-Capitulo cuatro-

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Ya habían pasado dos meses desde que le empezaron a llegar cartas, cartas que lo perturbaban día y noche, y le dejaba una inseguridad y miedo que se lo estaban comiendo vivo todo el tiempo. A veces las cartas eran de amor, diciéndole cosas que nadie nunca le ha dicho. Otras eran eróticas y sucias, esas son las que le causaban náuseas y pesadillas diarias. Y lo que más le perturbaban y lo hacían sentirse más vulnerable son fotos de él, en su habitación o en la Universidad haciendo cualquier cosa.

Escucho gritos en la planta baja de la casa, cerró su puerta con seguro, tenía que estudiar, esta semana es semana de exámenes y él tiene que estudiar el triple de sus compañeros. Siempre le ha costado aprender más que al resto, desearía ser como Namjoon, con su memoria fotográfica.

Pero eso ya no importaba, era viernes y se quedaría todo el fin de semana estudiando y viendo doramas nuevos que están saliendo últimamente.

Su estómago rugió, no había comido en todo el día, solo bebió un par de vasos de agua, y la razón era evitar la comida. Su peso siempre fue tema para él, y trata de cuidarse lo más que puede para no volver como antes.

Estaba su Seungri sentado en el sillón durmiendo. La casa apestaba a alcohol y marihuana, pero solo camino hacia la cocina a prepararse un simple plato de arroz.

Mientras cocinaba no podía evitar hacer un poco de bulla, aunque era cuidadoso con cada movimiento que realizaba. Tomo un plato y accidentalmente se le cayó, sus piernas temblaron y su corazón se aceleró cuando estucho un grito.

Seungri entro a la cocina y agresivamente se acercó a él tomándolo de los cabellos y tirándolo al piso.

Lo pateo en su estómago varias veces y volvió a tomarlo por el cabello y con fuerza tiro su cabeza al piso de cerámica. Jimin gimió fuerte de dolor por el impacto, pero no le dolió lo suficiente porque el miedo era más grande que cualquier cosa en estos momentos.

---L-l-lo siento, tenía hambre, no se volverá a repetir señ-ñor.-Dice bajando la cabeza y temblando inconscientemente.

Sentía su cuerpo tieso, y aún en el piso con su miraba en la cerámica no derramo ninguna lágrimas, el miedo nunca se iría, pero sus ojos estaban secos de tantos años llorando.

Este dejo de tirarle el cabello y lo soltó bruscamente.

---¿Tenias hambre pedazo de mierda?.---Le dice en su oído y volviendo a tirar la cabeza de Jimin al piso. El rubio asintió para responder y no hacerlo enojar más.---Deberías dejar de comer, gordo de mierda.---Lo soltó y tiro la olla en la que se estaba cocinando al cuerpo de Jimin.---Limpia esto y desaparece, no te quiero esta noche en mi casa ¿Me escuchaste?.---Grito lo último al ver como el delgado chico seguía respirando entrecortado y aún en el piso.

Cuando su padrastro desapareció de la cocina se pudo permitir respirar tranquilo,  y con sus piernas temblorosas se levantó  tambaleándose y doliéndole la cabeza.

El rubio no tenía por qué seguir ahí. Sulli ya es una mujer adulta que puede cuidarse sola, tal vez no se iría a la casa de sus abuelos, pero necesitaba escapar, antes que sea tarde.

Bajo de las escaleras silenciosamente con su mochila y cerró la puerta suave después de limpiar la cocina.

Él ya estaba acostumbrado a que en cualquier momento no importa cuál sea Seungri lo eche de la casa, y bueno el...Jimin tenía que pedirle refugio casi siempre a Jungkook. A el por qué sentía que le gustaba más su presencia en su casa.

Se subió a su auto y condujo hacia la casa de su amigo, que probablemente se encuentre en la fiesta. Pero su madre de este era encantadora, y estaba informada de la violencia intrafamiliar que vive en su casa. 

---¡¿Qué!? Claro que puedes pasar cariño.---Dijo haciéndose a un lado para que el pelirrubio ingresara.---Se nota lo cansado que estas Jimin.---Toco su rostro.---Ve al cuarto de Jungkook.---El asintió en respuesta, sintiendo el ambiente acogedor.---¿Por qué no estás en la fiesta donde fueron los chicos?.

La miro.---Tengo que estudiar.---Dice suave y sin muchos ánimos de hablar.

Ella le sonrió, Jimin era tan tierno y encantador que fue inevitable no ir y abrazarlo fuertemente, transmitiéndole todo lo que necesitaba sentir en ese momento.

Le dio un beso en la frente y lo incito a ir al cuarto de su hijo.

Al entrar vio un poco de ropa desparramada en el suelo, el solo se encamino a la cama que estaba al lado de la de Jungkook, era una de invitados que tenía su amigo. Pero Jimin sabía que la habían comprado para el en los momentos difíciles. Y también para que ambos amigos durmieran cómodos, aunque eso igual era posible como cuando lo hacían juntos.

Ese día cuando vio la individual cama se sintió tan avergonzado pero a la vez tan agradecido, y querido.

Dejo su mochila hacia un lado de la cama y busco sus cosas para estudiar.

Y así estuvo horas, hasta que sus ojos se entrecerraron. Estaba tan cansado que no sintió cuando alguien se sentó a un lado de la cama.

Abrió sus ojos lentamente con caricias en su rostro, encontrándose a su mejor amigo mirándolo fijo. 

---Otra vez paso.---Responde la pregunta que vio en sus ojos.

Este asintió, le dio un beso en la mejilla, cerca de los labios. Se quitó la ropa y se pegó a la espada de Jimin. El más bajo se estremeció como siempre cuando los labios de su amigo se posicionaron en la desnuda piel de su cuello. Se quedó despierto unos momentos sintiendo la mano de Jungkook en su estómago y  su respiración más suave.

Reviso por última vez su celular encontrándose un mensaje, dudo en revisarlo, pero finalmente lo ve, anotando mentalmente cambiar de numero porque no recordaba las veces que ha bloqueado a cierto acosador.

"El dolor que sientes no se va a comprar con lo que se viene...,Mochi"





                                                                                          ---Mufi

happiness is a butterfly [ym]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora