Segunda oportunidad (Eruri)

Capítulo 31

-Lo sabía, te queda perfecto, Zeke me compró este traje para el baile que hicieron en el instituto el año pasado, el tema fue "un viaje por la nostalgia de los ochenta", por supuesto que no entendió el concepto y trajo lo más caro que encontró- señala centrando el nudo de la corbata con una precisión milimétrica, instándolo a pararse frente al espejo- ¿Te gusta? Erwin se enamorará más de ti cuando te vea, ¿Levi? ¿Qué sucede? Has estado muy callado.

-¿Qué piensas de mí? Sé honesto, mocoso, no me enfadaré, oi, responde de una vez o te patearé.

-Me gustas, Levi, como amigo- especifica al notar esa ceja alzada en un mudo reproche y posa las manos en los hombros contrarios, escudriñando esos ojos oscuros a través del reflejo- Eres la persona más desinteresada que conozco, Levi, el mejor ejemplo es lo que hiciste por mi hermano... fue muy malo contigo y aún así le ayudaste a arreglar las cosas con Erwin.

-Lo hice por ti, no por él.

-Eso no es del todo cierto, Zeke me contó lo que ocurrió, es lindo avergonzado, auch- se queja por un repentino codazo en el costado del abdomen, evitando un segundo al retroceder tres pasos- Me rindo, no sé qué sucedió, pero te lo repetiré todas las veces que sea necesario, tienes mucho por ofrecer, no deberías menospreciarte, Levi, eres una buena persona y no soy el único que lo cree, Erwin está contigo porque también ve lo maravilloso y especial que eres.

-Gracias, mocoso.

Al regresar a la sala de estar, el resto de los adolescentes lo llena en cumplidos que una gran parte en su interior tacha de compasivos engaños o cortesía. Unos pasos atraen su atención y se gira al radiante hombre que desciende por las escaleras con un impecable atuendo que resalta en exceso su belleza.

"¿Por qué los hombres atractivos siempre se fijan en los más feos?"

El eco de esas palabras resuena en el fondo de su mente, volviéndolo muy consciente de la extensa brecha que existe entre ellos; una que va más allá de la apariencia.

"¿Acaso su autoestima es tan baja que acepta lo primero que encuentra? Un hombre como él debería aspirar a algo mejor"

A pesar de que duele, ahora más que nunca concuerda con esa arpía. Un cálido toque en la mejilla lo sobresalta, encontrándose con ese bonito rostro a unos escasos centímetros del suyo y corresponde el cariñoso beso.

-¿Cómo conseguí que este precioso ángel se enamore de mí? – pregunta escudriñándolo con lentitud, sin ocultar su fascinación por esa curvilínea silueta y disimula los lascivos pensamientos que lo asedian con un carraspeo- Nuestra reservación es a las ocho, te prometo que será una noche inolvidable, ¿Van a estar bien, niños? Zeke vendrá a buscarlos a las nueve o podría llevarlos, creo que es mejor qu—

-Tranquilo, papá, vamos a estar bien, disfruten su cita.

-Gracias, cariño, estaré pendiente del teléfono por si sucede algo, sé que mañana es sábado, pero no se acuesten tan tarde, los quiero mucho, ¿Vamos, amor?

-Sí, cuídense, mocosos, calienten la cena y cómanse todos los vegetales.

-Sí, mamá- responden a coro, recibiendo cada uno un suave pellizco en la mejilla a modo de regaño, ya que al pelinegro no le agrada que lo llamen de esa manera.

-Mocosos insolentes, no es gracioso, Erwin, vamos.

Durante el trayecto mantienen una amena conversación, llegando al misterioso destino al cabo de cuarenta minutos y traga saliva por el imponente edificio de sobrios tonos oscuros que se alza frente a ellos. De inmediato recuerda las zonas más adineradas de la capital e instintivamente frunce el ceño, relajándose con el brazo que rodea su cintura.

-Sé que no te gustan este tipo de lugares, pero quiero que esta noche sea muy especial, solo será un par de horas, ¿Puedes soportarlo por mí, amor?

-Está bien, pero detesto a los cerdos ricachones, eran una mierda en mi mundo y no creo que sean mejores aquí.

En silencio permite que el rubio maneje la situación, limitándose a escuchar en silencio y contempla con curiosidad el objeto plano que les entrega la pelirroja antes de que se dirijan a una puerta de metal que se desliza al presionar un botón y apenas se cierra; confinándolos en ese reducido espacio, se aferra a su compañero con recelo.

-Oi, esta caja se mueve, ¿Nos caeremos? Tsk, ¿De qué te ríes, bastardo?

-Perdón, amor, tranquilo, el ascensor es seguro, confía en mí.

En unos segundos la extraña maquina mecánica se detiene con un suave pitido y lo instan a caminar a la habitación con una placa dorada en la que grabaron los números dos mil dos. En cuanto abren utilizando la tarjeta negra con una franja horizontal plateada, escudriña con un atisbo de curiosidad el amplio interior decorado con elegantes muebles.

-Lo sabía, aquí solo vienen los cerdos ricachones- afirma soltando un gruñido y recorre cada rincón, comprobando que cumpla con sus exigentes estándares- El dueño de este departamento si sabe limpiar.

-No es un departamento, amor, es una suite, las personas pueden pagar por quedarse aquí unos días, una noche o un par de horas, cierra los ojos, quiero darte la primera sorpresa de esta noche.

Obedeciendo la petición de su novio, es cargado en brazos con delicadeza y en unos instantes siente una brisa fresca contra su piel.

-Ya puedes mirar, amor, las suites en el último piso cuentan con una terraza privada, ¿Te gusta? Cenaremos aquí.

-La ciudad es muy brillante, ¿Estamos cerca del mar? Es precioso, Erwin, pero debió costar mucho, no quiero que gastes tu dinero en estas cosas... trabajas muy duro, no es justo qu—

-Me he dedicado por años a mis hijos y mi trabajo, ahora encontré a alguien maravilloso para compartir mi vida y quiero disfrutarlo, incluyendo el hacer locuras como estas, también es la primera vez que estoy en un lugar así, permíteme consentirte, te mereces esto y mucho más, no tienes idea de lo feliz que me haces cada día, te amo, Levi, quiero estar contigo el resto de mi vida.

-Erwin... yo también te amo, quiero estar contigo para siempre, fuiste lo mejor que tuve en mi mundo y eres lo mejor que tengo en este.