Sacrificios de amor

29 2 0
                                    

El beso fue profundo, algo que ambos habían extrañado hacer y era por eso que Ha-ri se encontraba molesta.
¿Por qué tenía que desear a alguien que había decidido marcharse? ¿Por qué razón iba a disfrutar unos labios que tanto se había empeñado en olvidar y un solo segundo todo esfuerzo se fue al desagüe?— se preguntó mentalmente Ha-ri.
Ha-ri movió su rostro para interrumpir el beso y con las lágrimas corriendo por sus mejillas y un dolor en la garganta, le hablo.
— ¿Por qué juegas conmigo así? Llegas, me ilusiones y te vas. Lo tuyo, Taehyung, no es amor, es un maldito turismo emocional que siempre me lleva al borde.
— No es así, Ha-ri.
— Si es así, Taehyung. Me apoyaste al punto de confundirme tanto y creer que habías cambiado. Pero, mírate, Taehyung. Esto era lo que querías — dice con dolor y Taehyung se aleja.
— Me fui porque si no lo hacía, vendrían por ustedes. Lo harían porque esto nunca termina, nadie que ha estado en el negocio o es objetivo de un integrante del mismo, puede salir.
>> Ha-ri, yo escogí esta vida por malas decisiones y por eso, me arrepentí cuando fueron a buscarme. Pero, ya no puedo quejarme. Es asumir mi puesto con tu hermano o verte morir y ante todo, prefiero lo primero. Preferimos lo primero.
— No te creo.
— Bien, lo creas o no, esta habitación será tu nueva habitación. Puedes hacer lo que quieras en esta casa y todos te tratarán como la señora. Así que, no necesitas herir a nadie no huir. Porque aunque no lo creas, nosotros no queremos hacerte daño. Pero, quien te secuestro hoy sí y no se detendrá hasta destruirnos por medio de ti — responde para después levantarse de la cama y camina hacia su pantalón donde tomas las llaves de las esposas que liberan las manos de Ha-ri.
— ¿Para donde vas?
— Voy a ducharme, para eso me desvestí — responde caminando hacia una de las puestas que deja levemente abierta.
Ha-ri suspira profundo. No creía mucho que él no la hubiese secuestrado. Pero, verdad o mentira, tenía razón en la parte de no poder salir de allí. Ningún negocio tan oscuro, dejaría libre a alguien que trabajo para él.
Ha-ri suspiro profundo, le resultaba molesto otra vez tener que ocultarse porque un loco esta cazándola. Lo que más deseaba era ser libre y ahora, lo había vuelto a perder por las decisiones de otras personas.
Cuando Taehyung terminó de despejar su mente con el agua fría, salió del baño y se paseó por la habitación donde buscó su ropa. Mientras se vestía delante de Ha-ri, ella no se movía y ni siquiera se esforzaba en levantar su mirada.
— No entiendo porque te bañas y vistes aquí si se supone que es mi habitación. — murmura Ha-ri.
— Es nuestra habitación.
— No somos una pareja.
— Oh, nena. Claro que lo somos. Te lo dije, no habíamos terminado.
— No es solo lo que tú dices. — le recuerda Ha-ri.
— Bueno, tampoco es solo lo que tú decides. Algo bastante molesto de las relaciones es que para ser novios, se llega a un consenso, pero, si la mujer quiere terminar, no es necesario llegar a un consenso y eso, no es justo.
— Entonces, envía tu inconformidad de la sociedad, al buzón de sugerencias. Te aseguro que les va a importar mucho.— responde molesta y Taehyung suspira profundo
— Ha-ri, realmente te amo y quiero estar contigo. Por ese amor que te tengo es que me aleje cuando vi que era la mejor opción. Pero, no creas que te olvide. Cuando no estaba detrás de esos malnacidos, estaba viéndote desde la distancia.
— Como un pervertido — define Ha-ri y Taehyung sonríe por ello
— Sí, Ha-ri. Soy un pervertido que vigila a su mujer y prometida.
— Ex prometida
— Me regresaste el anillo, pero nunca dije que el compromiso se terminaba. Pote so  he guardado el anillo hasta que su dueña quiera vivir a usarlo.
— Sí, claro. Me voy, tengo que conseguir trabajo mañana en España y no en Alemania — dice levantándose de la cama.
— Entiendo lo que haces, huyes de mí porque tienes miedo de sucumbir a tus deseos. Por eso, no quieres tenerme cerca ni aceptar que sigues siendo mía.
— Yo no soy tuya — lo enfrenta — Lo fui en una ocasión y te fuiste de mi lado. Eso me hizo entender que no podías con tanto.
Taehyung da dos largos pasos y llega a Ha-ri. Ella era para él la personificación de lo imposible. Por lo que, estar a su lado, era todo un reto que le encantaba enfrentar. Y al parecer, a Ha-ri le gustaba llevar a su límite.
— ¿Crees que no puedo con tanto?
— No lo creo, estoy segura. Así que, dejemos de perder el tiempo y déjame vivir mi vida. Ya llevaba dos años sin ti, ya estoy acostumbrada a estar sola. — responde Ha-ri caminando hacia la puerta que no puede abrir mientras Taehyung rasca su barbilla, mientras sonríe carente de gracia alguna.
— Creo que aún no lo recuerdas, pero te lo voy a mencionar para que tu mente reconozca quien es tu dueño.
— Esto si será interesante de escuchar — dice Ha-ri sonriendo.
— Cuando murió Yoongi y Jimin que no podías con la culpa y el dolor, ¿qué me pediste hacer? — pregunta Taehyung y los recuerdos paralizan a Ha-ri — Eres mía, Ha-ri. En ese momento lo fuiste, antes e incluso ahora, sigues siendo mía. Por eso, si debo alejarme para que no seas el blanco o protegerte para que vivas, lo haré. Porque como tu dueño, debo tomar la mejor decisión para ti.
— Hablas como si fuera un objeto.
— No, nena. Los objetos no son obstinados, hirientes y tercos. — responde Taehyung sonriendo.
— Ya terminamos nuestra relación. Eso fue hace dos años. — responde Ha-ri y Taehyung la atrae hacia su cuerpo, pegando la pelvis de ella a su cuerpo.
— ¿Y entonces?
— No solos prometidos.
— Pero…
— Pero tú…
— Pero sigo siendo tu dueño. Eres mía, Ha-ri y eso, es indiscutible. Tú puedes decir lo que quieras e incluso golpearme, pero no puedes evitar que sigues queriéndome y me deseas. Deseas una vida conmigo.
— ¿Y qué hay de ti? ¿Vas a decirme que no lo deseas? Piedad que mi maldito cuerpo sea traicionero y masoquista, pero…
— Me amas y yo te amo. Por eso, somos locos, masoquistas y obstinados. Porque amar te hace así, Ha-ri. Más de una vez te puse en peligro por celos. Odiaba que alguien te viera más de tres segundos o que te hablará.
>> Pero me contuve. Muchas veces, JungKook y los chicos me alejaron antes que explotara, porque odiaba tener que seguir matando y viviendo lejos de ti, cuando mi lugar es a tu lado. Pero, debía mantenerte a salvo. Necesitaba confirmar que por lo menos, eso no he destruido, Ha-ri. He dañado tantas cosas por ambición y he dañado otras por odio, pero, te juro que cuando me fui, fue un sacrificio. Uno por amor que tu hermano y yo hice para que todos siguieran viviendo bien. Para que estuvieran lejos de este maldito infierno.
— Yo…
La mano de Ha-ri subió por el pecho de Taehyung, mientras él pegaba su frente a la de ella. Estaba siendo sincero y eso era lo único que tenia para convencer a la mujer frente a él. Por eso, insistía en decirle el infierno que vivió los años que estuvo lejos de ella. Quería hacerlo, demostrarle que no la había olvidado.
Pero, los disparos a lo lejos, interrumpieron su momento y de inmediato, tensando su mandíbula, se alejo de la mujer que lo volvía loco y camino hacia la ventana donde observó lo que sucedía.
De inmediato, caminó hacia su armario y de allí tomó un chaleco antibalas y armas con munición.
— ¿Qué está pasando? — pregunta Ha-ri preocupada.
— Seguidores del inglés ha venido a causar problemas. Quédate aquí, tu hermano y yo iremos a e cargarnos de todo. — dice abriendo la puerta.
— No, quiero ir. Déjame ayudar.
— Tenemos suficientes hombres y armas. Estaremos bien y tú estarás bien. Esta habitación es impenetrable. Sólo JungKook y yo podemos abrirla. Así que, aunque lancen una bomba desde el aire, estarás bien. Mantente bien.
— Puedo ayudar.
— No, Ha-ri. No voy a meterte en esto cuando estoy luchando por salir de este maldito negocio y vivir tranquilo a tu lado.
— Taehyung, no…
Taehyung toma a Ha-ri del cuello y con un beso intenso, se despide de ella y la empuja haciendo que caiga sobre la alfombra. Lo cual, le da el tiempo suficiente para abrir la puerta y cerrarla sin que ella intente salir.
— Te amo, Ha-ri. Ten eso presente cada vez que tomo una decisión por tu bien — dice para después marcharse.
Ha-ri corre hacia la puerta que golpea e intenta abrir , pero es imposible.
— Esto no es justo, Taehyung. ¡No soy un animal indefenso que debes proteger y mantener encerrado! ¡No es justo! — grita molesta.
Los disparos se escuchan y ella como puede corre hacia la ventana donde ve a las dos personas que ama, subiendo al auto donde se marchan hacia la fuente del problema. Desde su habitación, observa como las dos personas que aman, defienden en ligar con sus hombres perfectamente coordinados y despiadados.
Sin duda, no es justo vivir esta vida. No es justo vivir esta maldita condena Jeon — dice mentalmente.

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora