Capítulo 38

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"No es necesario golpear para hacer daño. Una ... duele, un silencio, una decepción, una traición, la indiferencia; estas cosas también duelen" - Anónimo

Pov- Killian Daves

Sí. Estaba enfadado. Sí. Quería alejarme lo máximo posible. No. No sabía que me había alejado tanto del refugio hasta que di de frente con el mismo descampado donde Devika amenazo con matarme. Y no. No esperaba encontrar a Devika medio muerta en este mismo descampado. 

Me asegure de mirar en todas las direcciones antes de correr hacia ella, sin duda Alarik estaría orgulloso de no lanzarme al peligro sin mirar. Al llegar a esta ella apenas respiraba, puse mi mano en su muñeca para poder sentir los latidos, y sus ojos se abrieron. Intento levantar el puño para golpearme pero no fue un buen intento. Al agarrarla pareció enfocar la mirada.

- Killian... - tras susurrar esas palabras volvió a desmayarse.

Conseguí tapar algunas de las heridas para que parasen de sangrar y la levante despacio, estaba amaneciendo y no veía bien el camino, por lo que tras meternos lo más profundamente en una de las cuevas espere a que el sol estuviera más alto. Eso no es muy inteligente, porque podrían verme pero la otra opción es matarme por no ver por donde voy. Si esto es lo mejor.

No se que fue lo que me impulso a mantener mi mano en su muñeca, era algo como un instinto y cuando vi que las venas se veían color negro a través de la piel y el cuerpo de Devika se relajaba supe que estaba haciéndolo bien.

- Vamos Devika, aguanta un poco más - le decía mientras  le retiraba el pelo de la cara. 

Mis ojos se cerraron en algún momento y empecé a soñar lo que parecían los recuerdos de Devika, cada imagen y momento impregnado de un sentimiento tan fuerte que agobiaba...

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Era de noche en una cabaña en mitad del bosque y Duman estaba hablando mientras me miraba. Había un dolor que me aplastaba el pecho y sin embargo Duman parecía continuar a su rollo, esta claro que Devika solo intentaba hablar con él...

- Entonces pregunta por qué te dejó tu mate, y por qué decidió traicionarte.

Esas palabras me ahogan más de lo que podría haber imaginado que unas palabras podrían dañarme. Note el nudo que tuvo que tragar antes de poder contestarle a Duman

- Pensé que habías madurado, pensé que habías cambiado esa forma estúpida de atacar a la gente, sé porque lo haces porque te entiendo desde niños; está ha sido la tercera y última oportunidad - me levanto de donde estoy sentado - sal de mi manada Duman o romperé los tratados de paz con el oeste.

Cuando el se va, caigo al suelo derrotado. Dicen que cuando un lobo se deprime sus sentidos se apagan y solo puede enfocarse en lo que siente. Creo que eso es lo que paso porque cuando la vista se levanta hay alguien frente a mi, es ese tipo que traicionó a Devika, su antiguo mate. 

- ¿Qué haces aquí?

- Antes pasaba mucho tiempo aquí

- YA NO - Devika se intenta levantar pero la golpean una y otra vez...

- ¿Dónde esta Raelyn y la brujita? 

- Que te jodan

Siento más golpes, y alivio... siento que por fin puedo dejar de sentir, luchar. Es una sensación horrible. 

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Vuelvo a ver otra escena. En esta Devika parece estar luchando contra un gran dolor pero a la vez, esta bajo control. Miro a los lados y la veo en el espejo. Ojos brillantes y siento como se clava las uñas en el muslo para poder recordar algo.

No entiendo que le pasa, pero si que siento como el corazón se le acelera cuando llaman a la puerta. Devika va a abrir y aparece Alarik.

- No puedo más Devika - siento mis labios levantarse en una pequeña sonrisa y abrazo a Alarik.

- Queda poco

- Tenemos que reunirnos con ellos Devika, ver a Killian - ¿este recuerdo es de antes de reencontrarnos?

- Debemos aguantar un poco

- No lo entiendes, siempre estas bajo control. No sabes lo que siento cuando sé que Killian estará allí y no podré ni acercarme a él. No sabes lo que es no tener a mi mate.

No creo que Alarik fuera tan capullo, en serio le dijo eso a Devika.

- Fuera - esas palabras resuenan en mis oídos, las oigo llegar hasta a mi, y queman todo el camino hasta mi corazón.

- Devika, yo no quería decir eso... 

- Vete

Da un portazo y de nuevo siento como las rodillas de Devika flaquean y caen al suelo. Tanto dolor que intenta retener la enfurece porque lo siguiente que siento son sus puños cerrados mientras se clava las garras.

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Vuelvo a estar en el descampado en esta ocasión parece que Devika está dando las ordenes para que los lobos realicen una formación para atacar el refugio. Supongo que es parte del plan, si bien siento un cosquilleo, algo no esta bien. Uno de los tipos se adelanta mucho e increpa las ordenes de Devika. Me siento débil como si no pudiera tener el control sobre mi cuerpo, las piernas pierden fuerza y cae, siendo sujetada por el tipo que se ha adelantado rápidamente a cogerla. La mirada se enfoca en algo a su espalda, un brujo. Veo acercarse a otro tipo que la agarra del otro lado, la giran y ahí está. El padre de Alarik y el padre de Devika.

- Oo, hija - se acerca y agarra el mentón para levantarlo y quedar los ojos a la misma altura - Sabía que eras débil, que esos sentimientos tuyos te llevarían por el mal camino. Ir en contra de los intereses de tu propia manada, después de todo lo que hemos perdido por esos Rogues.

Noto como la saliva pasa con dificultad por la garganta antes de que Devika pueda hablar.

- ¿Cómo... cómo lo... lo supiste? 

- No nos engañasteis en ningún momento, ni tú ni mi patético hijo - el padre de Alarik es un capullo aun más grande que su hijo.

- Mentira - tras soltar esas palabras noto como Devika va guardando fuerza, esta recuperándose rápidamente - Debió doler cuando os enterasteis de que os habíamos engañado tanto tiempo.

- Sabes mocosa, vamos hacerte un favor al matarte... porque puedo asegurarte que el resto de tu pandilla no va a tener eso. - Devika vuelve a sonreír

Se siente escalofriante aceptar la muerte de esta manera, no puedo seguir...

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No aguanto un minuto más, me despierto y miro a la chica que esta tumbada con su cabeza en mi regazo. La conocí cuando todo este lio ya había empezado por lo que nunca he sabido bien como era, pero jamás  habría imaginado que su sonrisa ocultaría tanto dolor y como recibe la muerte con tan perturbadora paz.

La levante y salí con ella en mi espalda, tras una media hora llegamos al maldito río y moje su frente para ver si conseguía que abriera los ojos, también humedecí sus labios y pareció reaccionar.

- Sigue conmigo Devika, por favor 

- Sigo aquí

Ella intenta incorporarse y levantarse, la ayudo y paso su brazo por encima de mi hombro para que pueda apoyarse.

- Queda poco para llegar - empiezo a caminar soportando la mayor parte de su peso, cuando ella vuelve a hablar.

- Lo que has hecho... ¿por qué?

- ¿Absorber el dolor? Tus heridas estaban mal pensé que te aliviaría

- No, las heridas no dolían

Devika me miro, pero yo seguí avanzando. Al llegar a la puerta del final es cuando lo sentí, pasos de lobos a nuestras espaldas. Abrí la puerta y antes de que pudiera pasar nada empuje a Devika dentro y seguí el camino por el bosque para que no encontraran esa entrada.

No es necesario golpear para hacer daño. Una PALABRA duele, un silencio, una decepción, una traición, la indiferencia; estas cosas también duelen - Anónimo

Alfa implacableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora