-Capitulo sesenta-

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Apenas se bajó del avión y piso el aeropuerto de Seúl sintió como el aire era diferente, como la energía también lo era, y hasta él se sintió diferente.

Su abuela lo fue a buscar, acercándose con una sonrisa en sus labios y abrazándolo con tanto amor, el amor que en estos momentos tanto necesitaba.

---Estas más delgado Jimin.---Le dice despegándose del cálido y largo abrazo y apoyando sus manos en sus hombros .---Si sigues adelgazando te tendremos que internar, ¿Lo sabes?.

Asintió.---No tengo tiempo para comer, el estrés me tiene muy mal.---Intenta sonreír.

Ella le devuelve la sonrisa.---Ven vamos.---Lo abraza por los hombros guiándolo hasta el fino y de último modelo vehículo.

Lo bueno de su abuela es que no lo presiona para hablar, tanto ella como su abuelo, le dan su espacio y esa es la razón por la que le gusta estar con ellos.

En el transcurso del camino hacia la casa reviso su celular mientras escuchaba a Adeline conversarle, viendo entre los primeros chats el nombre de Yoongi, hace meses que no se textean.

"Avísame cuando llegues a Seúl".

Fue lo que le escribió. Le dejo en visto guardando el aparato y enfocándose en las enormes mansiones en el sector rural donde vivan y respondiéndole una que otra cosa que le preguntaba.

Eran tan diferentes a su pequeña y humilde casa, tal vez podría venirse a vivir aquí, total Sulli ya ni pasaba tiempo en la casa, de hecho, hace ya tiempo no pasaban tiempo juntos.

El portón automático se abrió dejadole ver la linda y rustica casa de vidrio.

---Con tu abuelo te hemos extrañado tanto.---Le dice estacionándose.

---¿Cuánto?.

Le sonríe con cariño---Todos los días te recordamos, por eso te llamamos sin falta cada noche.

Jimin le sonrió débil.---Yo también siempre los extraño.---Dice aguantándose las ganas de llorar.

Ella lo miro curiosa, pero finalmente suelta una ligera risa negando varias veces, como evitando soltar un comentario innecesario.---Bajemos.

Un empleado del jardín los recibió llevando su única maleta hacia adentro.

Todo seguía como la última ves que estuvo ahí, lo recibieron con amabilidad y cordialidad. Jimin se rio internamente, si supieran como lo tratan en Krynn.

---Bada, podrías llevar la maleta de mi nieto a su habitación.---La muchacha que no conocía asintió.---¿Quieres comer algo? La cena aun no esta lista pero podrían servirte algún jugo con algún aperitivo.---Le propone.

Negó.---No gracias, tome mucho desayuno.---Se sentó en el elegante sofá al frente de una enorme chimenea.---¿El abuelo?.

Ella lo imita sentándose al frente de él cruzando sus piernas, es tan elegante y hermosa.---Esta en el restaurant.

Asintió.---Oye abue, me entere que abrieron un restaurante en Daegu, ¿Por qué no me dijeron?.

---¿No te dijimos?.---Encorvo su cabeza.

Negó.---No, me entere por redes sociales.

"Mmh" fue lo primero que salió de su boca.---Daegu era la única cuidad donde no estaba nuestra cadena.---Miro la ventana con vista a unos arboles.---Bueno, también queremos comentarte que estamos en proceso de comprar ese supermercado de tu pueblo e instalar nuestra marca.

Jimin lo miro con los ojos sobresaltados.---¿Q-qué?.

Ella lo miro confundida.---¿No te gusta la idea?. Pensamos que te alegraría tener algo nuestro cerca de ti.

happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora