Segunda oportunidad (Eruri)

Capítulo 21

-Maldición, me equivoqué en esta también- se lamenta al comprobar los apuntes en su cuaderno, optando por no prolongar esa agonía- ¿Por qué química es tan difícil? Creo que reprobaré...

-Está bien, Eren, es la primera prueba del semestre, lo harás mejor en las siguientes, ¿Qué te parece si vamos por un helado o algo dulce? Eso siempre te anima.

-Eres la mejor, Mikasa, ¿Ustedes vienen, chicos?

-Los alcanzaremos más tarde, tenemos que hacer algo muy importante, le compraremos un regalo a Levi.

-¿Un regalo? ¿Por qué? Aún no es su cumpleaños.

-Lo sabemos, Eren, pero es un regalo de agradecimiento, Levi nos estuvo cuidando todo el fin de semana, incluso por la madrugada, recuerdo que el sábado me desperté como a las cuatro o cinco, papá estaba durmiendo y Levi me preparó algo de beber porque me molestaba la garganta.

-Yo me desperté en la noche, no podía dormir porque me sentía mal y Levi cantó, como lo hacía mamá... muchas personas se han enamorado de papá, es muy popular en la universidad, pero Levi es el más sincero, no solo con lo que siente por él, sino también con nosotros, sé que esto va a sonar muy extraño, ni siquiera tiene sentido, pero cuando estamos juntos, cuando cocinamos, me peina o hablamos, se siente como si mamá aún estuviera aquí... tal vez Levi piensa que soy una mocosa molesta...

Te equivocas, Historia, ustedes le importan mucho, no debería contarles esto, pero creo que entenderán algunas cosas si lo saben, Levi no ha tenido una vida fácil, ha perdido a todas las personas que le importaban, su madre, a lo más parecido a un padre que tuvo, a sus amigos, a sus camaradas y a la persona que amaba, por eso endureció su corazón y levantó unos muros enormes para n—

-No ser lastimado- completa con una mueca de tristeza que es compartida por el resto de los adolescentes, deshaciendo el nudo en su garganta con un carraspeo- Parece que lo conoces muy bien, Eren, ¿Crees que a Levi le gusta vivir con nosotros?

Aquella interrogante evoca distintos recuerdos del mes en que las cosas cambiaron drásticamente con la inesperada irrupción del visitante de otro mundo y la respuesta es sencilla de dilucidar, basta con apreciar la suave expresión de ese pálido rostro cada vez que se reúnen.

-Por supuesto, Armin, no importa si gruñe o finge molestia, siempre hace todo lo que le pedimos y nos cuida, el capitán no es bueno con las palabras, así que demuestra cariño con sus acciones, ustedes le importan mucho, al igual que Erwin.

-A nosotros también nos importa, ojalá que Levi se quede por mucho tiempo, todo es mejor desde que está con nosotros y papá es feliz, ¿Qué podemos regalarle? Tiene que ser algo muy especial.

Después de dos horas deambulando por el centro de la ciudad, el par de rubios escoge aquello que no le cabe dudas de que encantará al mayor y compran unos dulces antes de regresar a casa, dirigiéndose al jardín trasero a cumplir con la labor de entretenerlo mientras sus amigos se encargan del resto.

-Hola, capitán, le ayudaré con lo que falta- señala quitando la ropa con parsimonia, arrojándola a la cesta gris cerca de la puerta- ¿Cómo estuvo su día? Espero que mejor que el mío, creo que reprobaré el examen de química, soy un idiota, Mikasa me estuvo enseñando todo el fin de semana.

-No lo eres, no eres un idiota- especifica al reparar en la confusión de su acompañante y guarda las pinzas en un recipiente de plástico- Nunca fui a una escuela, pero a veces escucho a los mocosos cuando estudian o hacen sus tareas, si entiendes esa mierda entonces no eres un idiota, Erwin siempre les dice a los mocosos que las calificaciones no son importantes, sino lo que aprenden, tendrás que estudiar más o no podrás ser doctor como tu papá, tsk, ¿Qué es tan gracioso?