Confirmar la verdad

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Tae había deseado sentirse extraño o molesto durante el beso, pero realmente no había sido así. Tae, el chico que había prometido no enamorarse de la chica con lo que jugaría, se había doblegado ante un beso de ella. Le había gustado tanto, que podría proclamarse adictos a ellos.
Porque no era solo con quien se besaba, eso lo había dejado en segundo plano, lo que lo había vuelto adicto, era como podía sentir tanto amor en un solo beso. Era como si hubiese carecido de ello desde que nació y hoy probara por primera vez, que era sentirse amado y recibir amor.
Su argumento era extraño, porque había recibido amor de los suyos, pero así se sentía. Ese beso, le hacía sentir cosas que no había sentido antes. Por ejemplo, las ganas de nunca terminar el beso y el hormigueo que recorría todo el cuerpo, era algo extraño, pero placentero.
Una lastima que no sea ese beso, realmente para ti — le recuerda su mente y es allí cuando reacciona y se aleja de los labios de Ha-ri.
— ¿Sucede algo? — pregunta Ha-ri al ver su perturbación.
— Creo que debemos dejar las cosas en claro. No quiero que creas que estoy abusando de ti. Porque sé que cuando recuerdes todo, querrás matarme y yo quiero recordarte que fui claro diciéndote que yo no soy Julián y aun así, seguiste. — le dice Tae
— Realmente dices cosas extrañas. Pero esta bien, si eso te tranquiliza, por muchas cosas malas que me hagas, no voy a querer matarte. Si me dañas, me alejo de ti y sano mientras intento olvidarte. Solo eso haría — responde Ha-ri y Tae la mira incrédulo.
— Tú no eres así de buena. Si alguien te daña, vas vengándote. Todavía recuerdo cuando te dije fresita y solo por ello, causaste que besara a un hombre. Después de eso, me molestaron bastante. — dice Tae quejándose
— Jamás te haría eso, Julián
Quizás a Julián no, pero q Tae sí. — responde mentalmente Tae
— En fin, ¿Dónde están viviendo? Necesito llevarte allá y hablar con tu hermano.
— Dijiste que sabias que estaba aquí porque nos siguieron. Así que, ¿por qué no sabes dónde vivo? — pregunta Ha-ri cruzándose de brazos.
— Simple, porque aunque puse a medio país buscando a una loca con la pierna y el dorso herido, ellos solo lograron verte en ese maldito sector tan peligroso. — responde molesto.
— Entiendo…
— ¿Qué hubieses hecho si llegaba tarde? ¿Cómo habrías salido del peligro que tú misma te causaste? — pregunta con evidente enojo.
— Mejor no hablemos de eso y entremos a la casa. Estar en el auto ya me ha agotado. — dice girando su cuerpo para marcharse, pero él la detiene.
— Un momento, te traje aquí porque necesitaba hablar contigo donde alguien enviado de tu padre, no pueda vernos. Pero en ningún momento pensé traerte a esta casa. Ya te dije que trabajo para quien quiere hacerte daño y por ello, no debes este conmigo.
— Entonces están en problemas. Porque yo no voy a dejar de buscarte. Si te vas, iré tras de ti todas las veces que sean necesarias. — asegura.
Tae suspira profundo. Si ya lo había hecho una vez, estaba seguro que sería capaz de hacerlo por segunda vez. Por lo que, debía buscar una solución a esta terca Ha-ri que había cambiado en el momento menos oportuno.
Si me despreciara como antes, buscara alejarse de mí y no, estar cerca. Pero no, debía confundirme con si ex pareja y estar tan tontamente enamorada que ser tan distinta a la chica fría y calculadora que conocí — se queja mentalmente
— Dame el número de tu hermano. Necesito informarle de tu locura, antes que crea que tu padre te ha capturado. — dice Tae y Ha-ri asiente entregándole el número de teléfono de la nueva casa donde están.
Mientras Tae habla con JungKook, Ha-ri sale del auto y es por ello que, Tae sale tras de ella y le abre la puerta de la casa tomando su mano para que se siente en la sala y mientras hablaba con JungKook, la miraba para que no desapareciera.
— Esta bien, aquí los esperamos — dice y cuelga la llamada cuando Ha-ri se levanta, para después dirigirse a Ha-ri — ¿Para donde vas?
— Caminar un poco la casa. Es solo eso.
— No, quédate aquí. Con esto que hiciste, estoy pensando seriamente en colocarte un cascabel en el tobillo y un chip de rastreo en tu teléfono o alguna cadena que tengas.
Ha-ri asiente y saca una cadena que tenía escondida en su ropa
— Usa esta. Me la diste cuando cumplimos el primer año juntos. Tiene grabada nuestras siglas. Puedes usarla para colocarme el GPS.
— ¿Te parece divertido lo que te digo? — pregunta y ella se encoge de hombros restándole importancia
— Me gusta que sepas donde estoy. Incluso tomo tu idea, tengo dos collares iguales, usa una y en ambos coloca el chip. Así, uno sabrá donde esta el otro — comenta Ha-ri quitándose uno de los collares.
— ¿Por qué tienes dos iguales? — pregunta Tae y ella se encoge de hombros.
— No sé, quizás me pediste que lo guardara y se te olvido. Ahora es momento que lo vuelvas a usar. — murmura Ha-ri entregándoselo en la mano.
El cuerpo de Tae se heló al reconocer las siglas y su mente viajó a varios años atrás. Era ese collar. No había duda, la fecha bajo las dos letras entrelazadas era la de la chica que pretendía. Lo sabía porque su cuerpo se había helado cuando vio a Yoongi y Ha-neul, usando las cadenas a juego. Estaba confirmado, ella era “esa chica”.
— Ha-ri, ¿Realmente recuerdas cuando te di este collar? — pregunta y Ha-ri se queda pensativa.
— Debió ser en nuestro primer aniversario, la fecha bajo las letras es de nuestro aniversario.
— Entonces, ¿por qué hay una H y una Y, cuando debía ser una H y una T… perdón, una J?
— ¿En serio? ¿No recuerdas que cuando te presentaste, me dijiste tu segundo nombre?
— ¿Por eso grabé esas siglas?
— Supongo. Ya que, tu segundo nombre es Jung.
— Oh, bueno. En realidad, es Hyung— murmura dejando de hablar al respecto, al saber que ella no recuerda bien como obtuvo esas cadenas — Entonces le pondré el chip de rastreo.
Ella asiente y se sienta a su lado, mientras ella habla de las competencias que él no sabía que ella una vez estuvo. Cuando su seguridad, sonó abrió el portón y dejó que JungKook y Yoongi entraran.
JungKook corrió hacia Ha-ri y Tae agarro a Yoongi del brazo enojado y lo llevó a la cocina donde le colocó la cadena cerca de sus ojos.
— ¿Reconoces esta cadena, Yoongi? — pregunta Tae con enojo.
— ¿D-donde…?
— Fue la que le diste a Ha-neul, ¿no es así? — pregunta directamente.
— No, no es.
— Bien, si no es así, ¿Podrías mostrarme tu cadena? Así podre confirmar si realmente son distintas. — dice Tae extendiendo su mano para que le entregue la cadena.
— La perdí. — murmura
— No la perdiste. Se la entregaste a la chica que atropellaste hace años, ¿no es así? — pregunta enojado.
— Deja de hablar del pasado. Por ese accidente, nuestro grupo se dividió, Jin casi muere y Ha-neul… bueno, ya sabes que pasó con Ha-neul.
— Sí, por temor a que tu padre te regañara, no la llevaste al hospital y cuando quisiste llevarla a su casa para entregarla y que un médico la viera, ya había muerto.
— No sabes eso.
— ¿Crees que no lo sé? ¿Crees que no te denuncie porque no sabía lo que habías hecho? — pregunta Tae
— Yo…
— Le entregaste a Ha-ri tu cadena para reconocerla más adelante, ¿no es así?
— Sí — dice resignado — quería recompensarla después. Pero, cuando la busqué, supe que todos habían muerto y no tenía el coraje de reconocer quien soy, cuando ella perdió mucho en ese accidente.
— Entonces, ¿fue por culpa que has estado a su lado? — pregunta molesto.
— Necesito recompensar mi falta. Así que…
— Eres un maldito. Pensé que era dañino, pero tú eres la definición de veneno. Eres alguien que no podría describirlo como persona, que se esconde de sus fallas y cree que reemplazar a su novio y sus amistades, es una buena recompensa.
— Tae, yo… no puedo devolverles la vida. Solo puedo poder a disposición la mía para pagar mi deuda.
— ¿Y donde queda Ha-neul? La dejé ir porque te gustaba y fue ello lo que la mató. ¿Qué le darás a su familia por matar a su única hija?
— Yo… lo pensaré. Pero por favor, no me delates. Yo quiero pagar lo que hice y solo…
Tae se aleja de Yoongi y con dureza le dice:
— Aléjate de Ha-ri o abra otro muerto y te aseguro, que esta vez serás tú. Fuera de mi casa — dice para después marcharse.

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora