Segunda oportunidad (Eruri)

Capítulo 2

Mentalmente se regaña por no prever esa reacción impulsada por la emoción y apenas nota el desconcierto en el rubio por la situación, se apresura en separarlos, interponiéndose entre ambos.

-Lo siento, Erwin, creo que te confundió con otra persona, su nombre es Levi Ackerman, él es... es- repite jugueteando con uno de los botones de la camisa, recordando las instrucciones que su otro yo le dio en un sueño- Me salvó cuando trataron de asaltarme en un callejón.

-¿Qué? ¿Te lastimaron?

-No, estoy bien, no fue grave, Levi se encargó de ellos, pero había dos que se escondieron y robaron su maleta, documentos, ropa, dinero, todo estaba ahí, acaba de mudarse a la ciudad, viene de Marley.

-Oh, lamento oír eso, pasen, traeré algo de comer y platicaremos con más calma, por cierto, mi nombre es Erwin Smith, muchas gracias por ayudar a Eren, estoy en deuda contigo.

Con un discreto empujón insta al pelinegro a entrar, llevándolo a la sala de estar y le indica que se siente en uno de los sillones que forman una "L", aguardando que los pasos se alejen por el pasillo y se asoma a comprobarlo.

-Sé que es difícil, pero tiene que controlarse, capitán- susurra acercándose con un deje de tristeza al imaginar lo duro que lo golpeó ese inesperado reencuentro- Eren dijo que ustedes fueron muy unidos... que ya no era el mismo después de perderlo, creo que lo entiendo, mis padres murieron cuando tenía doce años, ya no estoy tan triste, pero aún siento como si me faltara algo en mi corazón.

-Erwin no me recuerda, ¿Verdad?

-No es eso, en este mundo ustedes nunca se conocieron, lo siento, capitán, sé qu—

-¿Por qué Eren me envió aquí? Erwin no me reconoce, supongo que nadie me reconoce, ¿Por qué lo hizo? ¿Es un retorcido juego? ¿Se está burlando de mí? – pregunta cruzando una pierna encima de la otra, manteniendo la vista en un punto aleatorio del suelo- Eren me odia, ¿Verdad? Debe estar disfrutando esto...

-Eso no es cierto, capitán, no es un castigo, es un regalo, aquí todos estamos vivos y podemos ser felices, aquí tenemos una segunda oportunidad, confíe en mí, le ayudaré a adaptarse a este mundo y podrá comenzar de nuevo, aquí será feliz, ahí viene, por favor, sea más cuidadoso.

-Ten, Levi, es jugo de naranja, unos alumnos me regalaron estas galletas hoy.

-Eres muy popular en la universidad, Erwin, todos t— Auch- se queja por el pellizco en la mejilla derecha, frotándose despacio al ser liberado- Eso me dolió, Levi.

-Esa no es manera de hablarle a tu superior, mocoso, no es Erwin, es Comand— abruptamente se calla, enterrando los dedos en el muslo al comprender que ese lugar es diferente.

-Levi estuvo en el ejército por años, aún le cuesta adaptarse a la vida de civil, aquí no hay superiores, ya no es capitán.

-Debe ser difícil pasar del rigor a una vida más relajada, Eren siempre me tutea, nos conocemos hace muchos años, sus padres eran mis amigos y su hermano mayor es uno de mis mejores amigos, Zeke.

-¿Qué? ¿El barbudo de mierd— una mano cubriéndole la boca le impide continuar y frunce el ceño, conteniendo el impulso de morderlo por su osadía.

-Ya aclaramos eso, Levi, mi hermano estuvo en Marley unos meses por trabajo, pero no es el mismo Zeke que tú conoces, solo tienen el mismo nombre, que casualidad, ¿Verdad? El mundo es un pañuelo o eso dicen.

Con una risita nerviosa lo suelta, bebiendo un largo sorbo de su vaso junto a tres dulces con cobertura de chocolate, alabando la receta en un evidente cambio de tema que parece no levantar sospechas en el profesor, o al menos lo disimula.

-¿Qué harás ahora, Levi? ¿Tienes amigos o familia en la ciudad que puedan ayudarte?

-No, estoy solo- responde con un ligero nudo en la garganta que se disuelve al probar ese refrescante líquido.

-¿En dónde te quedarás? Pronto anochecerá.

-No lo sé, solo duermo dos o tres horas por noche, cualquier sitio está bien, he dormido en edificios abandonados, supongo que encontraré algo por aquí hasta que descubra como revertir esto, tiene que haber una manera de regresar a mi mundo.

-¿Tu mundo? ¿A qué te refieres, Levi?

-A Marley, pero no es buena idea, Levi me contó que su pueblo fue arrasado por un incendio, ¿Verdad? Incluso se quemó una parte del bosque, fue horrible- se lamenta dándole un codazo cómplice, recibiendo un asentimiento de mala gana por sus improvisadas mentiras- Por eso quiero pedirte un enorme favor, Erwin, sabes que mi hermano es muy quisquilloso con su espacio, incluso se enfada conmigo si toco sus cosas, ¿Crees que sea posible que Levi se quede aquí por unos días o tal vez unas semanas hasta que recupere sus documentos? Será difícil que pueda conseguir un trabajo sin ellos y tampoco tiene dinero para pagar un hotel o algo así, por favor, Erwin, estoy en deuda con Levi, por mi culpa le robaron su maleta.

-No tienes que convencerme, Eren, por supuesto que puede quedarse, gracias a él estás a salvo, no te preocupes, Levi, no es molestia, puedes quedarte el tiempo que lo necesites, estoy seguro de que mis hijos no tendrán problema con esto.

-¿Tienes hijos...? No creo que sea buena idea, no quiero incomodar a tu esposa...

-No estoy casado, Historia y Armin son los hijos de una muy querida amiga que falleció hace unos años, no tenía familia, el padre de los niños nunca estuvo presente, ni siquiera los conoció, le prometí que los cuidaría y los adopté, no son biológicamente míos, pero los amo como si fueran mis hijos y ellos siempre me han considerado su padre, ¿Por qué sonríes?

-Siempre has tenido un corazón muy blando y gentil.

Al percatarse del prolongado intercambio de miradas, no le cabe dudas de que el plan resultará y recurrirá a los medios que estime convenientes con tal de acelerar esa unión, otorgándoles la segunda oportunidad que les fue negada por un cruel destino que los reunió en el momento equivocado.

-Entonces Levi se quedará aquí, muchas gracias, Erwin.

-Oi, mocoso, no he dicho qu—

-Por favor, acepta, me sentiré muy mal si mi salvador duerme en la calle, te puedes enfermar o algo peor.

-Ya está decidido, te quedarás, Levi, voy a preparar tu habitación y no quiero replicas, obedece.

-Sí, Erwin... gracias.