Ordenes y besos

295 13 0
                                    

Entro al auto de mi padre y este comienza a andar. Ni él intenta hablar conmigo ni yo hago el esfuerzo por romper el silencio que nos rodea, por lo que el viaje pasa sin que alguno emita algún sonido.

Al poco tiempo de estar en el auto, éste se detiene en un restaurante.

Quien maneja abre la puerta para nosotros y yo salgo del mismo con tranquilidad.

No me gusta estar cerca del hombre que nos maltrataba, pero no pienso mostrarle miedo. Los peores monstruos se alimentan de ellos y yo hace tiempo decidí no alimentarlo.

Entramos al restaurante y es él quien pide comida para ambos y la verdad no me importa que lo haga. De todas maneras no estoy interesada en comer con él. Eso sin duda me haría indigestión.

La mesera toma nuestra orden y se marcha, mientras ninguno de los dos tiene interés por ver al otro.

— Iré al punto. Necesito que tú y tu hermano vivan conmigo. Y no es una opción, es una orden — suelta sin más.

Su orden me causa risa y no dudo en reírme, para después cruzarme de brazos.

— Creo que se te olvidó decir por favor. — me burlo.

— No estoy para tus chistes ni tengo tiempo para explicar mis razones, solo te estoy informando que tú y tu hermano vivirán conmigo. — comenta serio.

— Creo que ya pasó la etapa donde aceptamos todo lo que imponías.

Sonrie ante ello.
— Eran buenos tiempo, los cuales van a volver.

Levanto una ceja ante lo que dice.

En sus sueños.

Con una sonrisa en sus labios se levanta de la mesa y arregla su traje.

— Empaquen sus cosas y esperen Bo vaya a buscarlos. Come, la comida la dejaré paga. — finaliza y se marcha

Quisiera preguntar si es en serio todo lo que dijo en la gran conversación que tuvimos. Pero sé perfectamente que lo es. Así era antes y así seguirá siendo, porque el señor Jeon no cambia para mejorar, sino para ser más despiadado y frío.

La comida llega y la pido para llevar mientras le escribo a Kook, ya que evidentemente no responde mis llamadas.

Mi padre me dijo que le avisara a Kook, pero no me ha dicho cuando. Como también, en ningún momento de esta gra  conversación decidí informar lo que me ordenó, por lo que sin mucho que pensar envío el mensaje.

“Celebración de Min Ah en la casa de Suga".

Guardo mi teléfono sin preguntarle a Suga si permite una fiesta en su casa, solo me dedico a tomar la comida e ir a una tienda de conveniencia para comprar licor falsificando mi identificación.

No tengo auto por lo que me toca tomar un taxi rumbo a la casa de Suga.

A los minutos, las puertas de la mansión donde vive Suga se encuentran frente a mí, por lo que pago el taxi y me adentro a la misma.

— Permíteme ayudarla — dice una chica del servicio, mientras corre hacia mí.

— No, gracias. Puedo sola.

— ¿Busca a su hermano? — pregunta una chica del servicio, por lo que asiento lentamente — Está en la sala de juegos. — comenta caminando delante de mí para llevarme a dicho lugar.

La chica me ayuda abriendo la puerta y yo me adentro a la habitación con mis bolsas en mano.

Me adentro a la sala de juegos de la casa en busca de los chicos, por fortuna los encuentro.

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora