que puedas
contarnos lo que sucedió...? ¿Por favor?

Si lo pedía de esa forma tan pasiva y tierna,
definitivamente no podía negarme, así que lo hice.

Les conté absolutamente todo lo que sucedió -o lo
que yo creía que sucedió al menos-. Desde como
me había "salvado" de los tontos con el balón, hasta su traición y el como estaba intentando superarlo.

–Pero... No entiendo -Dijo Bow- Primero te
salva y luego dice que no te soporta... ¿Qué clase de persona hace eso?

–No lo sé, no lo sé... Hasta ahora, yo solo sé que...
Nada sé -murmuré de forma dramática,
empleando la frase del famoso filósofo griego.

–Es una tonta -musitó Glimmer. Aún seguía enojada, pero trataba de controlarse- ¿Quién hace esas cosas? Ella no te merece, Adorita. No merece tu sufrimiento.

–Glimm tiene razón -apoyó a su novia- Y no te
preocupes, no dejaremos que se te acerque más.

Abrí los parpados y me senté de golpe en la cama.

–¿Acercarse? ¿Es que crees que después de lo que
pasó voy a volver a ese lugar? Ni loca. Nunca
volveré alli.

–N-no me refería al lugar -dijo- Es por si salimos a alguna parte o algo así. El mundo es muy pequeño, nunca se sabe lo que va a pasar, ¿No?

–Estoy de acuerdo con Bow -esta vez, quien apoyó
fue Glimmer- No importa si no vamos al
parque, podríamos encontrarla en cualquier parte.

–Chicos, agradezco su preocupación, aunque creo
que exageran un poco.... Pero después de lo que
pasó hoy, como que no tengo ganas de salir de casa.

–¿Dices que piensas quedarte aquí para siempre?

–No para siempre -dije- Tal vez hasta que me
salgan canas.

–Muy bien, ahora quien está exagerando eres tú. -me retó Glimmer- Vas a salir porque la vida sigue
adelante. No dependes de ella, Adora. No
dependías de ella antes de conocerla y vivías bien
con tu madre y tus perros. No tienes que hacerlo
ahora.

Pero lo que ella no sabía, era que desde que la
conocí, yo empecé a depender de ella. Y en cuanto
nos separamos, algo en mí se rompió.

Eyes | Catradora Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora