· ─ ❨ 𝗽𝗲𝗮𝗰𝗲 ❩
nunca creí poder conocer
algo tan bello como él
Luego de aquel evento tan horrible en el que Ōishi Yasu fuera la burla de toda la secundaria y primer año de su preparatoria, decide irse a otra lo más lejana d...
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Ōishi Yasu se había sentido muy nerviosa esos días posteriores a lo que le pidió el equipo de voleibol del Karasuno. Aunque ninguna de las escuelas que iban a ir a la concentración eran su antigua preparatoria, no podía evitar sentirse muy preocupada de saber si acaso ellos ya sabía algo sobre ella. Y en ese caso, no podía asegurar que ellos no dirían nada a sus nuevos amigos, lo cual la ponía con los nervios de punta.
Tan solo esperaba que nadie supiera.
Pensó incluso en faltar, pero no quería hacerles eso al equipo y menos porque Yachi confiaba en que no la dejaría sola. No podía defraudarla y menos a Hinata, que estaba emocionado por el hecho de que ella iría. Así que, debía afrontarse ahora a una realidad a la que no estaba muy lista.
En dos semanas serían las nacionales de oratoria, así que Hana había estado practicando como nunca y no habían podido verse mucho. Aunque eso sí, Yasu no se lo perdería porque le quedaba cerca de su casa y además le habían dado permiso de justificar sus clases de ese día. Iría a ver su amiga y apoyarla, incluso iría su familia, y sabía que eso le ayudaría mucho en sus ánimos.
La semana pasó volando y cuando menos se dio cuenta ya era sábado temprano. Tenía un mensaje de Yachi anunciándole que ya habían llegado y le envío la ubicación de la preparatoria Fukurōdani, que quedaba a 10 minutos en tren. Le dijo que estaría lo más temprano posible ahí, y se fue a bañar, cambiar y arreglar; su madre ya sabía que se iría, así que sólo se despidió de Emiko y se fue a la estación.
Mientras tanto, en el camino se la pasó jugando con sus dedos. Veía hacia sus alrededores como si tuviera miedo de que alguien la reconociera, e incluso había olvidado la última vez que paseó por Tokio, porque su constante miedo era lo que le impedía hacerlo. Había usado un cubre bocas por cualquier situación, al menos en el trayecto, y se distrajo con sus audífonos para ignorar su alrededor. Las hoja de los árboles caían cerca de ella, y podía apreciar la belleza de si ciudad. Era una lástima que no pudiera sentirse cómoda, pero al menos aprovecharía esa oportunidad de distraerse un poco en su fin de semana, ya que se había acostumbrado a estar todo el día en su casa.