Capítulo 13

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Para él el ... era más que un sueño. Era el lugar que necesitaba para encontrarse a sí mismo - basado en la cita de José Chaves

Pov- Killian Daves


Me despierto con un dolor de cabeza terrible, creo que nunca he tenido una reseca como esta.

Cuando abro los ojos estoy en el suelo sobre una especie de colchón de paja y en una cueva. Al salir de la cueva, veo a varios lobos comiendo carne y otros en forma humana que arrancan la carne cocinada con los dientes. Todos tienen pinta de salvajes aunque si Minea me lo contó bien no significa que sean agresivos.

—¿Has despertado?

—Si

Dudo sinceramente que quisiera que le respondiera, y su mirada me dice que cree que soy estúpido.

—Bien, tenemos que seguir 

—¿A dónde?

—Vamos  a la charca de la luna — esa voz parece conocida.

—Alec, deberías estar en otro lugar

—Me he cansado —el niño se acerca a mí —¿Cómo es tu lobo?¿por qué te desmayaste? ¿y por qué estabas en el bosque? ¿Qué hiciste?

—Alec... — El regaño es para que deje de incordiar, sin embargo el niño me da ternura.

—Son solo unas preguntas, por la seguridad de la manada —el padre y él se miran durante un rato desafiandose. Hasta que el hombre asiente y da la vuelta para seguir organizando el viaje.

—¿Entonces?

—¿Qué es la charca de la luna?

—Aquí las preguntas las hago yo, muchacho.

—¿muchacho? ¿Cuántos años tienes? ¿Siete? —se me escapa la risa.

—Ocho y medio ¿por qué no te curas?¿Qué te pasa?

Estoy apunto de contestarle pero el niño sale corriendo para seguir a su padre, un chico me da una palmada en la espalda.

—Vamos, hay que darse prisa. Soy Caleb. —me extiende la mano

—Killian, Killian Daves — le aprieto la mano y termino de saludarle.

—No te preocupes por las preguntas, Alec es curioso. Aquí no nos juzgamos solo pedimos lealtad.

—Eso no es poco, para los tiempos que corren.

—Es lo mínimo - voy todo el camino a su lado y pasado un rato decido preguntar

- ¿De qué lado estáis?

- Del nuestro, tenemos nuestro propio bando, luchamos si nos atacan y si no pues no es nuestro problema.

- No parece muy salvaje

- ¿Sabes que lo de los salvajes no es por lo agresivo?

- Eso me dijeron

- Serías el primero al que le dirían la verdad, las manadas enseñan que somos agresivos para que luego nos den caza, pero ahora están ocupados con los rogues.

- Vosotros no sois rogues

- Si y No, no tenemos manada real, pero nuestra unión es natural, algunos dejan las manadas porque no soportan esa vida y acaban en nuestro estilo de vida.

- Seguis teniendo jerarquía

- Nuestro líder es elegido y podemos quitarlo. 

- Caleb ¿tienes apellido?

- No.

Cuando me responde mira al frente y extiende la mano para frenarme. 

–Hoy descansaremos aquí, vamos a por la comida.

Esa noche Caleb y yo, junto con Alec salimos a cazar comida para todos. Al volver al campamento la gente ya se ha organizado, fogatas, refugios... parece como si todos tuvieran su lugar y supieran qué hacer. Por primera vez, me siento más yo de lo que me he sentido en meses.

La mañana siguiente nos levantamos y seguimos, y esa noche transcurre igual que la anterior. Sin embargo, en el atardecer del tercer día, justo antes de que parásemos a descansar, Caleb extiende el brazo para frenarme.

Sabía que esta vez era distinto porque todos se habían quedado estáticos y en guardia, esperando algo...


Para él el BOSQUE era más que un sueño. Era el lugar que necesitaba para encontrarse a sí mismo - basado en la cita de José Chaves

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