Capítulo 27

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-¿Qué te sucede, Eren? Estás muy distraído, ni siquiera almorzaste, ¿Te sientes mal?

-No, estoy bien, Armin- miente evitando el contacto visual o se delatará, lo cual consigue por una oportuna discusión en el exterior- ¿Qué fue eso?

Al asomarse por la ventana; al igual que sus compañeros y la profesora de química, frunce el ceño al descubrir que se trata de los tres matones de último año que suelen causar problemas con frecuencia e incluso hubo un tiempo en que se metían con ellos.

-Es Floch y su grupito de nuevo, ¿Por qué el director no los expulsa? Ya es la tercera vez en el mes que golpean a alguien.

-Son unos idiotas, escuché que el papá de Floch hizo una generosa donación para remodelar la biblioteca.

-Por eso el director siempre los protege, ¿Recuerdan cuando Mikasa lo golpeó por molestar a Armin? La suspendieron por dos días, ¡Que injusto!

-Ojalá alguien le diera su merecido a esos idiotas, ¿Quién es él?

Un inesperado visitante se une a la escena, saltando la reja con una habilidad envidiable y se dirige al grupo. A pesar de la distancia, no tarda en reconocer esa curvilínea silueta, apresurándose en correr a la entrada y se detiene a una prudente distancia con una mueca de satisfacción, ya que el pelinegro redujo a sus atacantes sin dificultad, dejando a dos de ellos en el suelo y al tercero le dobla un brazo tras la espalda.

-¡Suéltame, maldito loco! Voy a matarte, mi padre te demand—

-No importa el mundo, siempre eres una rata asquerosa- sisea presionando contra el suelo el rostro del insolente, inclinándose unos centímetros- Ya no eres tan valiente, parece que vas a cagarte en los pantalones, oi, mocoso, deberías estar en clases.

-Sí, per—

-¡Hey! ¡¿Qué están haciendo?!

Durante media hora son interrogados, sorprendiéndose gratamente por la manera con que el ex capitán de la legión de reconocimiento maneja la conversación, además de no amedrentarse por la posición de la persona al otro lado del escritorio.

-Se supone que mandas aquí, ¿Verdad? Esos mocosos idiotas estaban golpeando al mocoso con lentes, ¿Qué castigo de mierda es una hora de reflexión después de clases?

-Modere su lenguaje, señor Ackerman, entiendo que quiere ayudar, pero la violencia no es la solución, ¿Es el padre o apoderado de alguno de los jovencitos de este instituto? Porque no creo que sea apropiado, ni que tenga derecho a opinar respecto a—

-¿insinúas que debí dejar que esos idiotas golpeen a ese mocoso? Tiene un moretón en la mejilla, rompieron sus lentes y ensuciaron su ropa, ¿Por qué lo castigas también? - pregunta con un atisbo de indignación por los argumentos ridículos en que se excusa ese hombre- Los mocosos de Erwin estudian aquí, también Eren y Mikasa, así que eso me da derecho a opinar o intervenir si el director es tan incompetente como para no disciplinar a los idiotas que causan problemas, no quiero que mis mocosos estudien en un lugar así.

"Mis mocosos", esas simples palabras encierran un significado que dibuja una sonrisa en sus labios que se esfuerza por disimular y no le cabe duda de que sus amigos se alegrarán al enterarse, especialmente el par de mellizos.

-¿Qué opinan los otros padres? Estoy seguro de que tampoco aceptarán esto, ¿Por qué proteges a esos idiotas? ¿Son familiares? ¿Dinero? Por supuesto, dinero.

-Ba-Basta, señor, no pued—

-No sé cómo funcionan estas cosas, pero lo averiguaré y me encargaré de que saquen tu inútil trasero de aquí, vamos, Eren- ordena dirigiéndose hacia la puerta, lo que es un amago por ese grito desesperado.

-¡Espere! Espere, señor Ackerman, por favor, espere, podemos arreglar esto sin involucrar a más personas, mi prioridad son los estudiantes, solo hago lo que considero mejor para ellos, pero usted tiene razón, necesitan un buen ambiente para estudiar, discutiremos este caso en el próximo consejo de profesores y le informaré la decisión que tomemos, le aseguro que abordaremos esto con la seriedad que merece.

-Eso espero o regresaré por aquí muy pronto.

-Po-Por supuesto, es mejor que los jovencitos vayan a clases, aún faltan veinte minutos para que termine el último periodo.

Apenas se alejan unos metros por el pasillo, le da una palmadita en el hombro al mayor mientras comenta los recientes hechos, remarcando lo genial que es tanto en combate y al lidiar con las repercusiones de esa situación. Una voz los insta a girar, escudriñando al castaño que se aproxima con un deje de nerviosismo.

-Gracias por ayudarme, señor Ackerman, lamento las molestias que ocasioné.

-No fue tu culpa, mocoso, siempre hay mierdas cobardes que se aprovechan de otros, espero que ese cerdo inútil cumpla con su palabra.

-Sshh, alguien puede escucharte- advierte en un murmullo poco discreto que provoca la risa de su compañero- Levi solo bromea.

-Está bien, todos saben que Floch es intocable por el dinero de su padre, no creo que el directo lo expulse... sé que no es correcto, pero debo admitir que fue divertido que alguien le diera su merecido, muchas gracias, señor Ackerman, permiso, tengo que regresar a clases.

-Creo que te volverás muy popular por aquí, Levi, ¿Sucedió algo? Nunca vienes al instituto- señala con curiosidad y se dispone a descender por las escaleras, siendo sostenido por la muñeca.

-Mikasa me dijo que autobús tomar, está muy preocupada por ti, no entiende que es lo que te ocurre y tú no quieres contárselo, pero se equivoca, no puedes ser honesto con ella o con tus amigos sin revelar una verdad que suena como una locura, entiendo la impotencia y frustración de no poder ayudar a una persona que quieres cuando sufre, no tienes que cargar con esto solo, Eren, yo también soy tu amigo.

Esa sentencia pronunciada sin un titubeo romper por completo sus defensas, aferrando a la chaqueta contraria entre pequeños sollozos que aumentan de intensidad. Las suaves caricias en la espalda contribuyen a calmarlo y al cabo de varios minutos se aparta, permitiendo que limpien sus lágrimas con los pulgares.

-Sé que Zeke hizo algo muy malo, estaba decidido a todo por deshacerse de ti, pero no me gusta verlo tan triste... ayer fui a su biblioteca por un libro y encontré una carta en la impresora, va a renunciar a su trabajo al final del semestre... una parte de mí sabe que se merece esto, ni siquiera se disculpó por lastimarte, pero es mi hermano, siempre ha estado conmigo, fue el apoyo más importante que tuve cuando mis padres murieron... no me gusta verlo sufrir, perdóname, Levi, soy un pésimo amigo...

-No lo eres, desde el principio confiaste en mí y me ayudaste en todo, si ahora estoy con Erwin, con ustedes y soy feliz en este mundo es gracias a ti, no sé si las cosas entre ellos se arreglarán, pero haré lo posible para que mejoren.

-Muchas gracias, Levi... mi hermano es un idiota, si no fuera tan terco y te conociera mejor, estoy seguro de que se llevarían bien, continuaría molestándote, pero como un amigo, tal vez lo son en otro mundo, ¿Estás desocupado ahora? Podemos ir a comer y tomar un té, hay una excelente pastelería cerca de aquí, los dulces siempre me animan cuando estoy triste y tienes razón, hay cosas que no puedo hablar con los chicos, no es necesario que sepan de ese mundo, fue muy doloroso para todos... está bien si no puedes, será otro dí—

-Te esperaré en una de las bancas de afuera, dile a los mocosos que te pedí un favor o que me acompañarás a comprar algo, cenarás con nosotros, ¿Verdad? Te prepararé panqueques... tsk, ¿Qué es tan gracioso?

-Erwin tiene razón, eres adorable, auch, no me patees, Levi.

Segunda oportunidad (Eruri)Where stories live. Discover now