𝟬𝟬𝟯. homemade cookies

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Ōishi Yasu al llegar a casa pudo oler un indiscutible olor a galletas recién horneadas, suponiendo que su hermana había sido la culpable de aquello. Quitándose los zapatos en la entrada y la mochila en una esquina fue que se adentró en la cocina a escondidas, viendo a Emiko sacándolas del horno.

—¡¡Qué delicioso!! ¡Galletas! —exclamó con emoción Yasu, llegando a su lado y dando brinquitos de emoción. Como su hermana sabía bien, sus galletas favoritas eran de chocolate con chispas de más chocolate, siendo una gran fan de este sabor. La cocina se encontraba inundada de chocolate y se sentía en casa—. Hoy mi día fue tan agotador que definitivamente me merezco unas galletas. ¡Y tú...! —Emiko había volteado hacia ella, sonriendo, por lo que Yasu la abrazó con fuerza y la levantó por los aires—. ¡Eres tan buena hermana! No pude haber pedido más.

—Calla, oneesan, no sigas o me pondré rojita de la cara —balbuceó con vergüenza Emiko, cuando ya la hubiera bajado y estaba de nuevo tocando tierra firme.

—Te miras adorable así, Emi.

—¡Pero no quiero verme adorable, quiero verme adulta! —hizo un puchero, cruzando los brazos. Yasu se rio, no culpándola, ya que muchas veces le había dicho que quería tener tantas libertades como ella cuando tuviera dieciséis. Recordaba que cuando tenía esa edad aquellos pensamientos no cruzaron su cabeza, y tras tener una situación difícil en la secundaria porque se encontraba más preocupada en lo del vídeo de ella, solo quedaba seguirle el juego.

—Cariño, para todo hay tiempo. Cuando tengas dieciséis serás una mujer hecha y derecha, y muuuy hermosa. Incluso más que yo.

Aunque Emiko no quería, su rostro se tornó de un característico rojo, como siempre que se avergonzaba. La hacia ver tan adorable que Yasu quería aplastarle las mejillas.

—Sí tú dices...

—Mira, ¿qué tal si nos ponemos a comer galletas mientras te cuento mi día y tú me cuentas el tuyo? —propuso con emoción Yasu, tocándole la naríz. Emiko sonrió en grande y asintió, sujetando con cuidado la bandeja de las galletas y depositándolas en unos platos—. Porque nuestros padres no llegarán hoy, creo que se quedarán en otra ciudad para no tener que venir hasta acá. Así que tenemos casa sola.

peace   ❀   hinata shōyōDonde viven las historias. Descúbrelo ahora