Sin salida

60 7 0
                                    

El caos se había desatado por la desaparición de Ha-ri. Jin, noto ello en la mañana, cuando la buscó por todo el terreno donde entrenaban y al no encontrarlo, buscó en las cámaras de seguridad donde todo había quedado grabado; la habían secuestrado.
En menos de una hora ya había informado de la desaparición de Ha-ri a Yoongi y a todos los demás. Por lo que, cuando había pasado una hora de haberles avisado, no había una sola estación de policía que no supiera de su desaparición.
Todos estaban desesperados por encontrarla al saber que había sido secuestrada por personas que no habían podido ver sus rostros y por ello, no habían podido identificarlos. Pero quienes más se habían desesperado eran JungKook y Yoongi. El primero, por ser su hermana y única familia y el segundo, por culpa.
Todo estaba utilizando toda su energía y contactos para encontrarla. Cada quien, había apartado hombres para buscarla y quienes no podían contratar por falta de dinero, buscaban ellos mismos. Todos habían ignorado sus compromisos y habían comenzado una búsqueda exhaustiva para encontrarla pronto. Pero, no había rastro de ella.
— Esto no puede ser cierto. Por más que vea la grabación, no encuentro alguna pista de quien se la llevó y según las cámaras de seguridad, no hay una placa o marca distintiva para filtrar la búsqueda. — se queja JungKook — Dime, Yoongi, ¿cómo pudieron llevársela tan rápido si tú tienes tanta seguridad?
JungKook no quería aumentar la culpa de su amigo. Pero como estaban las cosas, era bastante extraño que pudieran llevarse a su hermana tan fácilmente cuando Yoongi, había contratado dos equipos de seguridad para protegerlos.
— Yo tampoco entiendo qué fue lo que pasó y por eso, mandé a investigar las cuentas bancarias y los contactos de cada uno de mis hombres para saber si hay algún infiltrado. Pero hasta el momento, no he podido encontrar alguna pista que me muestre ello.
>> De verdad, soy consciente que todo lo que ha pasado ha sido mi culpa por no haber estado monitorizando las cámaras de seguridad y el personal que entraba a la propiedad. Pero ahora, debemos enfocarnos en encontrar una pista que nos ayude a encontrar el rastro de Ha-ri. Así que, continua buscando en las grabaciones de seguridad si hay alguna señal de hacia donde se marcharon. Yo iré a reunirme con alguien — dice Yoongi.
— Un momento, no pienso quedarme en esta estúpida habitación mirando cada grabación, cuándo sé perfectamente que no voy a encontrar ningún en pista de mi hermana, mientras tú puedes reunirte con alguien que si nos puede ayudar a encontrar algo. — responde JungKook
— Entiendo que estás demasiado desesperado por encontrarla. Pero la persona con la que me voy a encontrar no es alguien que hace las cosas de forma limpia y es por ello, que no quiero involucrarte en personas de esa clase — comenta Yoongi
— Si tú estás dispuesto hacer eso por ella que eres su novio, yo con más rapidez entregaría mi vida por mi hermana. Así que, vámonos juntos. Si él nos va a ayudar a encontrarla, debo ir contigo.
— Pero…
— Yo me quedaré — interviene Jimin entrando a la habitación — Puedo hacer más aquí que en otro lugar. Así que, vayan a buscar más ayuda. Yo les avisaré si hay una nueva noticia — dice Jimin y ambos asienten marchándose.
Yoongi no quería que JungKook viniera con él. La persona con quien se iba a reunir, le había ayudado a ocultar los errores que había cometido y por ello, no se lo presentaba a nadie. Pero negarse hubiese parecido extraño. Así que, no tuvo más opción
Mientras Yoongi y JungKook se reunían con Blas, Jin lideraba un equipo de búsqueda. Él quería encontrarla, juntos se habían propuesto entrenar para hacer pagar a su padre lo que había hecho, pero ahora, su compañera había desaparecido y en sus narices. La culpa y la preocupación, lo carcomían.
Min Ah, también estaba desesperada. La preocupación de que la desaparición de Ha-ri estuviera relacionada con su hermano y el padre de ella, le preocupaban.
— Nam, ¿Crees que realmente haya sido un secuestro común? — pregunta Min Ah.
— ¿A qué te refieres?
— Su padre sigue sin ser capturado. Quizás él o mi hermano… — susurra Min Ah.
— No pensemos en eso. Tengamos fe que pronto van a llamar los secuestradores. — comenta Nam y Min Ah gime con dolor intentando no llorar.
— Esto no es América, donde el secuestro es común. Estamos en un país donde estos delitos no ocurren con mucha frecuencia. Así que, es preocupante. Porque no estamos en una novela o serie latina donde esté tipo de cosas, son normales que suceden. Aquí no es así y si ha pasado, es porque… — se detiene al pensar lo peor 
— No pensemos en eso. Las cosas van a salir bien. Pronto esto será una historia de la que nos vamos a reír — dice Nam abrazando a su novia.
— Espero que sea así — susurra correspondiendo su abrazo.
Todos se esforzaban por encontrarla. Pero el tiempo pasaba tan rápido y sin encontrar pistas, le complicaban todo. En un abrir y cerrar de ojos, había pasado un mes. Uno donde Ha-ri seguía encadenada a la pared. Lo único bueno para ella, es que su padre había adquirido una bacteria que complicaba el trasplante y por ello, aún no le habían sacado el riñón y páncreas.
Pero la bacteria sotana cediendo y eso solo significaba que su final, estaba llegando. Sobre todo, porque Tae no había vuelto a visitarla desde la última vez y ahora, estaba entrando a su celda con nueva ropa.
— Es momento del baño. Necesito que te pongas esa ropa — dice colocando una bata de hospital sobre la cama.
Ha-ri sonrió con amargura.
— Entonces ese hombre no ha muerto — susurra decepcionada
— No, no ha muerto. Ya no comerás más por hoy. Dentro de poco, te van a extraer lo que necesitamos — dice Tae y Ha-ri ya no se inmuta
En las semanas que han pasado, ha intentado romper las cadenas con la baldosa y fue el piso el que se quebró. Con las partes rotas del piso, comenzó a limar las cadenas para partirlas e incluso, la usó como arma cuando uno de sus cuidadores, se acercó a dejarle comida. Pero nada de eso había servido.
Las caderas eran muy gruesas para limarlas, por más que amenazara con cortar la yugular a mis cuidadores, ninguno cedía y la verdad, ya no veía otra forma de escapar cuando ni siquiera podía liberarse de las cadenas.
Un mes había pasado y dolo ña sabia porque pata el almuerzo daban siempre lo mismo y durante su estadía allí, había recibido treinta y dos almuerzos que poco había comido. Pero ya no recibiría más comida, porque ya iba a ser desechada. Y lo peor, es que no podía evitarlo
Sin embargo, se negaba a no ver una salida y resignarse y por ello, imploro a su última carta del juego: suplicar a Tae.
— ¿Es necesario hacerlo? Él ha estado muy mal, su salud se ha decaído una y otra vez. Por lo que, herirme por una persona que va a morir, es un desperdicio.
— Te recuerdo que estas hablando de tu padre. Un hijo no debería expresarse así de él
— ¿Tú te expresarías dulce del tuyo con todos los errores que cometió? — contraataca Ha-ri y ve como la mandíbula de Tae se tensa.
— Bien. Limpiare bien y vístete. Pronto vendrán por ti. — dice caminado a la salida.
— ¿por que quieres acatar sus ordenes. Si él muere todo lo que él defendió, será tuyo. Tendrás su poder y dinero, serás jefe en vez de subordinado. Así que, ¿por qué vas a permitir que viva? Su muerte te beneficia más. Así que, por favor, no permitas aún lo salve. Por favor. — suplica Ha-ri intentando hablando el corazón de Tae. Pero él solo ignoró su suplica y se marchó, mostrando el fracaso de la misión de Ha-ri.
Ha-ri, no puedes tener como arma la lastima en alguien que ni siquiera sabe que es eso. Ríndete y acepta tu destino. Porque ya no hay manera de salir completa de esto.

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora