Capítulo 9

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Cada guerra es una destrucción del ... humano – Henry Miller

Pov: Killian Daves


Llegamos a casa y la puerta estaba abierta, Alarik entro antes que yo, pero pudimos ver tres cuerpos en la entrada y en una pared Luka lloraba sobre otro, Minea.

El tío, nombre con el que le denominaban todos, estaba golpeado y había un hombre intentando curar sus heridas con agua. Alarik fue a hablar con él, pero yo sabía que tenía que ir con Luka.

No quería asustarle, no quería tocarle y no quería que se enfadase, con una distancia prudente me agache a su altura e intente encontrar sus ojos.

—Luka —lo dije en apenas un susurro pero sabía que me oiría

No respondió, no se movió, solo seguía abrazado encima de su hermana, quién ya tenía los ojos cerrados y la piel pálida, la mano de su hermana estaba a un costado por lo que seguramente en su último momento intento consolar a su hermano.

—Luka — esta vez si me miro y se lanzó contra mi, intentó empujarme y me golpeó en el pecho pero sus manos no hacían nada, aún así le deje seguir.

—Ellos... Ellos venían a por... a por... a por vosotros... le suplique a mi hermana que les dijera dónde estabais, pero... pero... dijo que... que ... no trabajaba para ningún bando... nadie dijo nada... dejaron que les mataran... por vosotros —su sollozo me partía el alma y quería consolarlo aunque tal vez yo era la peor opción en ese momento.

—¿Por qué os buscaban a vosotros en particular? —el señor Clemente, él que nos miró mal desde que llegamos está muy cabreado, ya podrían haberle matado a él.

— Alguien ha conectado el teléfono — me giro hacia Alarik que viene de la cocina

—¿Qué quieres decir con eso? — el jefe herido desde el suelo hace la pregunta

— Que alguien ha llamado para delatar la posición, y que si sabía que nos buscaban es porque alguien se lo ha dicho, como no hemos tenido contacto con teléfonos, está claro que sabe quienes somos y qué es aliado de las manadas. Y si estaba en este grupo era para llegar al refugio —Alarik no para de pasearse por la sala y yo observo a todos los que también están presentes. Falta uno. Lo siento detrás de mi espalda y apartó a Luka, por lo que acaba agarrándome a mi.

—Si me tocas Alfa me cargo a tu lobito, o puede que antes le haga sufrir. Él y yo vamos a irnos, si nos seguís le mataré y si me intentas matar seré rápido, le clavare la garra en el corazón.

Esta situación me provoca cierto deja vu...

—Killian

—Vamos —me arrastra hacia atrás, escondiéndose en mi espalda y abriendo la puerta. 

Su tamaño es bastante pequeño por lo que me es muy fácil quitarlo de encima de mí, trata de clavarme el cuchillo pero yo lo agarro y cambió su destino hasta clavárselo en el abdomen.

—Killian

—Todo es tú culpa

Dejo de mirar al hombre en el suelo y oigo como Alarik termina por matarlo, subo a la ducha sin mirar ni saludar a nadie y me desvisto para quitarme la mugre y sangre del señor, aunque antes me detengo y apoyado en el lavamanos me miro al espejo, vuelvo a ver en él lo que más me asusta.

—Killian

Mi silencio debe abrumarle porque abre la puerta y me mira de arriba abajo, su mirada recae en la mía a través del espejo, cierra la puerta y se coloca por detrás. Sus manos en mi abdomen y su cabeza en mi hombro.

—Killian

—Todo es tú culpa —me giro y le empujo con fuerza, consigo apartarlo de mí y se golpea con la pared del fondo de la ducha.

—Killian

—Te dije lo que no quería, te dije que no era violento y ahora no puedo parar de enfadarme y golpear todo. Por tu culpa.

—Yo no te hice esto

— Tú fuiste quién me dejó, te fuiste cuando te necesitaba. Si no fuera por lo que me dijiste los primeros días, ese rollo de que no era un monstruo y que podría usarlo para proteger a la gente y hacer el bien... eran todo mentiras. Si no fuera por ti, yo habría muerto porque lo que menos quería era hacer daño.

—Killian a veces para proteger a otros hay que matar, si ese hombre hubiera llegado al refugio, qué  es lo que crees que habría pasado con todos los rogues.

—A ti qué más te da si te has dedicado a matarlos — trata de separarse de la pared y acercarse pero vuelvo a empujarlo —eres un maldito hipócrita.

Cada guerra es una destrucción del ESPÍRITU humano – Henry Miller

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Capítulo dedicado a:

Nasariii , sus comentarios son de lo mejor y desde el primer libro quería leer sobre estos dos, pues bueno este capítulo para ella🙃.

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