Capítulo 8

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-Esperen, niños, vamos a repasar las reglas una vez más- señala notando el reproche en los rostros de los menores, soltando un quejido por el repentino pellizco en un costado del vientre.

-Oi, oi, basta, los mocosos ya entendieron, no hablarán con extraños, no se separarán, si sucede algo te llamarán y en dos horas nos reuniremos a comer, deja que se vayan o estaremos el resto de la tarde repasando tus reglas.

-Tienes razón, Levi, perdón, niños, diviértanse.

Con una sonrisa contempla al cuarteto que se pierde entre la multitud en dirección a una de las atracciones más populares del parque y se gira a sus dos acompañantes, percatándose del desagrado mutuo que irradian.

-Entonces- susurra carraspeando en un intento por disipar el tenso ambiente, atrayendo la atención de ambos- ¿A dónde vamos? Creo que podríamos recorrer el lugar para que Levi lo conozc—

-Que aburrido, Erwin, perderemos demasiado tiempo en eso, tengo una idea mejor, tú y yo iremos a la casa embrujada, puedes abrazarme si te asustas y el enano recorrerá el parque, si se pierde puede hablar con un guardia, ellos ayudan a los niños extraviados.

-Ir a la casa embrujada será una pérdida de tiempo, los fantasmas se asustarán con un pedazo de mierda tan feo como tú- contraataca con el ceño fruncido, conteniendo el impulso de arrancarle la cabeza una segunda vez.

-Ya basta, Zeke, no quiero ser grosero, pero yo invité a Levi, no a ti, si vas a continuar con esa actitud es mejor que vayas con los niños o regreses a casa, yo llevaré a Eren y Mikasa más tarde.

-¿Por qué defiendes tanto al enano? Ni siquiera lo conoces, Erwin, ¿Lleva cuatro días en tu casa y ya son mejores amigos? - protesta con un creciente enfado, dando un paso hacia el intruso que pretende estropear su relación con el rubio- A mí no me engañas, ese cuento de los documentos robados y el supuesto incendio en el pueblo que quemó todos los registros es sospechosamente conveniente.

-Suficiente, Zeke, deja de molestarl—

-Se está aprovechando de ti, Erwin, no me sorprendería que la historia del robo sea mentira, tal vez es cómplice de esos hombres, engañan a personas ingenuas, se ganan su confianza, entran a sus casas y un día se llevan todo, no eres más que un vulgar delincuente.

-Vete a la mierda, bastardo.

-Espera, Levi, Levi, ¡Levi!

De inmediato desea alcanzarlo, avanzando unos metros antes de que un firme agarre en la muñeca le impide continuar y una sofocante angustia se instala en su pecho por esa delgada silueta desapareciendo de su campo visual. Un borroso recuerdo emerge en el fondo de su cabeza, siendo incapaz de identificar a las dos figuras que permanecen frente a frente mientras duros proyectiles impactan en un enorme muro y no tarda en reconocer esa sensación: una inminente separación.

"No quiero perderte..."

-¿Erwin? ¿Qué te sucede? – pregunta sacudiéndolo por los hombros, provocando que parpadee confundido- ¿Estás bien? Parecías estar a kilómetros de aquí.

-Sí... ¿Por qué insistes en meterte con Levi? ¿Por qué lo detestas tanto, Zeke? Tú no eres así, nunca actuaste de esta manera cuando te presenté a mis amigos.

-Exacto, tus amigos, Mike y Hange son tus amigos, han estado contigo por años, puedes confiar en ellos, ese enano apareció hace cuatro días y lo tratas como si fuera... ¿Qué tiene de malo que te proteja, Erwin? No quiero que te lastimen.

-Eso no es excusa para que lo ofendas, ¿Estás celoso de Levi...? Desde el principio fui honesto contigo, te quiero, pero—

-No se trata de mis sentimientos y si los correspondes o no, no soy el idiota inmaduro que conociste en la universidad, Erwin, si te enamoras de otra persona lo entenderé y lo respetaré, pero no de él, no te merece y no permitiré que te lastime- afirma con una seriedad que no pasa inadvertida a su acompañante, soltándolo con un suspiro cansado- No me escucharás, ¿Verdad? No puedo detenerte, pero yo no soy él, yo si te protegeré.

Esas palabras lo desconciertan hasta el punto de paralizarlo mientras el mayor se marcha. A pesar de su deseo por resolver las incógnitas que surgieron de esa inusual plática, sus piernas se mueven por si solas y lo guían por el camino opuesto, lanzándose en una búsqueda que culmina al cabo de varios minutos en un extremo del recinto.

-Levi- lo llama procurando que repare su presencia y se sienta a su costado derecho, apoyando la espalda en la alta reja negra- Por favor, perdona a Zeke, a veces n—

-Tiene razón.

-¿En qué? ¿Eres cómplice de esos hombres? ¿Asaltar a Eren fue un plan para tener nuestra confianza, entrar a mi casa y llevarse todo? Si es así, eres un pésimo ladrón, limpias, lavas, ordenas, te encargas de la comida y nos cuidas, ¿Qué clase de ladrón hace eso? Creo que eres una buena persona, Levi, puedo ayudarte si estás en problemas o—

-No es eso, el barbudo idiota tiene razón en lo de que soy un delincuente, ese es mi pasado, Erwin- confiesa intercambiando una mirada con el profesor, rompiendo el contacto por el temor a detectar el más pequeño atisbo de decepción- Solía vivir en un lugar muy malo, un asqueroso agujero en dónde el fuerte sobrevive y el débil es aplastado, mi mamá vendía su cuerpo a cambio de dinero, incluso así había ocasiones en que no podíamos comer, tenía diez años cuando ella murió, un día se acostó y ya no despertó, Kenny me encontró medio muerto en ese pequeño cuarto, me dio comida, ropa y me entrenó, por casi un año me enseñó todo lo necesario para sobrevivir y un día se largó... no soy una buena persona, Erwin, robar y pelear se volvió una rutina en ese asqueroso agujero, lo mejor es que me vaya, no quieres a alguien como yo cerca de tus hijos, soy un delincuente.

Apenas nota el amago de levantarse, rodea esa estrecha cintura en un abrazo y le acaricia la nuca con lentos movimientos, consiguiendo que se relaje.

-Lo único que hiciste fue sobrevivir, aún cuando no apruebo ese tipo de conductas lo entiendo, Levi, no sé lo que es tener hambre, frío o estar solo, siempre he tenido un hogar, una familia y el dinero suficiente para vivir bien, no puedo juzgarte desde una posición tan cómoda y sin saber por todo lo que has pasado, pero estoy conociendo al Levi que eres hoy, el que disfruta de algo tan simple como una taza de té, el que es feliz porque todo está limpio y ordenado, el que cuida de mis hijos y de mí, el que se maravilla con cada cosa nueva que descubre y el que se preocupa por nosotros, me gusta la persona que eres, me gusta que estés aquí y si decides quedarte, te ayudaré en todo lo que necesites.

-No quiero aprovecharme de tu amabilidad- susurra aferrándose a la chaqueta ajena, reconfortándose con ese calor que jamás imaginó recuperar.

-No lo haces, es agradable tenerte a mi lado, o sea, con nosotros, me gusta que nos cuides tanto, que nos prepares toda esa comida deliciosa, que me regañes si me enfrasco demasiado en el trabajo, nuestras pláticas nocturnas, me gusta que estés aquí, a mis hijos y a Eren también, no le hagas caso a Zeke, no sé por qué se está comportando como un idiota, no suele ser así, ¿Qué te parece si vamos a divertirnos? Tú escogerás el primer juego.

-Sí, gracias, Erwin.

Al apartarse, el pelinegro le dedica una sonrisa que inexplicablemente acelera su corazón y evita el contacto visual, en un intento por ocultar el ligero sonrojo que se pinta en sus mejillas. 

Segunda oportunidad (Eruri)Where stories live. Discover now