-Capitulo cincuenta y uno-

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Maquillo su rostro en un fallido intento de aspecto natural, pero eso no quitaba el hecho de que sus ojos estén hinchados, o sus labios estén más rojo de lo normal. Sus ojos brillaban de tristeza con o sin maquillaje.

Ese lunes se escondió en los recesos de almuerzo en el baño del cuarto piso, diciéndole a Hwasa que necesitaba un tiempo para pensar y estar más solo de lo que ya estaba.

Young mi le mandaba mensajes insistentemente a que vaya a su casa el sábado, pero no se sentía listo de volver a verlo sin llorar, no es tan fuerte. Y claro que la rechazaba, pero ella seguía insistente y Jimin no la recuerda de esa manera, ante los ojos de Jimin, Young mi no es una mujer de insistir, acepta si la persona si dice sí o no, pero en este caso no aceptaba una respuesta negativa de el y era frustrante.

Su semana se basó en estar sus recesos en el salón y los almuerzos solo, fumando, tomando agua o comiendo alguna fruta, llegar a su casa y repasar apunte, tomar una ducha y tener la televisión encendida mientras en una esquina del sofá lloraba silenciosamente, podría volverse costumbre.

¿Así es lo que se siente tener un corazón roto?, ¿Sentir que pierdes tu identidad?, ¿Pensar y repasar escenas y momentos todo el día?, imaginar recuerdos románticos, aferrándote a una estúpida esperanza de que las cosas cambiaran ¿Era normal sentirse ahogado todo el tiempo? Porque Jimin siente que no puede respirar bien, ¿Es normal sentir un nudo en tu pecho y garganta cada minuto del día?, por ese malestar es que no duerme, tal vez debería ir un médico para ver si tiene algo en los pulmones. Se sentía roto, y se maldecía una y otra vez de enamorarse de alguien que supo desde antes de aceptar sus sentimientos que nunca se fijaría en el. Se auto decepcionó por haberse permitido soñar, soñar demasiado en grande y despierto para su gusto.

Y lo más triste es que hasta el último momento se aferró a la estúpida esperanza que podría a llegar a sentir aunque sea un poco de lo que Jimin sentía por el, fue muy pero muy ingenuo.

Buscaba la manera por todas partes de odiarlo, buscar los peores recuerdos, pero cuando se acercaba a ellos, aparecía su rostro blanco en su lugar secreto, mirándolo solo a el y con esa imagen vuelve a llorar. El recordaba que dejo de llorar hace un tiempo, no le gustaba este Jimin que se estaba transformando.

Su celular sonó iluminando el aparato con el nombre de Young mi.

---Hola.---Saluda intentando que su voz sonase normal. Reviso la hora en su teléfono y marcaba casi las diez.

---Hola Jimin, ¿Cómo estas tesoro?.

Se sobo la nariz tapando el micrófono.---Bien, con sueño, no he dormido muy bien estas últimas noches.

---Ajá, ¿Te parece si hablamos de cómo te has sentido mañana en mi casa?.

Era raro, ella nunca lo ha presionado para que vaya a su casa, y no encontraba razón alguna para que lo hiciese. Tal vez sea por lo ocurrido con Taeyang, o su trastorno alimenticio. Pero de todas maneras era raro porque el ultimo año se distancio mucho de ella, y ella de el.

---Mañana tengo cosas que hacer.---Se excuso, su "Cosa" era mirar alguna serie.

---Te espero mañana a las tres, no me decepciones.---Y colgó.

Con la boca abierta miro su celular, donde la pantalla marcada menos de dos minutos de llamada. Jimin odiaba que lo obligaran a hacer cosas que él no quería, y Young mi lo estaba obligando a ir a su casa, a una casa donde vivía él y no sabía como lo recibiría. No se sentía listo para mirarlo a los ojos sin llorar, estaba demasiado sensible desde que le dijo que entre ellos nunca resultaría nada.

Con lágrimas en los ojos cayo a las cuatro de la mañana con Morfeo.



happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora