-Capitulo dos-

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El timbre había sonado hace ya cinco minutos, y en el baño del cuarto piso se encontraban dos chicos con ojos rojos y más pálidos de lo usual. También se encontraba uno sentado junto a ellos, aburrido y odiándose por no tener suficiente personalidad para poder decirles a sus amigos que tiene que ir a clases, porque el realmente quiere prender, porque ama lo que estudia y quiere ser un buen profesional cuando empiece a trabajar. Pero se dejaba manipular con un poco de insistencia, no le gustaba ser así, pero sabía que el único responsable de que estuviera perdiendo clases era solo culpa de él. No estaban hablando, ni riéndose. Tan sumergidos pensando en cualquier otra cosa que en sus deberes. Taehyung tenía un toc en la pierna que estaba fastidiando a Jungkook, y Jimin le estaba empezando a preguntarse qué carajo estaba haciendo con su vida.

Se levantó de su asiento sin decirle nada a sus amigos, no le aviso porque sabía que estos no le tomaría demasiada importaría y ni notarían su existencia hasta una hora después aproximadamente. Al estar ya afuera del abandonado baño  se hecho muy poco de perfume para disimular el olor que tenía en su ropa, que suele tener en su mochila para situaciones como las vividas hace unos instantes. Tenía clases de psicometría. Llevaba como cinco clases que se perdió por capricho e manipulación de sus amigos. Pero en realidad él sabía que culpaba a sus amigos porque el profesor de esa signatura le causaba tanto miedo como su padrastro, y que intentaba engañarse de que no lo hacía porque ya era un hombre adulto que tiene que defenderse, pero él no se sabía defender ni con palabras ni golpes. Le avergonzaba que después de tantos años cuando estaba con ellos o Yoongi se sintiera igual o más vulnerable de lo era cuando tenía solo seis años.

El necesita aprender, y se animaba mientras caminaba que se encontraban más alumnos, y que si el profesor Choi le hacía algo ellos serían testigo, también quería pensar que lo defendería.

Toco dos veces la gastada puerta, escucho silencio y como era abierta viendo su rostro con arrugas y una mirada negra y turbia que le daba un escalofrió de los malos.

---Vaya Park, pensé que ya no te incorporarías más a mi clase, ya que este año has venido solo a una desde que empezó el año escolar---Dijo el profesor cada palabra con falsa tranquilidad mientras caminaba por el salón.---¿Podrías compartirnos el motivo de tu ausencia?.

---No hay motivos, realmente lo siento.----Dice bajo y evitando mirar a sus compañeros y al profesor.

---Faltas cinco de mis clases ¿Y quieres que te deje entrar? Agregando que llegas tarde.---Se acercó a él demostrándole a los alumnos tranquilidad y hasta animado. Pero cuando estuvo a centímetros de Jimin lo tomo disimuladamente fuerte de su desnutrido brazo delantero clavándole las uñas y haciendo gemir al rubio de dolor.---- Tu padre y yo te hemos dicho desde niño que no sirves para los estudios, que no sirves para nada.---Dice bajo para que solo se escuchen ellos, cerca de su rostro, Jimin olía su mal aliento.---¿Qué haces mierdita? Si tu solo sirves para trabajar de mesero o de prostituto. Porque ni hombre pareces.—Afianzo su agarre y el no hizo nada para zafarse.---Tu padre se enterara de tus ausencias, y estaré en primera fila para ver lo que te hace.---Le sonrió, sus ojos brillaban de rabia y de asco.---Ahora vete con una sonrisa en tu rostro, me escuchaste mariquita y ni una palabra de esto a nadie.

JiMin no espero más, dejándolo hablar solo. Tal vez después lo reprocharían, y tal vez las consecuencias de sus malos actos lo pagarían en la noche. Pero por ahora quería fumarse un cigarrillo y sumergirse en sus pensamientos que siempre iban dirigidos hacia sola una dirección. A nadie le gusta que lo humillen públicamente, que lo insulten, lo golpeen, o que lo amenazasen constantemente. Jimin no era la excepción, pero ya estaba acostumbrado, aunque eso signifique que lo mirasen como si estuviera loco cuando se lo comenta en estado de embriaguez a alguien. Tal vez de una buena vez debería irse a vivir con sus abuelos, ellos estarían felices, o tal vez se verían incomodos con su decisión.

El profesor Choi es un señor de edad que vive mirándole las piernas y trasero a las alumanas. A Jimin le asquea ese hombre, y más por creer que tiene la misma autoridad que su padrastro. Jimin la mayoría de veces fantaseaba comunicarles a sus abuelos lo que le hace el esposo de su madre y su profesor. Se los imaginaba en una cárcel de alta seguridad recibiendo lo que se merecen.

Caminaba cabizbajo y no noto cuando choco con alguien, levanto la mirada encontrándose con el profesor Taeyang. Este le sonrió amablemente y Jimin se lo devolvió.

---¿Qué haces en hora de clases? ¿Metiéndote en problemas de nuevo?.

El pelirrubio amaba a ese profesor, siempre era amable con él y se preocupaba a veces de más por Jimin. Sentía la confianza de poder contarle sus cosas sin vergüenza o pena, y lo hacía. Lo veía como un hermano mayor, el hermano que siempre ha querido. Jimin quería ser aunque sea un poco como el profesor Taeyang cuando llegue a los treinta. Un hombre realizado y que es el dueño completo de su vida y destino.

---Se me paso la hora, estaba con mis amigos y no escuche el timbre de la campana.---Crispo los labios.---Y el profesor no me dejo entrar.

Taeyang solo le sonrió como si de un niño se tratara.---¿Con quién te toca ahora?.

---Con el profesor Choi.

Chasqueo la lengua.---Ese profesor es muy pesado y amargado..., y a ti.---Le piñizco la mejilla despacio.---Eres un irresponsable y no me lo niegues.

Jimin asintió.

---Bueno, no tienes mucho que hacer, y dado las circunstancias de que no te gusta estar en tu casa, te ordeno que vayas a pasar esta hora en la biblioteca. Yo tengo que ir a la sala de profesores a terminar de corregir algunos exámenes ---Le revolvió su cabello rubio.---Nos vemos.

Y Jimin lo perdió de vista.

Le obedeció, se puso sus auriculares y camino lento hacia la biblioteca. Saludo a bibliotecaria y se dirigió a la mesa que suele estar cuando estudia allí, la última y más apartada de las otras mesas. A esa hora no había estudiantes, la mayoría estaba en sus clases.

La música se detuvo cundo estuvo en un pasillo donde quería sacar un libro. Escucho un fuerte gemido, curioso se mesclo entre los pasillos y vio a Yoongi junto a Daesung juntos, demasiados juntos.

No quiso ver más, y se fue corriendo con un escalofrió y con ganas de vomitar. No era la primera vez que los veía teniendo intimidad. Y Yoongi debería agradecerle y no pegarle por no ir a la dirección a acusarle al director y junta de maestro.

Se sentó y aguanto las ganas de vomitar. Ver la cara de excitación de Daesung no era difícil de olvidar, y a veces cuando estaba en su cama y no podía dormir las imágenes de ellos juntos le llegaban a su cabeza y sentía un escalofrió en todo su cuerpo. Yoongi y Daesung son muy intensos. No les importa el lugar o la hora, lo hacían donde quería y cuando querían, y no les importaba lo que pensara el resto. Jimin pensaba que eran unos desubicados, o tal vez él es el amargado.

Escucho el sonido vibrar de su celular, entrecerró los ojos al leer el mensaje.

"Eres demasiado lindo cuando estas triste".

Encontró raro el mensaje, porque nadie se ve lindo cuando esta triste. No le tomo importancia y tomo el libro que alcanzo a sacar del estante, y con música de ambiente se quedó allí unas horas. 









                                                                                                                                           ---Mufi

happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora