Lágrimas De Dios

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Jungkook caminó hacia la puerta de la habitación, estaba decidido a ir contra el cielo y el infierno por amor, lo había prometido un día y cumpliría su palabra.

Sus nudillos tocaron débilmente aquella puerta, esperando que Taehyung le respondiera, se sentía abatido y triste, tenía miedo.
La ansiedad lo tenía como esclavo, solamente se mantenía en pie a la espera.

–¿puedo pasar? Preguntó con miedo.

Taehyung se sobresaltó al escuchar su voz, había pasado media hora desde que se había encerrado, su llanto persistía levemente aumentando el dolor en su alma blanca, mientras la tormenta eléctrica de sus pensamientos hacia mella en su tortura.

Con lentitud se levantó de la cama y se dirigió a la puerta, la abrió encontrándose un par de ojos negros en un rostro descompuesto y rojo de tanto llorar.

–¡Perdóname mi alma! ¡Lo que siento por ti es sagrado! ¡No debí causarte daño! ¡No debí...! Dijo Jeon en un susurro, acercándose a su chico.

–¡dime que podemos revertir todo esto! ¡es un error...! Dijo Taehyung con su voz casi inaudible, mientras su cuerpo era víctima de un temblor fuerte, –¡Nosotros no podíamos siquiera conocernos! ¿Qué hay de ese demonio? ¿qué hay de la profecía? sólo quedas tu y podrías morir...

Jungkook lo tomó de los hombros viendo sus bellos ojos avellanas que se inundaban de llanto; aquel rostro compungido lo destruyó, lo que menos quería era verlo sufrir y se culpó de todo.

Quería hacer lo correcto, decir que cumpliría su sacrificio como debía, alejándose de toda distracción; pero su corazón le mandaba otra cosa, su alma le reclamaba que era el amor su fuerza más poderosa y su mente hacia eco de su amado llorando frente a él.

–¡no puedo alma Mía! Dijo Jungkook llorando de nuevo, –¡no puedo dejarte! ¡soy egoísta al no alejarte de mi! ¡pero te amo! ¡nada en este mundo me interesa si no estamos juntos!
–¡sabes que mataría por ti! No podría pensar en no verte jamás porque eso sería el fin de mi vida... La voz de Jeon se apagó y con ello bajó la mirada sollozando, aún sintiéndose al borde del abismo como un suicida a punto de saltar.

Taehyung sollozó ¿realmente se hallaba dispuesto ir contra cielo e infierno por él y el amor que sentía? La respuesta era un si definitivo, lo amaba y eso le hacía sentir morir o querer luchar contra todo el universo.

"Kim, por una vez en tu vida..." pensó Taehyung.
Por alguna razón recordar las palabras de su amiga antes de morir le devolvió el valor que se había ido, "ama como nunca amaste y aferra tu corazón al ser que te ame" 

La llama del entendimiento se encendió en su alma, y como un faro de esperanza apareció en la oscuridad de su tristeza llenándolo de calidez.

–Jungkook, no pienses en morir, ¡porque yo muero mi dulce amor! mi mente reniega la lógica de mi desgracia, mi alma detiene a mi conciencia y mi corazón sólo anhela estar contigo; dijo Kim con todo el valor que su corazón enamorado podía darle.

–¡te amo como a nada en el mundo! Y aunque esto es prohibido, no puedo matar este amor sin morir yo en el intento. ¡Tu dices que alejarte te mataría! ¿Crees que yo podría vivir?

Taehyung dijo aquello mientras tomaba las manos de Jeon, sintiendo su suave piel que temblaba y era fría en aquel instante; entrelazó sus dedos jugando con ellos haciéndole saber que su temor se había ido.

Jeon levantó su rostro, una leve sonrisa apareció en sus labios, mientras sus ojos vieron a Taehyung como si fuera el agua en el desierto, como el final de un difícil camino; su felicidad completa radiante como sol del medio día.

–¡Te amo mi alma pura! Murmuró Jeon junto a su oído, abrazando su cuerpo como bálsamo a sus heridas, –y yo te adoro mi dulce amor! Respondió Taehyung apretandolo con todas sus fuerzas.

Ambos se vieron a los ojos con amor, dolor e idolatría, y sin esperar más sus labios se encontraron temblorosos tocándose con suavidad, un beso lento, húmedo y profundo que selló su juramento al seguir juntos.

Sus almas se sintieron en paz después de aquel beso, la fuerza regresó a ellos; no quedaban más almas condenadas, pero Jeon Jungkook se sintió suficiente porque no estaba solo, un Alma Pura le acompañaba.

Los días pasaron después de aquel viaje y aquella confesión;  sus tardes y sus noches se volvieron hermosas al compartirlas siempre después del trabajo; sus instantes de risas, sus anécdotas y los besos que se convertían en largas noches, todo ello era el amor puro y profundo que vivía en ellos como fuente de poder y alegría.

El cielo oscureció dando paso a las estrellas que se ocultaban tras algunos pequeños nubarrones.

Jeon se hallaba recostado en el regazo de Taehyung en un pequeño banco de un parque rodeado de árboles enormes.

–¿nos vamos a tu casa o a la mía? Preguntó Jk sacando la lengua al reír.

–¿aún preguntas? Últimamente tu casa ya ni se acuerda de ti, ¡pobrecilla! Rió Kim al ver la sonrisa tierna de su novio.

Jeon había evitado ir a su casa y a la casa de sus padres, solamente recibía sus instrucciones por teléfono, algo raro había sucedido en el ambiente, era como si la maldad se hubiera dado vacaciones, por ello pasaba las noches junto a su alma adorada; intentando alejar presentimientos y preparándose para lo que ocurriría.

–¡es que tú me volviste un adicto! Dijo Jeon besándolo con fuerza mientras lo acorralaba contra el banco donde se encontraban, –¡solo quiero estar a tu lado y comerte a besos!

Kim comenzó a reír sintiendo la calidez rodear su cuerpo, –¡vamos a mi casa entonces! Dijo de forma pícara mientras se levantaba para ir a su auto, con Jungkook corriendo detrás de él, sin percatarse de una figura que los observaba.

Namjoon regresó a su casa después de hacer algunas compras, su forma mortal le permitía conducir una pequeña bicicleta, único trasporte que le había encantado desde que había sido inventado.

–¿por qué traes esa cara? Dijo Yoongi quién lo esperaba en la puerta de su casa. –en los siglos que llevamos juntos, jamás te había visto tan sorprendido, ¡me estás asustando!

Namjoon tomó la mano de Yoongi y caminó hasta la sala donde se sentó, –es Jk. Dijo serio.

–¿le pasó algo? Namu explicame, ¿nuestro hijo está bien? Yoongi sintió miedo y preocupación, aunque no había sentido tristeza ni dolor aquella tarde.

–vi a Jungkook en el parque, él está saliendo con alguien y...

Yoongi abrazó a Nam sonriendo, –¡mi bebé está enamorado! Me asustaste, Dijo mostrando su gummy smile, sentándose en su regazo.

Nam lo abrazó susurrando a su oído, –es una noticia hermosa mi dulce Yoon, pero lamento decirte que nuestro hijo está saliendo con un alma pura.

Min Yoongi se puso de pie, Namjoon jamás se andaba con rodeos al dar noticias, sus palabras cayeron en su espalda como agua fría causándole terror.

Se sentó en silencio en un pequeño sillón pensativo, él y un ángel Guardián estaban juntos a pesar de ser prohibido, ahora su hijo, el único que quedaba en el mundo como alma condenada, estaba saliendo con un alma pura; ¿por qué de todos él? Aquello no era justo para nadie.

–¡quiero que vengan a casa! Dijo Min con su voz apagada, –ésta noche pensaremos en la decisión y lo hablaremos con ellos mañana.

Nam Lo abrazó sintiendo unos leves sollozos, –¡no llores Yoon! A la luz no se le puede engañar, nuestras decisiones siempre tienen consecuencias, ¡no olvides que soy un ángel Guardián! Mis palabras siempre aciertan en los destinos...

Aquella noche, el ángel Guardián dejó su forma mortal, para unirse con la luz de donde provenía, esperanzado en encontrar una respuesta.

Love And Shadows: Eternal (KookV)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora