❲ Dystopia¹ 𓏲ꪆ MinSung ❳

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La situación con MinHo estaba muy tensa, por más que intentara fingir que no, era cierto, por lo que, cuando se puso sus botas y dijo que saldría un rato, era más bien para escapar.

Estaba incómodo, no quería estar con él, sin embargo, tenía que.

Dirigió sus pies hacia el ascensor y bajó los 10 pisos caminando hasta la fría calle que lo acompaño por muchas horas. Anduvo sin mucho rumbo, debía parecer un loco en realidad.

¿Por qué tenía que pasar esto? Si de por sí ya odiaba su vida, ahora con MinHo a su lado era todo mucho peor. Él jamás había tenido la necesidad de una pareja, él no quería una, no es porque no tuviera pretendientes, es porque él no sabía manejar una relación.

Era duro, desconsiderado, desamorado y habla siempre por sí mismo, él era todo lo que alguien NO quiere en una pareja y no estaba dispuesto a cambiar por nadie.

No cambiaría por nadie, no quería someterse a nadie, no quería depender de nadie ni preocuparse por nadie más que por sí mismo.

¿Sonaba egoísta? Seguro que sí, pero para alguien como él, que vivió la mayor parte de su vida solo, era difícil que de la noche a la mañana tuviera que aceptar a alguien en su vida.

¿Qué tal si algún día esta "utopía" se volvía un desastre y tuviera que pelear? "Todas las Utopías se vuelven distopías al final", ¿Podría pelear si tiene a una "persona especial" por la cual vivir? Era mejor estar solo hasta el fin de sus días, así cuando muera nadie sufriría por él, Jisung odiaba el sentimiento de ver a alguien sufrir por él.

Esta ciudad algún día caería y, si él moría, no quería dejar ningún vínculo con este mundo.

Se perdió entre sus egoístas pensamientos hasta que la media noche llegó, y con ella sus ganas de regresar al departamento.

En su camino a casa vio una tienda de conveniencia abierta la cual aún alumbraba las calles, entró sin pensarlo demasiado y compró unos cigarros.

Hace tiempo que no fumaba, pero hoy tenía el tiempo y ánimo perfectos para ello. La vendedora lo vio un poco raro por ser un soldado aspirante a llenarse los pulmones de cáncer en forma de humo, pero su vida en este momento no daba más como para ponerse a discutir con alguien.

Ya con sus cigarros en mano regresó al edificio y posteriormente a su piso. Miró la entrada de su departamento dudando el entrar, para al final desviarse de nuevo hasta llegar al balcón solitario de su piso, alumbró la oscuridad con su encendedor y comenzó a fumar tratando de llenar su cabeza de humo y no de pensamientos.

Su celular sonó minutos después dejando ver el contacto de Felix en su pantalla, lo cual le extrañó debido a las altas horas de la madrugada que eran.

Felix:
¡Hey, soldadito ejemplar! — habló feliz — sabes, ya estaba dormido, pero me desperté a tomar agua y de la nada me acordé de ti y de que seguramente ya habrías conocido a tu esposo y pues con lo mucho que me encanta meterme en tu vida me veo en la obligación de preguntarte.