-Capitulo cuarenta y dos-

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Al adentrarse a Mingles el ambiente no era como el principio, las personas estaban muy ebrias, vio a uno que otro chico acosando a chicas, pero estas siempre estaban en grupos.

Jin y Hoseok estaban demasiado ebrios que dudaba si notaron su ausencia, estuvo quince minutos adentro del Bar antes de que todos debieran ir hacia afuera para que la pareja moderna pudiesen vomitar tranquilamente, ya que adentro se asfixiaban por el calor y los olores, hacían que su estado empeorara. Estaban tan ebrios que no pudieron ni beber una botella de agua. Namjoon irradiaba humos y Hwasa solo grababa el momento donde Jin y Hoseok estaban sentados en una banca vomitando y se daban palmadas en la espada de aliento mientras botaban todos lo que tenían.

Jimin no podía disfrutar completamente el momento de la situación, pero Hwasa lo hacia por el, ellos sabían que no estaban tan mal para ir al hospital y tener un lavado de estómago, pero si sabían que tendrían una resaca que les costaría días.

Vio a Min ho, se veía enojado sentado en una silla mirando los alrededores. Jimin se angustio, Yoongi se veía triste y cansado, y sabía que todavía se encontraba afuera esperándolo mientras Min ho estaba sentado quien sabe porque, amurrado mirando a todos los alrededores donde todos estaban ebrios y bailando pegado.

Y su fin de semana paso volando, pensando en su casi beso con Yoongi y en su intensa conversación, en cómo se expresaba al hablar de su nuevo amante y en cómo es tan atento con las personas que ama.

Jimin cada vez que esta con Yoongi ve aún más cualidades, y todas les encanta, y otras no, le gustan sus gestos, sus ojos sin ningún brillo o expresión, o como mueve sus delgados labios al hablar, en cómo sus facciones se vuelven de burla al mirarlo cuando hace o dice alguna estupidez.




Se despertó tarde la mañana del lunes, estaba mareado y sentía que en cualquier momento se desfallecería. Cuando llego al establecimiento le costó abrir la puerta y su vista se veía más borrosa a mediada que iba avanzando.

Apoyo una mano en la pared intentando calmarse, pero era imposible porque empezó a sudar, conocía la sensación y sabía lo que pasaría en un par de segundos y se maldijo por no quedarse en su casa. Camino apresurado hacia la enfermería, pensó fugazmente que hace meses no iba para allá.

Pero antes de que todo se volviese negro y de fondo escuchando una escandalosa y forzada risa de lejos.





Un olor a alcohol fue lo que lo hizo despertarse.

---Al fin Jimin.---Escucho esa familiar voz.

Abrió sus ojos de apoco acostumbrándose a la luz artificial.

---Ya despertó Gigi, vamos.---Sus oídos escucharon una falsa voz chillona.

En una esquina estaba Min ho, de cerca era más moreno, sus ojos eran muy pequeños y cafés, sus labios eran promedios y su nariz era redonda. Su cara no demostraba felicidad, más bien se notaba disgustado el estar ahí.

---Ya les dije que se pueden ir chicos.---Les dijo la enfermera impaciente para que se fueran y poder hablar con Jimin, y confundido con que lo hayan traído esos dos.

Yoongi asintió de acuerdo.---Si, es mejor que nos vayamos.---Lo miro con el ceño fruncido para desaparecer por la puerta.

Jimin no despego la vista de donde se fue hasta que Yang le hablo.

happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora