-Capitulo sesenta y uno-

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El camino hacia su casa le era borroso y distorsionado, su corazón estaba tan acelerado provocando que jadeos salieran de su boca sin poder contenerlos. La ansiedad aumentaba, y a pesar de que cada vez faltaba menos para llegar a esa "Casa", hacia parecer que en vez de avanzar retrocediera. Las lágrimas no paraban de salir, y solo quería llegar y tomar una de las pastillas que le receto el psiquiatra de Sulli para sus crisis de pánico y poder calmar a su corazón y su cabeza que era un tormento y no lo dejaba pensar con claridad, no lo dejaba razonar y lo único que podía sentir era la traición comérselo lentamente.

La primera traición que tuvo fue la del exprofesor Taeyang, y hasta los días de hoy no lo ha podido superar, en cambio su recuerdo lo atormentaba día y noche constantemente.

La verdad nunca espero nada de Yoongi, ni cuando Hwasa le hizo entender que lo que sentía por el pelinegro no era un solo capricho o una simple atracción. En todo este tiempo estando enamorado de el su parte racional nunca espero nada, pero su parte sentimental siempre se aferro a esa pequeña esperanza en el que el también se pudiera fijar en Jimin de una manera romántica, y quien sabe, tal vez ser más que amigos por el periodo que tuviera que durar.

Y se maldecía porque esa esperanza que intento matar varias veces haya crecido estas vacaciones. Se odiaba que con solo un mensaje de buenos días arreglara todo su día. Odiaba haber empezado una dependencia hacia el pelinegro, deseando, anhelando y esperando pacientemente un mensaje de suyo. 

Se había acostumbrado tan rápido a él, a su tiempo y atención. Se había permitido ilusionarse tan rápido y fácil, ¿Y para que?. El mismísimo amigo venenoso de Yoongi le dejo más que claro que este ahora dejo su cargo de culpa y que ahora solo se lo quiere follar, como si no valiera nada, como si Jimin no tuviera sentimientos, porque así lo tratan, Yoongi y sus malditos amigos.

Sabía que no era un santo, pero tenia mas que claro que lo que Yoongi le había hecho, lo que le habían hecho en general no se lo merecía, Jimin no merecía lo que estaba viviendo.

Ya había sufrido demasiado en el pasado, ¿Por qué tenía que seguir sufriendo?. ¿Cuánto más dolor tendría que soportar?.

El amor era una mierda, y ahora tenia mas que claro que esta seria la última vez que se permitirá sentir este estúpido sentimiento, un sentimiento que se dice llamar "Amor". Le vendría mejor el nombre a "dependencia emocional" o "Falta de dignidad" por necesitar a la persona día y noche mas de lo que se debería, y por faltarte el respeto a ti mismo. 

Entro sintiendo escalofríos de un momento a otro. Subió a la habitación de Sulli, abriendo su caja de medicamentos y sacando unos Rabotril de 1mg. Cuando lo tomo sin agua fue a su habitación cerrándola con seguro, dejando su mochila y su abrigo en una silla que estaba en una esquina de la habitación.

Se acostó en su cama con sus mejillas llenas de lagrimas, recordando una y otra ves los mensajes que el venenoso le mostro. Se tapo el rostro con sus manos gritando entre ellas. ¿Cómo mierda Yoongi pudo haberle dicho lo del motel a sus amigos?. ¿Qué clase de monstruo es?. Ahora todo era mas claro, sus amigos se burlaban porque Yoongi era el que se empezó a burlar primero.

Que tonto fue al pensar que cumpliría con su palabra de ya no lastimarlo más, que tonto fue al creerle todo de una manera tan fácil. Que tonto fue por haberse enamorado de un monstruo.

Debió haberse alejado de el hace ya bastante tiempo, pero Jimin seguía ahí, porque por más que le dejo claro al pelinegro de que no se le acercara más, su corazón y hasta el mismo deseaban que no fuera así, y así fue.

Pero de alguna u otra manera se dio cuenta de que se merecía lo que Yoongi le hizo, total no fue su culpa de que Jimin se hubiese enamorado como un estúpido por alguien que no se merecía ni siquiera una lagrima suya.

happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora