-Capitulo sesenta y dos-

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Con su mano derecha daba vueltas el vaso que contenía el líquido de Ron, pareciéndole en estos momentos lo más interesante y divertido que le ha pasado hoy.

Después de su intensa tarde en el motel se fue a un bar a despejarse un poco y tal vez embriagarse hasta perder la conciencia, esa era una buena alternativa.

Se suponía que debe sentirse liberado del dolor que ha estado cargando pesadamente en su espalda todo este tiempo por un amor no correspondido. También tranquilo porque la tormenta ya había pasado y ahora podría apreciar un poco el sol.

Debería odiarlo con toda su alma ahora que sabía qué clase de persona era Yoongi. Debería felicitaras por la valentía que tuvo al terminar con lo último que los ataba en estos momentos. En realidad, tenía muchos motivos para festejar solo en estos momentos, una lucha constante contra sus sentimientos y su parte racional que ha estado teniendo durante ya mucho tiempo.

Tenía muchas razones para llorar de alegría por haberse liberado de un amor que lo estaba consumiendo lentamente. Le hubiera gustado tener la confianza con alguien en esos momentos que se empezó a enamorar para que lo frenearan, pudo haber evitado que su corazón no se rompiese más de una vez.

Pero ahora con sus ojos abiertos y su cabeza en alerta ante cualquier amenaza pudo darse cuenta lo que muchas veces le advirtieron. Lo que sentía por Yoongi no era sano, era enfermo y hasta casi obsesivo. Y se estaba cuestionando seriamente si en realidad fue amor o la necesidad de distraer su mente de después de su violación por una persona que creyó conocer y pensar que nunca lo lastimaría.

Pero ahora pensando seriamente, si realmente se hubiera enamorado como se aseguró y le aseguro al resto de las personas podría haber pasado hace ya bastantes años atrás. Todas las cosas, las cualidades y aspectos físicos de Yoongi ya lo había notado en el pasado. ¿Qué fue lo que cambio ahora?. Lo que pudo haber cambiado es que en el momento en el que Yoongi se le acerco estaba tan roto y vulnerable que necesitaba distraer su mente de la realidad, pero al parecer el plan de su cerebro de distraerse se les escapo de las manos.

Estaba en un pozo tan profundo de la depresión, que no podía distinguir la realidad de la fantasía. Y en esa fantasía llego Yoongi, pensando que se podía enamorar de el cómo en los libros de amor que leyó en el pasado y podría haberlo salvado, empezando una historia de amor llena de dependencia emocional, positividad, donde su relación podría haber sido la más toxica al punto que lo único que necesitarían no sean más que ellos mismos. Pero eso no paso, y en cambio le hizo vivir una pesadilla aun mayor, donde lo humillo y golpeo. Todo este tiempo solo fue una ilusión, una ilusión de lo que ellos podrían haber llegado a ser. ¿Realmente alguien se pude enamorar de alguien así?. ¿Lo que sintió todo este tiempo no fue más que amor psicológico?. La respuesta estaba en Hwasa y Chungha, porque el aun estudiando psicología no podía entender el tornado de su mente, por lo menos no del todo.

Bebió del último sorbo del Ron, despidiéndose del barman y anhelando tomar un baño y quitarse la amarga sensación de las manos de Yoongi en todo su cuerpo.

Necesitaba descansar y estudiar para poder terminar bien su penúltimo año y poder irse a Seúl, poder alejarse por fin de todo lo que lo ha estado matando todos estos años.

Cuando estaba al frente de la puerta de su casa, casi abriéndola un frio junto a escalofríos recorrió toda su columna vertebral, empezando a sentir miedo y ansiedad, sudando frio. No quería entrar, tenía un muy mal presentimiento de lo que podría pasar allá adentro.

Las luces estaban encendidas, y no había ninguna señal que pudiera delatar algo que lo pueda amenazar. Así que suspirando pesadamente abrió con manos temblorosas la puerta, fingiendo que todo estaba bien, y pensando que tal vez la ansiedad esta volviendo y son solo malas jugadas de su mente.

happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora