El pasado regresa.

24 1 0
                                    

Nuestros cuerpos se conectan de una forma increíble, al punto que los gemidos, eran imposibles de evitar. Había llegado a la vida que había anhelado para mí. Claramente, no era con el hombre que soñé, ni estando completa.
Pero, había logrado en este duro camino, conseguir la forma de volver a ser la Ha-ri optimista que disfrutaba de los placeres de la vida. Algo, extremadamente increíble como lo era ser suya y poder probarme que sigo siendo una mujer en su totalidad que disfruta del sexo con su prometido y hace bien su trabajo como entrenadora.
Taehyung, toma mi cadera con fuerza, mientras ambos nos dejamos llevar por el orgasmo arrollador que nos consume por completo. Agotados, quedamos acostados uno al lado del otro, para después, Taehyung atraerme a su cuerpo.
— Estaba ansioso porque llegará este día — murmura.
— ¿Qué día? ¿Dónde estabas en mi interior?
— Sí, pero no me refiero a eso. Ha-ri, cuando te hice mía por primera vez, sabía que terminaríamos así.
— ¿Por qué estas tan seguro? — pregunto curiosa.
— Te mentí cuando prometí que te ayudaba por mi hermana. Te había secuestrado porque no quería que alguien más te dañara y sabia que eso pasaría. Por lo que, aunque tuve mucho miedo, de ir en contra de tu padre, mis sentimientos por ti, que habían surgido cuando nos unimos para destruir a mi madrastra, seguía allí.
— ¿En serio?
— Eres linda. Demasiado inteligente y valiente, pero, hermosa, Ha-ri. Me atrajo tu belleza y cuando vi lo leal que seguías siendo y hermosa, me gustaste más.
— Entonces… cuando te mande esas fotos.
— Casi me matas, mujer — dice en un suspiro y yo siento como mi rostro se torna caliente.
Sin duda, confundirlo con Julián, fue una mala idea. Desactivo la razón y la lujuria tomó el control. Uno que aún ahora me avergüenza.
— Ha-ri, debo reconocer que estuve con mujeres antes de ti, pero, puedo jurarte que serás la última. Porque solo tú me llenas y solo contigo quiero estar. — dice con su mano sobre la mía.
La sinceridad en su mirada, me derretía por completo. Me sentía amada completamente y era ese tipo de amor que mataría por ti. De ese amor que anhelas vivir. Sonriendo, beso al hombre que será mi esposo y acariciando su cabello le respondo:
— Me alegra que sea así, porque no estoy interesada en alejarme de ti. Nos hemos unido a algo más que físico. Pero, Taehyung, quiero que entiendas que yo puedo amarte, pero tengo un límite de amor.
>> Hay cosas que no podría aceptar y necesito que sin que te diga, lo entiendas. He sufrido mucho, Taehyung. Ambos hemos sufrido y por eso, nadie merece un amor ambiguo, rasgado a la mitad o traicionero.
— Prometo que no será así. Voy a darte todo lo que mereces y yo merezco recibir — promete Taehyung.
— Gracias por entender.
— Cariño, por querer darte todo es que te tengo una noticia. He trabajado todos estos meses, porque quiero que escojas la boda más elegante que quieras.
— Taehyung, no necesito eso.
— ¿No? Una mujer siempre le gusta tener una boda grande y hermosa.
— Esa es la versión de Min Ah. Yo estaría bien, con solo ser tu esposa. — murmuro.
— Bueno, entonces serviría para que vayamos de viaje o para la cuota inicial de una casa. Ya con el resto del trabajo, podría pagar las cuotas restantes. — responde dándole solución a todo y yo lo abrazo.
— Esta bien, escojamos la mejor forma de invertir ese dinero — respondo sonriente.
Un ruido fuerte, nos interrumpe de una posible extensión de sexo, al haber sonado tan fuerte. Preocupada, me levanto de la cama y Taehyung niega levantándose él.
— Deja que yo lo haga. — dice cubriendo su desnudez con las sábanas y sin apagar la luz de la mesa cerca a mi cama, camina hacia la ventana.
Desde la cama, puedo ver como su cuerpo se torna rígido y asustada, cubro mi desnudez con la salida de mi pijama, para después acercarme a ver varios hombres armados fuera de la cabaña.
El recuerdo de todo lo que viví por culpa de las órdenes de mi padre, me eriza la piel, haciendo que mi cuerpo duela y yo no pueda evitar llorar.
— No es posible. Ya habíamos terminado con esto. Ya… — el temor me invade cortando mis palabras y es en ese momento que Taehyung me toma de los brazos y me coloca contra la pared.
— Cariño, mírame.
— No, ellos no pueden…
— Mírame, por favor. Estas a salvo, ellos no van a dañarnos.
— Las armas no pueden ser solo decoración. Ellos han venido por algo y no les importará usar la fuerza.
— No debes preocuparte, no han disparado. Seguramente quieren algo, deja que baje a averiguar que es. Pero, si escuchas un disparo o no regreso en cinco minutos, llama a los demás y huyan.
— No, no voy a hacer eso. Podemos irnos ahora. Intentemos huir ahora que no han comenzado a disparar, por favor.  — suplico.
— Estaré bien.
— No, Taehyung. Apenas hace unas pocas horas prometimos estar juntos en las buenas y en las malas. Así que, no voy a irme de aquí, sin ti. Sería abandonarte cuando recién prometimos nunca hacerlo — digo en medio de las lágrimas.
— Ha-ri, mírame.
— No voy a dejarte.
Taehyung toma los costados de mis mejillas con ambas manos, para que lo vea a los ojos. El temor estaba en su mirada, pero, no cambiaba de opinión.
— Eres mi vida. Tú y mi hermana, son lo único bueno que tengo en mi vida y no me importaría morir por ustedes. Ahora, no quiere decir que voy a morir. Prometí que te daría una hermosa boda y te la daré, así que, lucharé por vivir y salvarlos. Solo… hazme caso, sí — dice y yo asiento.
Taehyung me besa y rápidamente se viste, para después bajar. El miedo me invade y de inmediato, entro a la habitación de los chicos, asustada.
— Están aquí. Esos hombres armados están abajo y Taehyung está solo, hagamos algo. — le digo a los chicos
— ¿Qué vamos hacer? Debemos hacer algo — dice Min Ah preocupada por su hermano y es allí cuando recuerdo que mi hermano duerme en el primer piso.
— No sé. No tenemos armas y nos superan en número. Creo que lo más sabio es huir antes que todo se complique — dice Namjoon.
— ¿Dejarlos? No dejaré a mi hermano y mi novio solos — respondo corriendo a las escaleras.
— ¡Ha-ri! — grita Namjoon intentando detenerme. Pero yo ya he corrido a las escaleras que bajo como puedo.
El grito, alerta a los hombres que levantan su mirada, pero, no me apuntan. Cuando bajo, asustada y agitada, es que veo a Taehyung en la cocina hablando con un hombre.
¿Se metió en problemas? ¿Eso era lo que realmente estaba haciendo en este tiempo que me pidió esperarlo? — me pregunto mentalmente.
— ¿Qué pasa aquí? — pregunto molesta.
El hombre, baja la mirada y Taehyung, peina su cabello frustrado.
— ¿Qué haces aquí, Ha-ri? Te dije que te quedaras arriba. ¿Qué hubiese pasado si ellos vinieran a matarnos? Les dejarías el trabajo demasiado fácil, Ha-ri. ¿Por qué eres tan imprudente? — pregunta Taehyung enojado.
— No, este no es momento de regañarme. Ahora, es momento de explicar ¡¿Qué demonios sucede aquí?!
— Ha-ri…
— ¿Esto era lo que estabas haciendo todo este tiempo? — pregunto molesta.
— ¡No! Te prometí que no volvería a cometer otro error y menos de este tipo. — dice Taehyung decepcionado e indignado.
— Si no es así, ¿qué es esto? ¿Por qué hay hombres armados dentro y fuera de la casa, Taehyung? ¿Qué fue ese ruido y donde está mi hermano? — pregunto molesta al no encontrar las respuestas que necesito saber.
— Tranquila, hermana. Estoy bien — responde JungKook levantándose de la silla que el hombre de pie con sus hombres, lo cubría.
— Eso es un alivio — susurro al ver que esta bien — Bueno, ¿qué sucede? Necesito saber que demonios es todo esto.
— ¡Min Ah! — gritan y un estruendo se escucha.
Los chicos bajan y Min Ah se coloca frente a mí abriendo sus brazos para protegerme.
— Si van a dañarla, primero tendrán que matarme a mí.
— Dios, ¿por qué las mujeres de esta casa son tan impulsivas y excesivamente valientes? — se queja Taehyung.
— Min Ah, ¿por qué sigues las locuras de Ha-ri? ¿Qué hubiese pasado si estuviéramos muerto y tú hubieras eso delante de los asesinos?
— Corta el rollo y dime, ¿qué está pasando aquí, Taehyung? ¿Por qué están estos hombres aquí? — pregunto molesta.
— Señorita — dice el hombre al ver que nadie habla — Vinimos por el señor Kim y el señor Jeon.
— Nunca menciones el apellido de ese animal. Si quiere dirigirse a mi hermano o a mí, llámenos por el apellido de mi madre. — le ordenó y él asiente
— Vinimos porque necesitamos un líder. — murmura y yo sonrió ante la locura que acaban de decirme.
— Ya terminó todo cuando ese hombre murió y nosotros, no tenemos algo que ver con sus negocios. Así que, márchese — le ordenó, pero nadie se mueve.
— Vinimos aquí porque no hay opción, la persona que reemplazó al señor Jeon fue asesinada hace pocas horas y quien lo hizo, viene por ustedes. La única opción es usar las fuerzas del señor Jeon y defenderse o esperar que ellos vengan a matarlos.
Miro hacia mi prometido y ni hermano y ellos bajan la mirada.
— Esto debe ser una maldita broma.

Eres MíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora